Antes de entrar de lleno en las aventuras- y desventuras- de la Selección española de fútbol en los Juegos Olímpicos, vamos a recordar cómo fue la entrada del balompié en el mayor evento deportivo a nivel internacional.
El barón Pierre de Coubertin, pedagogo y humanista francés, estaba muy interesado en el efecto positivo que el deporte tenía en el desarrollo intelectual de los jóvenes. Apasionado de la cultura de la Antigua Grecia, soñó con recuperar la tradición olímpica de los helenos y convertirla en una fiesta deportiva que uniera todas las naciones. Su deseo se hizo realidad en 1894. En el marco de un congreso mundial de deportistas celebrado en la Universidad de la Soborna, la Restauración de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna fue aprobada por unanimidad y se constituyó el Comité Olímpico Internacional. 1896 es una de las fechas más importantes en la historia del deporte. Ese año se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la época contemporánea.
El fútbol, un deporte que en la actualidad mueve millones de personas- y de dinero- tuvo que superar un costoso rito de iniciación en los Juegos Olímpicos. La principal barrera con la que tuvo que lidiar fue la ausencia de federaciones nacionales. Sólo los británicos, que llevaban años de ventaja a sus vecinos europeos- y no digamos del resto del mundo-, contaban con una Federación de Fútbol, instituida en 1863.
En Atenas 1896 se inscribió el fútbol como deporte participante, pero no compareció ningún representante. En las ediciones de París 1900 y San Luis 1904 se disputaron los primeros partidos olímpicos de fútbol, pero más como torneo de exhibición que como pruebas en sí. El equipo inglés Upton Park fue el vencedor en tierras galas y el Galt Football Club venció a dos escuadras estadounidenses en San Luis. Decir que ambas escuadras se llevaron el oro sería inexacto, ¡ni siquiera hubo medallas para ellos!
La primera participación seria del balompié tuvo lugar en Londres 1908 y ya tuvo como protagonistas a selecciones nacionales, eso sí, de carácter amateur por respeto al espíritu olímpico. Esta edición sin duda es recordada por su extensión en el tiempo, los Juegos comenzaron en abril y acabaron en octubre. Hubo siete naciones inscritas y ocho equipos: Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia, Holanda, Hungría, Bohemia y Francia (que llevó a dos grupos). Los británicos fueron profetas en su tierra y mostraron su maestría con el balón en los pies (y eso que no participaron los futbolistas profesionales). La plata fue para Dinamarca y el bronce para Holanda.
El mismo podio se repitió en Estocolmo 1912, que tuvo once participantes. Repitieron Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda, Suecia y Hungría, a las que se unieron Alemania, Austria, Finlandia, Italia, Noruega y Rusia. La principal novedad en esta edición fue que se disputó un torneo de consolación entre los equipos que no alcanzaron las semifinales y que ganó Hungría.
Los Juegos de Estocolmo fueron los únicos de la década de los años 10, pues la Primera Guerra Mundial se cruzó en la marcha olímpica. Por ello, Amberes acogería en 1920 los llamados Juegos de la Paz. En territorio belga escribiría España uno de sus grandes capítulos futbolísticos, pero esa es harina de un costal que abriremos más adelante.
El barón Pierre de Coubertin, pedagogo y humanista francés, estaba muy interesado en el efecto positivo que el deporte tenía en el desarrollo intelectual de los jóvenes. Apasionado de la cultura de la Antigua Grecia, soñó con recuperar la tradición olímpica de los helenos y convertirla en una fiesta deportiva que uniera todas las naciones. Su deseo se hizo realidad en 1894. En el marco de un congreso mundial de deportistas celebrado en la Universidad de la Soborna, la Restauración de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna fue aprobada por unanimidad y se constituyó el Comité Olímpico Internacional. 1896 es una de las fechas más importantes en la historia del deporte. Ese año se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la época contemporánea.
El fútbol, un deporte que en la actualidad mueve millones de personas- y de dinero- tuvo que superar un costoso rito de iniciación en los Juegos Olímpicos. La principal barrera con la que tuvo que lidiar fue la ausencia de federaciones nacionales. Sólo los británicos, que llevaban años de ventaja a sus vecinos europeos- y no digamos del resto del mundo-, contaban con una Federación de Fútbol, instituida en 1863.
En Atenas 1896 se inscribió el fútbol como deporte participante, pero no compareció ningún representante. En las ediciones de París 1900 y San Luis 1904 se disputaron los primeros partidos olímpicos de fútbol, pero más como torneo de exhibición que como pruebas en sí. El equipo inglés Upton Park fue el vencedor en tierras galas y el Galt Football Club venció a dos escuadras estadounidenses en San Luis. Decir que ambas escuadras se llevaron el oro sería inexacto, ¡ni siquiera hubo medallas para ellos!
La primera participación seria del balompié tuvo lugar en Londres 1908 y ya tuvo como protagonistas a selecciones nacionales, eso sí, de carácter amateur por respeto al espíritu olímpico. Esta edición sin duda es recordada por su extensión en el tiempo, los Juegos comenzaron en abril y acabaron en octubre. Hubo siete naciones inscritas y ocho equipos: Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia, Holanda, Hungría, Bohemia y Francia (que llevó a dos grupos). Los británicos fueron profetas en su tierra y mostraron su maestría con el balón en los pies (y eso que no participaron los futbolistas profesionales). La plata fue para Dinamarca y el bronce para Holanda.
El mismo podio se repitió en Estocolmo 1912, que tuvo once participantes. Repitieron Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda, Suecia y Hungría, a las que se unieron Alemania, Austria, Finlandia, Italia, Noruega y Rusia. La principal novedad en esta edición fue que se disputó un torneo de consolación entre los equipos que no alcanzaron las semifinales y que ganó Hungría.
Los Juegos de Estocolmo fueron los únicos de la década de los años 10, pues la Primera Guerra Mundial se cruzó en la marcha olímpica. Por ello, Amberes acogería en 1920 los llamados Juegos de la Paz. En territorio belga escribiría España uno de sus grandes capítulos futbolísticos, pero esa es harina de un costal que abriremos más adelante.
Para saber más: Este vídeo narra la historia de los Juegos Olímpicos hasta el año 2000, pero resultan muy interesantes los primeros minutos para profundizar en el origen de los Juegos de la Era Moderna.