La mezcla de política y deportes nunca ha sido positiva y en 1980 volvió a colisionar para provocar un cataclismo en la XXII edición de los Juegos Olímpicos, celebrados en Moscú. En esta ocasión un nuevo boicot por parte de las delegaciones ensombrenció incluso la Ceremonia de Inauguración del evento deportivo.
El epicentro del terremoto tuvo su origen esta vez en la invasión soviética a Afganistán en el año 1979. Ante la negativa a retirar las tropas, Estados Unidos inició el boicot a los Juegos Olímpicos que se celebrarían un año después en la capital de la URSS. El presidente del país norteamericano Jimmy Carter prohibió a los deportistas estadounidenses la participación en la competición olímpica, bajo amenaza de retirarles el pasaporte.
Su ejemplo lo siguieron otras naciones, como Japón, China o Alemania Federal. España también puso su grano de arena al boicot. Durante la Ceremonia de Apertura desfilaron con banderas olímpicas y no con la enseña española y el ente televisivo RTVE no transmitió el desfile inicial.
Aquella fue la primera batalla con la que tuvo lidiar Juan Antonio Samaranch, elegido presidente del Comité Olímpico Internacional ese mismo año. Pero no todo fue negativo, pues el espíritu olímpico pervivió en las canchas y terrenos de juego y nacieron nuevas estrellas que, de haber participado los estadounidenses, quizá habrían quedado en el anonimato.
Las medallas del fútbol se quedaron en la Europa del Este
El torneo futbolístico seguía teniendo a sus principales protagonistas en las selecciones de la Europa oriental. La República Democrática Alemana alcanzó su segunda final consecutiva, pero tuvo que conformarse con la medalla de plata. El oro fue para Checoslovaquia, que venció a los teutones por 1-0. La Unión Soviética se quedó con el bronce tras derrotar a Yugoslavia por 2-0.
España repitió participación en el campeonato olímpico y, aunque mejoró ligeramente la imagen, se tuvo que marchar a casa nada más terminar la fase de grupos. La selección hispana estaba encuadrada en el grupo C junto a la República Democrática Alemana, Argelia y Siria. Sobre el papel las selecciones africanas eran inferiores, pero en la práctica dejaron en evidencia la condición 'superior' de los hispanos.
Porque España sólo fue capaz de sacar empates en los tres encuentros. Curiosamente fue ante Alemania oriental cuando menos mereció llevarse un solo punto por el buen fútbol mostrado, pero el nivel decayó ante Argelia y Siria, que supieron amarrar a los españoles y fortificar su portería. El combinado rojo acabó la fase de grupos con tres puntos, los mismos que Argelia, pero la mejor diferencia de goles de los africanos les dio el billete a cuartos. Los alemanes, con cinco puntos, pasaron como primeros.
El epicentro del terremoto tuvo su origen esta vez en la invasión soviética a Afganistán en el año 1979. Ante la negativa a retirar las tropas, Estados Unidos inició el boicot a los Juegos Olímpicos que se celebrarían un año después en la capital de la URSS. El presidente del país norteamericano Jimmy Carter prohibió a los deportistas estadounidenses la participación en la competición olímpica, bajo amenaza de retirarles el pasaporte.
Su ejemplo lo siguieron otras naciones, como Japón, China o Alemania Federal. España también puso su grano de arena al boicot. Durante la Ceremonia de Apertura desfilaron con banderas olímpicas y no con la enseña española y el ente televisivo RTVE no transmitió el desfile inicial.
Aquella fue la primera batalla con la que tuvo lidiar Juan Antonio Samaranch, elegido presidente del Comité Olímpico Internacional ese mismo año. Pero no todo fue negativo, pues el espíritu olímpico pervivió en las canchas y terrenos de juego y nacieron nuevas estrellas que, de haber participado los estadounidenses, quizá habrían quedado en el anonimato.
Las medallas del fútbol se quedaron en la Europa del Este
El torneo futbolístico seguía teniendo a sus principales protagonistas en las selecciones de la Europa oriental. La República Democrática Alemana alcanzó su segunda final consecutiva, pero tuvo que conformarse con la medalla de plata. El oro fue para Checoslovaquia, que venció a los teutones por 1-0. La Unión Soviética se quedó con el bronce tras derrotar a Yugoslavia por 2-0.
España repitió participación en el campeonato olímpico y, aunque mejoró ligeramente la imagen, se tuvo que marchar a casa nada más terminar la fase de grupos. La selección hispana estaba encuadrada en el grupo C junto a la República Democrática Alemana, Argelia y Siria. Sobre el papel las selecciones africanas eran inferiores, pero en la práctica dejaron en evidencia la condición 'superior' de los hispanos.
Porque España sólo fue capaz de sacar empates en los tres encuentros. Curiosamente fue ante Alemania oriental cuando menos mereció llevarse un solo punto por el buen fútbol mostrado, pero el nivel decayó ante Argelia y Siria, que supieron amarrar a los españoles y fortificar su portería. El combinado rojo acabó la fase de grupos con tres puntos, los mismos que Argelia, pero la mejor diferencia de goles de los africanos les dio el billete a cuartos. Los alemanes, con cinco puntos, pasaron como primeros.