Ricardo Zamora, el Divino
Ricardo Zamora nació en Barcelona el 21 de enero de 1901 y descubrió el fútbol en el colegio, viendo jugar a los chicos mayores. Dio sus primeras patadas en la calle hasta que ingresó en el Canigó, donde jugó ¡como delantero! Es una de las anécdotas más curiosas en la biografía del que fue el primer ídolo del fútbol español y uno de los mejores porteros que ha dado España.
Del Canigó pasó al Universitary, compaginando el deporte del balompié con sus estudios de Bachiller, y con 16 años pasó al RCD Espanyol, ya como guardameta. Su nombre empezaba a conocerse por los rincones futbolísticos de la Ciudad Condal. Después de tres temporadas luciendo el escudo perico, en 1919 la directiva del Fútbol Club Barcelona le incorporó a sus filas, aprovechando un desacuerdo entre Zamora y la directiva del Espanyol.
Se hizo con el puesto bajo los palos azulgrana en la temporada 1919-1920 y su gran fama le valió la convocatoria con la primera selección española en 1920. El jovencísimo Zamora (19 años) se consagró en Amberes como una de las sensaciones de los Juegos Olímpicos. Los pilares de la leyenda estaban construidos.
A la vuelta de Amberes continuó defendiendo la meta azulgrana y permaneció en el Barcelona hasta 1922. Zamora quería una mejora sustancial de su salario, pero la Directiva culé no acabó de rubricarla. El Espanyol repescó entonces a su guardameta, aunque tuvo que aguardar un año para poder jugar con la camiseta blanquiazul, pues fue sancionado por cambiar de equipo sin el consentimiento de su club de origen.
En 1930 el Real Madrid se lo llevó a la capital a golpe de talonario. Ricardo Zamora se convirtió en el fichaje más caro del fútbol español: cien mil pesetas pagó el club blanco por sus servicios. Además fue el jugador mejor pagado de la Liga Española, que había comenzado a disputarse en 1929. Jugó seis temporadas en el equipo madridista y en 1936 se marchó a Francia.
Acabó su carrera como futbolista en el OGC Niza y en el mismo club comenzó su andadura como entrenador. Durante la temporada 1937-1938 compaginó el trabajo en el campo y la labor fuera de él. Regresó a España en 1939 y amplió notablemente su currículum como técnico. Entrenó al Atlético Aviación, al Celta de Vigo, al Espanyol y en 1952 y 1953 dirigió a las selecciones de España y Venezuela. El bueno de Ricardo Zamora murió en Barcelona el 8 de septiembre de 1978, dejando a sus espaldas una biografía llena de historias y anécdotas para el recuerdo.
Con la selección española Ricardo Zamora jugó 46 partidos (en los que encajó 42 goles) y conquistó la medalla de plata en Amberes. El sobrenombre de Divino se debe a "su capacidad para intuir la trayectoria del balón y sus paradas sobrenaturales" escribe Ángel Iturriaga en su Diccionario de Jugadores de la Selección Española de fútbol. Sus magistrales y decisivas paradas en los partidos, unidas a la inventiva popular, ha dejado dos frases para el recuerdo: "Uno a cero y Zamora de portero" y "Sólo hay dos porteros: San Pedro en el Cielo y Zamora en la Tierra".
Las hazañas de Ricardo Zamora quizá no sean conocidas por todo el público futbolístico actual, pero su nombre se repite en infinidad de tertulias, informativos televisivos y radiofónicos y páginas de periódicos y revistas. En 1958 el diario Marca instauró el premio Zamora al portero menos goleado de la Liga española y medio siglo después se sigue hablando de zamoras en cada jornada futbolística.
Para saber más de Ricardo Zamora: Su completísima biografía en Hall of Fame Perico y este vídeo perteneciente al serial "100 años de historia viva del Real Madrid" que nos habla de la figura de Zamora, con el testimonio de algunos de sus compañeros de equipo.
Del Canigó pasó al Universitary, compaginando el deporte del balompié con sus estudios de Bachiller, y con 16 años pasó al RCD Espanyol, ya como guardameta. Su nombre empezaba a conocerse por los rincones futbolísticos de la Ciudad Condal. Después de tres temporadas luciendo el escudo perico, en 1919 la directiva del Fútbol Club Barcelona le incorporó a sus filas, aprovechando un desacuerdo entre Zamora y la directiva del Espanyol.
Se hizo con el puesto bajo los palos azulgrana en la temporada 1919-1920 y su gran fama le valió la convocatoria con la primera selección española en 1920. El jovencísimo Zamora (19 años) se consagró en Amberes como una de las sensaciones de los Juegos Olímpicos. Los pilares de la leyenda estaban construidos.
A la vuelta de Amberes continuó defendiendo la meta azulgrana y permaneció en el Barcelona hasta 1922. Zamora quería una mejora sustancial de su salario, pero la Directiva culé no acabó de rubricarla. El Espanyol repescó entonces a su guardameta, aunque tuvo que aguardar un año para poder jugar con la camiseta blanquiazul, pues fue sancionado por cambiar de equipo sin el consentimiento de su club de origen.
En 1930 el Real Madrid se lo llevó a la capital a golpe de talonario. Ricardo Zamora se convirtió en el fichaje más caro del fútbol español: cien mil pesetas pagó el club blanco por sus servicios. Además fue el jugador mejor pagado de la Liga Española, que había comenzado a disputarse en 1929. Jugó seis temporadas en el equipo madridista y en 1936 se marchó a Francia.
Acabó su carrera como futbolista en el OGC Niza y en el mismo club comenzó su andadura como entrenador. Durante la temporada 1937-1938 compaginó el trabajo en el campo y la labor fuera de él. Regresó a España en 1939 y amplió notablemente su currículum como técnico. Entrenó al Atlético Aviación, al Celta de Vigo, al Espanyol y en 1952 y 1953 dirigió a las selecciones de España y Venezuela. El bueno de Ricardo Zamora murió en Barcelona el 8 de septiembre de 1978, dejando a sus espaldas una biografía llena de historias y anécdotas para el recuerdo.
Con la selección española Ricardo Zamora jugó 46 partidos (en los que encajó 42 goles) y conquistó la medalla de plata en Amberes. El sobrenombre de Divino se debe a "su capacidad para intuir la trayectoria del balón y sus paradas sobrenaturales" escribe Ángel Iturriaga en su Diccionario de Jugadores de la Selección Española de fútbol. Sus magistrales y decisivas paradas en los partidos, unidas a la inventiva popular, ha dejado dos frases para el recuerdo: "Uno a cero y Zamora de portero" y "Sólo hay dos porteros: San Pedro en el Cielo y Zamora en la Tierra".
Las hazañas de Ricardo Zamora quizá no sean conocidas por todo el público futbolístico actual, pero su nombre se repite en infinidad de tertulias, informativos televisivos y radiofónicos y páginas de periódicos y revistas. En 1958 el diario Marca instauró el premio Zamora al portero menos goleado de la Liga española y medio siglo después se sigue hablando de zamoras en cada jornada futbolística.
Para saber más de Ricardo Zamora: Su completísima biografía en Hall of Fame Perico y este vídeo perteneciente al serial "100 años de historia viva del Real Madrid" que nos habla de la figura de Zamora, con el testimonio de algunos de sus compañeros de equipo.