Vallana, la bala de Getxo
Pedro Vallana Jeanguenat, conocido popularmente como 'Perico' y futbolísticamente como Vallana, nació en Getxo el 21 de noviembre de 1897. Jugó como defensa derecho y fue el icono del Arenas Club de Gexto, uno de los equipos más importantes de España a comienzos del siglo XX. Vallana llegó al club vizcaíno en 1912- tres años después de su fundación- y vistió la camiseta rojinegra (que se convirtió en el uniforme distintivo del club a partir de 1917) hasta 1929.
Cabe reseñar que ya en su primer año con el equipo vasco, con sólo 15 años, compaginó la labor futbolística con el trabajo como secretario del Arenas Club. Fue rara la temporada en que Vallana no figuraba como miembro de la Directiva. Labores administrativas al margen, fue "el eterno defensa derecho del equipo", recuerda el libro del Centenario del Arenas, y "además su capitán, lo que en su tiempo incluía las funciones de entrenador".
Con el conjunto rojinegro conquistó un Campeonato del Norte (1917), tres Campeonatos de Vizcaya (1919, 1922 y 1927) y una Copa de España en 1919- tras derrotar al Barcelona en la final. En 1929 debutó con el Arenas en el recién estrenado campeonato liguero, aunque sólo llegó a jugar un encuentro.
Perico Vallana debutó con la selección española en el segundo partido que disputó España en Amberes, frente a la anfitriona Bélgica. Sustituyó a Otero y se adueñó del puesto, pues Paco Bru le alineó en los tres restantes partidos, incluyendo la final ante Holanda en la que España logró el metal plateado. Vallana jugó ocho encuentros más con la selección y participó en los Juegos de París 1924 y Ámsterdam 1928.
La principal virtud del defensa vasco fue su velocidad. Escribe Ángel Iturriaga que era "un especialista en la anticipación y en los duelos uno contra uno ante los delanteros rivales, de los que casi siempre salía victorioso". De hecho, tuvo el récord de los 100 metros lisos de Vizcaya entre 1922 y 1928. Y en 1923 se proclamó Campeón de España en relevos 4x250 metros junto a otros tres futbolistas (Pagaza, Aguirre y y Peña). Sí, Vallana también se dedicó al atletismo además de al fútbol. Y practicó montañismo, y ciclismo, y natación. Era un deportista con mayúsculas. LA RFEF le entregó la medalla de oro al mérito deportivo.
Tras colgar las botas, Vallana continuó vinculado al fútbol como árbitro. Curiosamente en 1929 participó en Primera División como futbolista y como colegiado. En 1938 emigró a Uruguay y se estableció en Montevideo, donde siguió ejerciendo como árbitro y fue también cronista deportivo. Murió en el país sudamericano el 4 de julio de 1980.
Cabe reseñar que ya en su primer año con el equipo vasco, con sólo 15 años, compaginó la labor futbolística con el trabajo como secretario del Arenas Club. Fue rara la temporada en que Vallana no figuraba como miembro de la Directiva. Labores administrativas al margen, fue "el eterno defensa derecho del equipo", recuerda el libro del Centenario del Arenas, y "además su capitán, lo que en su tiempo incluía las funciones de entrenador".
Con el conjunto rojinegro conquistó un Campeonato del Norte (1917), tres Campeonatos de Vizcaya (1919, 1922 y 1927) y una Copa de España en 1919- tras derrotar al Barcelona en la final. En 1929 debutó con el Arenas en el recién estrenado campeonato liguero, aunque sólo llegó a jugar un encuentro.
Perico Vallana debutó con la selección española en el segundo partido que disputó España en Amberes, frente a la anfitriona Bélgica. Sustituyó a Otero y se adueñó del puesto, pues Paco Bru le alineó en los tres restantes partidos, incluyendo la final ante Holanda en la que España logró el metal plateado. Vallana jugó ocho encuentros más con la selección y participó en los Juegos de París 1924 y Ámsterdam 1928.
La principal virtud del defensa vasco fue su velocidad. Escribe Ángel Iturriaga que era "un especialista en la anticipación y en los duelos uno contra uno ante los delanteros rivales, de los que casi siempre salía victorioso". De hecho, tuvo el récord de los 100 metros lisos de Vizcaya entre 1922 y 1928. Y en 1923 se proclamó Campeón de España en relevos 4x250 metros junto a otros tres futbolistas (Pagaza, Aguirre y y Peña). Sí, Vallana también se dedicó al atletismo además de al fútbol. Y practicó montañismo, y ciclismo, y natación. Era un deportista con mayúsculas. LA RFEF le entregó la medalla de oro al mérito deportivo.
Tras colgar las botas, Vallana continuó vinculado al fútbol como árbitro. Curiosamente en 1929 participó en Primera División como futbolista y como colegiado. En 1938 emigró a Uruguay y se estableció en Montevideo, donde siguió ejerciendo como árbitro y fue también cronista deportivo. Murió en el país sudamericano el 4 de julio de 1980.