Chichi Soler, un auténtico one club man
Francisco Manuel Soler Atencia, conocido en el mundo del fútbol como Paco o Chichi Soler, nació en Palma de Mallorca el 5 de marzo de 1970. Jugaba como mediocentro o carrilero derecho y destacó por defender los colores de un único club durante toda su trayectoria como futbolista profesional, los del RCD Mallorca. Con la selección olímpica, además, logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Como era habitual en la isla mallorquina, Soler se formó en el Club Deportivo CIDE y luego dio el salto a las categorías inferiores del Mallorca. En la temporada 90-91, siendo jugador del filial bermellón, le llegó la oportunidad de saborear las mieles de la Primera División.
Debutó con el Mallorca el 21 de abril de 1991 frente al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. El equipo mallorquín necesitaba ganar para escapar de la zona de descenso y Serra Ferrer no titubeó a la hora de darle la titularidad a Soler. El club balear dio la sopresa con la victoria en el Calderón y Soler se ganó por derecho propio un hueco en el primer equipo. Repitió en el once inicial en seis de las siete jornadas que restaban y ayudó a lograr la permanencia.
Su carácter voluntarioso y su buen hacer en la parcela central del campo le valió la incorporación definitiva al primer equipo en la temporada 91-92. Aunque el equipo acabó certificando el descenso a Segunda División, a nivel individual Soler rindió a un gran nivel. Disputó 30 partidos, 25 como titular, y su actuación le mereció el billete a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Vicente Miera le incluyó en la lista de 20 jugadores junto a otro mallorquinista, Gabriel Vidal, aunque Soler tuvo un papel más destacado en la consecución del oro. Jugó sus primeros minutos olímpicos en el estreno ante Colombia y fue titular ante Egipto para cubrir las bajas en la línea defensiva, logrando su primer gol. Contra Qatar repitió presencia en el once inicial, esta vez como lateral derecho y de nuevo tuvo la oportunidad de salir de inicio en cuartos de final por la sanción de Ferrer. Sin embargo, regresó al banquillo en los partidos decisivos ante Ghana y Polonia.
A pesar de que su intervención en el torneo olímpico fue un gran escaparate, Soler no quiso oír cantos de sirena. Permaneció fiel al escudo del Mallorca y peleó por devolver al equipo a la élite del fútbol español. Fue una pieza básica en el esquema bermellón y su nivel fue a más cada temporada. En 1997, tras seis años de lucha sin tregua por escapar de Segunda División, el Mallorca certificó su vuelta a Primera. Ese curso Soler había batido su propio récord de participaciones en el equipo bermellón: Disputó 44 partidos entre Liga y Copa, fue titular en 42 ocasiones y logró dos goles.
Chichi Soler formó parte de la columna vertebral del Mallorca en su retorno a la primera categoría del fútbol español. Las temporadas pasaban; jugadores y entrenadores llegaban y se iban, pero Soler siempre estaba en la plantilla bermellona. Sin embargo, su protagonismo en Primera División fue decayendo paulatinamente.
En la temporada 97-98, con Héctor Cúper en el banquillo, el Mallorca alcanzó la final de la Copa del Rey y durante muchos minutos soñó con levantar el trofeo. El equipo balear plantó cara a su rival, el FC Barcelona, y llegó al final del tiempo reglamentario con empate a un gol. Durante la prórroga no se movió el marcador y los penaltis dirimieron que el club culé fuera el vencedor. Soler, que había entrado al campo en el minuto 72, anotó uno de los penaltis.
Como era habitual en la isla mallorquina, Soler se formó en el Club Deportivo CIDE y luego dio el salto a las categorías inferiores del Mallorca. En la temporada 90-91, siendo jugador del filial bermellón, le llegó la oportunidad de saborear las mieles de la Primera División.
Debutó con el Mallorca el 21 de abril de 1991 frente al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. El equipo mallorquín necesitaba ganar para escapar de la zona de descenso y Serra Ferrer no titubeó a la hora de darle la titularidad a Soler. El club balear dio la sopresa con la victoria en el Calderón y Soler se ganó por derecho propio un hueco en el primer equipo. Repitió en el once inicial en seis de las siete jornadas que restaban y ayudó a lograr la permanencia.
Su carácter voluntarioso y su buen hacer en la parcela central del campo le valió la incorporación definitiva al primer equipo en la temporada 91-92. Aunque el equipo acabó certificando el descenso a Segunda División, a nivel individual Soler rindió a un gran nivel. Disputó 30 partidos, 25 como titular, y su actuación le mereció el billete a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Vicente Miera le incluyó en la lista de 20 jugadores junto a otro mallorquinista, Gabriel Vidal, aunque Soler tuvo un papel más destacado en la consecución del oro. Jugó sus primeros minutos olímpicos en el estreno ante Colombia y fue titular ante Egipto para cubrir las bajas en la línea defensiva, logrando su primer gol. Contra Qatar repitió presencia en el once inicial, esta vez como lateral derecho y de nuevo tuvo la oportunidad de salir de inicio en cuartos de final por la sanción de Ferrer. Sin embargo, regresó al banquillo en los partidos decisivos ante Ghana y Polonia.
A pesar de que su intervención en el torneo olímpico fue un gran escaparate, Soler no quiso oír cantos de sirena. Permaneció fiel al escudo del Mallorca y peleó por devolver al equipo a la élite del fútbol español. Fue una pieza básica en el esquema bermellón y su nivel fue a más cada temporada. En 1997, tras seis años de lucha sin tregua por escapar de Segunda División, el Mallorca certificó su vuelta a Primera. Ese curso Soler había batido su propio récord de participaciones en el equipo bermellón: Disputó 44 partidos entre Liga y Copa, fue titular en 42 ocasiones y logró dos goles.
