Segunda parte de la entrevista a Abelardo Fernández. Aquí puedes leer la primera parte.
Una de las ventajas que traía alcanzar la final era que al fin pudisteis disfrutar algo de la Villa Olímpica.
En la Villa Olímpica estuvimos nada más después del partido, porque dormimos en el hotel Juan Carlos I, ahí al lado del Camp Nou, y después sí que es cierto que dormimos allí en la Villa Olímpica. Y sobre todo ver el Camp Nou lleno, fue impresionante, debió ser la única vez que se vio el Camp Nou lleno y con banderas españolas, yo creo que no se ha vivido nunca en la historia del fútbol en Barcelona. Un ambiente extraordinario y además ganamos la medalla. Yo tuve la suerte de meter el primer gol, pero después Kiko mete el tercero ya en el tiempo de descuento, fue un poco épico y más emocionante y te presta en el alma. Además empezamos perdiendo 0-1, remontamos 2-1, nos empataron a doses y ese gol de Kiko Narváez al final que hace todavía más alucinante ganar.
Imagino que la motivación estaba asegurada en esas circunstancias, pero ¿qué os dijo Vicente Miera antes de salir al campo?
Que hiciésemos lo que habíamos hecho hasta ahora, además me acuerdo que llegábamos a aquella final sin haber encajado un gol, que Toni no había encajado ningún gol en los cinco partidos que habíamos jugado. Nada, que jugásemos cómo habíamos jugado, que estuviésemos tranquilos y que disfrutásemos del partido. Y yo creo que así fue, fue un partido igualado, no fue de los mejores que hicimos, pero también en el cómputo global fuimos superiores y merecedores de esa medalla de oro.
¿Cómo afrontasteis el descanso esa desventaja en el marcador y haber encajado el primer gol en los Juegos?
Sé que el míster hizo un cambio, metió a Amavisca, no sé si quitó a Mikel Lasa. Creo que hizo un cambio ofensivo y las cosas salieron bien. Nos dijo que jugásemos tranquilos y un poco de lo mismo, que siguiésemos insistiendo porque en el primer tiempo habíamos tenido ocasiones, pero con ese marcador es difícil. Vino el empate mío, en una falta lateral de Guardiola, entré al segundo palo y metí gol. Después al poco metimos el 2-1, llevamos un varapalo con el 2-2 y al final esa última jugada, que es una jugada increíble. Saca Chapi Ferrer el córner, que debió de ser la única vez que sacó un córner en su vida, hay un rechace y remata Kiko, que le pega por arriba. Así que fue un gol muy rocambolesco, un poco raro, pero una alegría enorme, mucha emoción porque era el primer título importante, ser campeón olímpico en el fútbol era una pasada. El míster también había pasado una época mala, porque había estado delicado de salud unos meses antes. Estaba Miguel Sánchez también que era asturiano, Jesús, el psicólogo, era asturiano, su mujer, Rosana, éramos varios asturianos y lo disfrutamos muchísimo. Y me acuerdo que estaba también Kubala, con nosotros, casi nada.
Durante los Juegos se había extendido la firme creencia de que los Reyes Juan Carlos y Sofía eran un talismán para los deportistas españoles. Y en la final de fútbol habían llegado al palco poco antes de que marcaras en 1-1.
Es verdad. Eso me dijeron luego, la verdad que en el campo no sabías quién estaba en el palco, pero eso dijeron. Después nos bajaron a felicitar, nos dieron la medalla, muy bonito.
Una de las ventajas que traía alcanzar la final era que al fin pudisteis disfrutar algo de la Villa Olímpica.
En la Villa Olímpica estuvimos nada más después del partido, porque dormimos en el hotel Juan Carlos I, ahí al lado del Camp Nou, y después sí que es cierto que dormimos allí en la Villa Olímpica. Y sobre todo ver el Camp Nou lleno, fue impresionante, debió ser la única vez que se vio el Camp Nou lleno y con banderas españolas, yo creo que no se ha vivido nunca en la historia del fútbol en Barcelona. Un ambiente extraordinario y además ganamos la medalla. Yo tuve la suerte de meter el primer gol, pero después Kiko mete el tercero ya en el tiempo de descuento, fue un poco épico y más emocionante y te presta en el alma. Además empezamos perdiendo 0-1, remontamos 2-1, nos empataron a doses y ese gol de Kiko Narváez al final que hace todavía más alucinante ganar.
Imagino que la motivación estaba asegurada en esas circunstancias, pero ¿qué os dijo Vicente Miera antes de salir al campo?
Que hiciésemos lo que habíamos hecho hasta ahora, además me acuerdo que llegábamos a aquella final sin haber encajado un gol, que Toni no había encajado ningún gol en los cinco partidos que habíamos jugado. Nada, que jugásemos cómo habíamos jugado, que estuviésemos tranquilos y que disfrutásemos del partido. Y yo creo que así fue, fue un partido igualado, no fue de los mejores que hicimos, pero también en el cómputo global fuimos superiores y merecedores de esa medalla de oro.
¿Cómo afrontasteis el descanso esa desventaja en el marcador y haber encajado el primer gol en los Juegos?
