Velamazán, un extremo con mucho recorrido
Antonio Velamazán Tejedor nació en Barcelona el 22 de enero de 1977. Jugaba como extremo o interior derecho y desarrolló su carrera en varios clubes de España y prácticamente en todas las categorías. Una curiosidad de su trayectoria es que vistió tanto los colores del Barcelona como las de su rival el Espanyol. Fue Campeón de Europa sub 21 en 1998 y tiene en su palmarés una medalla de plata olímpica, lograda en Sídney.
Toni Velamazán comenzó a formarse como futbolista en la Damm, uno de los clubes más conocidos en el fútbol base catalán. De ahí pasó a la cantera del Fútbol Club Barcelona, donde rápidamente fue quemando etapas hasta llegar al equipo filial azulgrana. En la temporada 94-95, con 17 años, ya tenía su hueco en el Barça B, que militaba en Segunda División. Debutó en la categoría de plata el 2 de octubre de 1994, ante el Toledo, y esa campaña jugó 21 partidos, todos ellos como titular, y consiguió cuatro goles.
Un año después, todavía como jugador del segundo equipo culé, Johan Cruyff le dio la oportunidad de jugar con el primer equipo del Barcelona. Se estrenó en la Copa de la UEFA, el 26 de septiembre de 1995 ante el Hapoel Beer en el Camp Nou. Fue titular, jugó el partido completo y consiguió su primer gol. Dos semanas después, el 7 de octubre, llegó su debut en Liga ante el Betis y volvió a marcar. De los 32 encuentros que disputó ese año, 15 fueron con el primer equipo.
Pero Toni sabía que tener un hueco fijo en aquel Barcelona era una misión harto complicada y, con 19 años, se vio obligado a dejar su casa por primera vez en su carrera. En la temporada 95-96 se marchó al Real Oviedo, con el que jugó 37 partidos, sólo ocho como titular, y anotó cuatro goles. De la capital asturiana se trasladó a Albecete, cuyo equipo militaba en Segunda División. Repitió cifra de encuentros disputados, pero salió de inicio en 25 ocasiones. Antes de regresar a Barcelona hizo una última parada en el Extremadura, también en la división de plata y con un rendimiento muy positivo.
Durante el verano de 1999, uno de los culebrones en cuestión de fichajes fue el traspaso de Toni Velamazán al Espanyol, que tuvo a tres partes implicadas. Por un lado el Extremadura, como club de origen; por otro lado el Barcelona, que se había reservado una cláusula de recompra de 100 millones de pesetas y la hizo efectiva ese verano; y por último el conjunto perico, que desembolsó 300 millones para incorporlo a sus filas.
En cuanto concluyó la temporada con el Extremadura, que estuvo inmerso en la promoción de descenso a Segunda y finalmente no pudo salvarse, se hizo oficial el traspaso y Velamazán se enfundó la elástica blanquiazul. En su nuevo equipo sólo tardo unas jornadas en hacerse con un puesto en el once inicial. Desde la undécima jornada hasta el final de Liga fue titular en todos los encuentros que disputó, incluso la final de Copa ante el Atlético de Madrid que ganó el conjunto perico.
Tras ganar en junio la medalla de bronce en el Europeo sub 21, Toni Velamanzán completó un año fantástico con una gran actuación en el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Sídney, en el que se llevó la medalla de plata. El extremo catalán jugó todos los partidos, aunque se lesionó en el minuto 27 de la final ante Camerún y tuvo que ser sustituido. Ante Corea del Sur marcó uno de los mejores goles del torneo que sirvió para adelantar a España.
Al regreso de los Juegos continuó siendo uno de los indiscutibles en el Espanyol durante el curso 2000-01 y la primera mitad de la temporada 01-02, pero el 6 de enero del 2002, ante Málaga, sufrió una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y estuvo en el dique seco lo que restaba de temporada.
Le costó mucho recuperar el ritmo y el nivel tras aquella lesión y durante la campaña 02-03 sólo fue titular en cinco de los veintiún partidos que disputó. Ahí comenzó su declive en el combinado perico, que se dilató dos temporadas más. Durante el curso 03-04 se vio privado de la confianza de Javier Clemente, técnico blanquiazul, y, de los quince partidos que jugó, sólo en cuatro fue titular. Con Lotina tampoco tuvo suerte y pasó a tener un papel meramente testimonial en el equipo.
Ante la falta de oportundiades, en el mercado de invierno de la temporada 05-06 se despidió del Espanyol, después de 139 partidos, 19 goles y una Copa del Rey, y se marchó al Almería de Segunda División. Pero en el combinado rojiblanco tampoco encontró la cura a sus males; el primer año jugó sólo 13 partidos, 3 como titular, y el segundo dos, como suplente. Así que lo tocó volver a hacer las maletas en enero y se marchó al Hospitalet, que militaba en Segunda División B.