Chichi Soler formó parte de la columna vertebral del Mallorca en su retorno a la primera categoría del fútbol español. Las temporadas pasaban; jugadores y entrenadores llegaban y se iban, pero Soler siempre estaba en la plantilla bermellona. Sin embargo, su protagonismo en Primera División fue decayendo paulatinamente.
En la temporada 97-98, con Héctor Cúper en el banquillo, el Mallorca alcanzó la final de la Copa del Rey y durante muchos minutos soñó con levantar el trofeo. El equipo balear plantó cara a su rival, el FC Barcelona, y llegó al final del tiempo reglamentario con empate a un gol. Durante la prórroga no se movió el marcador y los penaltis dirimieron que el club culé fuera el vencedor. Soler, que había entrado al campo en el minuto 72, anotó uno de los penaltis.
Aquel subcampeonato de Copa dio al Mallorca la oportunidad de participar, la temporada siguiente, en la Supercopa de España, al lograr también el Barcelona el título de Liga. Y esa vez el cuadro balear fue superior; venció por 2-1 en la ida en el Luis Sitjar y remató la faena con un 0-1 en el Camp Nou 4 días después. Soler fue titular en los dos partidos, completó los 180 minutos y colaboró en la consecución del primer título de la historia del Mallorca.
Alcanzar la final del torneo copero permitió al conjunto bermellón disputar también por primera vez una competición europea. El Mallorca se estrenó en la Recopa de Europa ante el Heart of Midlothian y Soler debutó en el torneo internacional en el encuentro de vuelta, disputado el 1 de octubre de 1998. Los bermellones fueron superando rondas y se plantaron en la última final de la Recopa, pero no lograron vencer a la Lazio.
La 'ensaimada mecánica', como se denominó a aquel Mallorca de finales de los 90, puso el broche a una temporada de escándalo con un sensacional tercer puesto en Liga que les dio la oportunidad de disputar la ronda previa para participar en la Champions League. Aunque no superaron al Molde FK noruego en esa eliminatoria, se ganaron el derecho a disputar la Copa de la UEFA, en la que fueron eliminados en cuartos por el Galatasaray.
Chichi Soler vivió los mejores años del Mallorca y acumuló una gran cantidad de experiencias. En sus último curso como jugador bermellón su participación fue meramente testimonial, pero cumplió su deseo de colgar las botas con el club de su vida. Aún tuvo un último momento de gloria durante el curso 02-03 cuando el Mallorca logró su primera Copa del Rey tras derrotar en la final al Recreativo de Huelva por 3-0 (con dos goles de Samuel Eto'o y uno de Pandiani). Aunque Soler no tuvo minutos, Miguel Ángel Nadal compartió con él el momento de levantar el trofeo.
En octubre del 2003, Soler anunció que colgaba las botas debido a una lesión crónica en la cadera que le había alejado ya de los terrenos de juego el curso anterior. Atrás quedó toda una vida futbolística ligada al Mallorca, 13 temporadas en el primer equipo, 8 de ellas como capitán, 401 partidos disputados y 23 goles anotados, además de dos títulos y un oro olímpico.
Tras su retirada de los terrenos de juego, Chichi Soler se dedicó a los negocios, pero sin descuidar su pasión por el fútbol. Ha sido secretario técnico, director deportivo y entrenador del Atlético Baleares en dos etapas (2009 y 2013).
Alcanzar la final del torneo copero permitió al conjunto bermellón disputar también por primera vez una competición europea. El Mallorca se estrenó en la Recopa de Europa ante el Heart of Midlothian y Soler debutó en el torneo internacional en el encuentro de vuelta, disputado el 1 de octubre de 1998. Los bermellones fueron superando rondas y se plantaron en la última final de la Recopa, pero no lograron vencer a la Lazio.
La 'ensaimada mecánica', como se denominó a aquel Mallorca de finales de los 90, puso el broche a una temporada de escándalo con un sensacional tercer puesto en Liga que les dio la oportunidad de disputar la ronda previa para participar en la Champions League. Aunque no superaron al Molde FK noruego en esa eliminatoria, se ganaron el derecho a disputar la Copa de la UEFA, en la que fueron eliminados en cuartos por el Galatasaray.
Chichi Soler vivió los mejores años del Mallorca y acumuló una gran cantidad de experiencias. En sus último curso como jugador bermellón su participación fue meramente testimonial, pero cumplió su deseo de colgar las botas con el club de su vida. Aún tuvo un último momento de gloria durante el curso 02-03 cuando el Mallorca logró su primera Copa del Rey tras derrotar en la final al Recreativo de Huelva por 3-0 (con dos goles de Samuel Eto'o y uno de Pandiani). Aunque Soler no tuvo minutos, Miguel Ángel Nadal compartió con él el momento de levantar el trofeo.
En octubre del 2003, Soler anunció que colgaba las botas debido a una lesión crónica en la cadera que le había alejado ya de los terrenos de juego el curso anterior. Atrás quedó toda una vida futbolística ligada al Mallorca, 13 temporadas en el primer equipo, 8 de ellas como capitán, 401 partidos disputados y 23 goles anotados, además de dos títulos y un oro olímpico.
Tras su retirada de los terrenos de juego, Chichi Soler se dedicó a los negocios, pero sin descuidar su pasión por el fútbol. Ha sido secretario técnico, director deportivo y entrenador del Atlético Baleares en dos etapas (2009 y 2013).