Estuvo en el equipo catalán hasta el año 2010 y fue allí donde volvió a reencontrarse con una participación regular. La campaña 09-10 fue la última de Toni Velamazán como futbolista. Colgó las botas con 33 años y se pasó al mundo de los entrenadores. En la temporada 14-15 fue el técnico del infantil B del Espanyol.
Toni Velamazán comenzó a formarse como futbolista en la Damm, uno de los clubes más conocidos en el fútbol base catalán. De ahí pasó a la cantera del Fútbol Club Barcelona, donde rápidamente fue quemando etapas hasta llegar al equipo filial azulgrana. En la temporada 94-95, con 17 años, ya tenía su hueco en el Barça B, que militaba en Segunda División. Debutó en la categoría de plata el 2 de octubre de 1994, ante el Toledo, y esa campaña jugó 21 partidos, todos ellos como titular, y consiguió cuatro goles.
Un año después, todavía como jugador del segundo equipo culé, Johan Cruyff le dio la oportunidad de jugar con el primer equipo del Barcelona. Se estrenó en la Copa de la UEFA, el 26 de septiembre de 1995 ante el Hapoel Beer en el Camp Nou. Fue titular, jugó el partido completo y consiguió su primer gol. Dos semanas después, el 7 de octubre, llegó su debut en Liga ante el Betis y volvió a marcar. De los 32 encuentros que disputó ese año, 15 fueron con el primer equipo.
Pero Toni sabía que tener un hueco fijo en aquel Barcelona era una misión harto complicada y, con 19 años, se vio obligado a dejar su casa por primera vez en su carrera. En la temporada 95-96 se marchó al Real Oviedo, con el que jugó 37 partidos, sólo ocho como titular, y anotó cuatro goles. De la capital asturiana se trasladó a Albecete, cuyo equipo militaba en Segunda División. Repitió cifra de encuentros disputados, pero salió de inicio en 25 ocasiones. Antes de regresar a Barcelona hizo una última parada en el Extremadura, también en la división de plata y con un rendimiento muy positivo.
Durante el verano de 1999, uno de los culebrones en cuestión de fichajes fue el traspaso de Toni Velamazán al Espanyol, que tuvo a tres partes implicadas. Por un lado el Extremadura, como club de origen; por otro lado el Barcelona, que se había reservado una cláusula de recompra de 100 millones de pesetas y la hizo efectiva ese verano; y por último el conjunto perico, que desembolsó 300 millones para incorporlo a sus filas.
En cuanto concluyó la temporada con el Extremadura, que estuvo inmerso en la promoción de descenso a Segunda y finalmente no pudo salvarse, se hizo oficial el traspaso y Velamazán se enfundó la elástica blanquiazul. En su nuevo equipo sólo tardo unas jornadas en hacerse con un puesto en el once inicial. Desde la undécima jornada hasta el final de Liga fue titular en todos los encuentros que disputó, incluso la final de Copa ante el Atlético de Madrid que ganó el conjunto perico.
Tras ganar en junio la medalla de bronce en el Europeo sub 21, Toni Velamanzán completó un año fantástico con una gran actuación en el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de Sídney, en el que se llevó la medalla de plata. El extremo catalán jugó todos los partidos, aunque se lesionó en el minuto 27 de la final ante Camerún y tuvo que ser sustituido. Ante Corea del Sur marcó uno de los mejores goles del torneo que sirvió para adelantar a España.
Al regreso de los Juegos continuó siendo uno de los indiscutibles en el Espanyol durante el curso 2000-01 y la primera mitad de la temporada 01-02, pero el 6 de enero del 2002, ante Málaga, sufrió una rotura en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y estuvo en el dique seco lo que restaba de temporada.
Le costó mucho recuperar el ritmo y el nivel tras aquella lesión y durante la campaña 02-03 sólo fue titular en cinco de los veintiún partidos que disputó. Ahí comenzó su declive en el combinado perico, que se dilató dos temporadas más. Durante el curso 03-04 se vio privado de la confianza de Javier Clemente, técnico blanquiazul, y, de los quince partidos que jugó, sólo en cuatro fue titular. Con Lotina tampoco tuvo suerte y pasó a tener un papel meramente testimonial en el equipo.
Ante la falta de oportundiades, en el mercado de invierno de la temporada 05-06 se despidió del Espanyol, después de 139 partidos, 19 goles y una Copa del Rey, y se marchó al Almería de Segunda División. Pero en el combinado rojiblanco tampoco encontró la cura a sus males; el primer año jugó sólo 13 partidos, 3 como titular, y el segundo dos, como suplente. Así que lo tocó volver a hacer las maletas en enero y se marchó al Hospitalet, que militaba en Segunda División B.
Estuvo en el equipo catalán hasta el año 2010 y fue allí donde volvió a reencontrarse con una participación regular. La campaña 09-10 fue la última de Toni Velamazán como futbolista. Colgó las botas con 33 años y se pasó al mundo de los entrenadores. En la temporada 14-15 fue el técnico del infantil B del Espanyol.