Sé que el míster hizo un cambio, metió a Amavisca, no sé si quitó a Mikel Lasa. Creo que hizo un cambio ofensivo y las cosas salieron bien. Nos dijo que jugásemos tranquilos y un poco de lo mismo, que siguiésemos insistiendo porque en el primer tiempo habíamos tenido ocasiones, pero con ese marcador es difícil. Vino el empate mío, en una falta lateral de Guardiola, entré al segundo palo y metí gol. Después al poco metimos el 2-1, llevamos un varapalo con el 2-2 y al final esa última jugada, que es una jugada increíble. Saca Chapi Ferrer el córner, que debió de ser la única vez que sacó un córner en su vida, hay un rechace y remata Kiko, que le pega por arriba. Así que fue un gol muy rocambolesco, un poco raro, pero una alegría enorme, mucha emoción porque era el primer título importante, ser campeón olímpico en el fútbol era una pasada. El míster también había pasado una época mala, porque había estado delicado de salud unos meses antes. Estaba Miguel Sánchez también que era asturiano, Jesús, el psicólogo, era asturiano, su mujer, Rosana, éramos varios asturianos y lo disfrutamos muchísimo. Y me acuerdo que estaba también Kubala, con nosotros, casi nada.
Durante los Juegos se había extendido la firme creencia de que los Reyes Juan Carlos y Sofía eran un talismán para los deportistas españoles. Y en la final de fútbol habían llegado al palco poco antes de que marcaras en 1-1.
Es verdad. Eso me dijeron luego, la verdad que en el campo no sabías quién estaba en el palco, pero eso dijeron. Después nos bajaron a felicitar, nos dieron la medalla, muy bonito.
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando el árbitro pita el final y ves que sois campeones olímpicos? Era mi primer título importante, así que una alegría enorme, una emoción todos enorme, porque éramos muy buen grupo, nos llevábamos muy bien, nos conocíamos de años, de haber coincidido en la sub 21, | Esa última jugada es increíble. Saca Chapi Ferrer el córner, hay un rechace y remata Kiko. Fue un gol muy rocambolesco, un poco raro, pero una alegría enorme, mucha emoción porque era el primer título importante. |
incluso en la sub 20 y la sub 19 había coincidido con muchos de ellos. Era un grupo muy muy bueno a nivel de futbolistas y sobre todo humano, la verdad que fue una emoción terrible.
¿Cuándo fuisteis realmente conscientes de que habíais hecho historia con ese Oro?
Después de ganar la medalla. Sabíamos que era el primer título, después de la Eurocopa del 64, importante. Habían pasado 26 años sin haber conseguido España un título tan importante, entonces sí que te das cuenta de ello. Pero también eres joven y no lo valoras tanto, lo valoras luego con el tiempo. Teníamos todos 21-22 años, eres muy jovencito, acabas de empezar en el fútbol como quien dice y según pasa el tiempo lo valoras más.
¿Qué supuso para ti, a nivel personal y profesional, la experiencia olímpica?
Todo, yo creo que representar a tu país en la Olimpiada y ser medalla de oro lo es todo. Y después representabas al Sporting, me acuerdo que Luis Enrique ya estaba en el Madrid, pero fuimos Javi Manjarín y yo de aquí. Dos chavales que estuvimos en la Olimpiada y que conseguimos la medalla de oro, eso para el Sporting también enorgullece.
¿También guardas la medalla de oro en la caja fuerte de un banco como Santi Cañizares?
No, no, no te voy a decir donde la tengo (risas), pero sí que la tengo guardada. Es normal, es un recuerdo imborrable y la verdad es que es una pasada.
En aquellos Juegos Olímpicos se introdujo por primera vez la limitación sub 23 a los participantes en el torneo de fútbol. ¿Crees que eso favorece menos el espectáculo o es un aliciente para las jóvenes promesas?
No lo sé, yo creo que ahora hay una limitación, pero sí que pueden ir dos o tres futbolistas que pasen la edad. A lo mejor tendría que ir quien quisiese. Un título olímpico es una grandeza, es el acontecimiento más importante a nivel de deporte. Creo que en el fútbol también deberían ir los mejores; después está el Mundial de fútbol, que es específicamente de fútbol, pero a una Olimpiada tendrían que ir los mejores de cada país en todos los deportes.
Al término de la charla olímpica, mientras abandonamos el gran salón donde los jugadores del Sporting se relajan en los días de concentración, hay tiempo para hablar de la actualidad rojiblanca. Abelardo comenta: "Ojalá se logre el milagro en Sevilla". Y vaya sí se consiguió. Desde La Roja en el Olimpo enviamos nuestra felicitación al entrenador del Sporting de Gijón y a todos los integrantes del cuerpo técnico y la plantilla, los héroes del ascenso a Primera División.
¿Cuándo fuisteis realmente conscientes de que habíais hecho historia con ese Oro?
Después de ganar la medalla. Sabíamos que era el primer título, después de la Eurocopa del 64, importante. Habían pasado 26 años sin haber conseguido España un título tan importante, entonces sí que te das cuenta de ello. Pero también eres joven y no lo valoras tanto, lo valoras luego con el tiempo. Teníamos todos 21-22 años, eres muy jovencito, acabas de empezar en el fútbol como quien dice y según pasa el tiempo lo valoras más.
¿Qué supuso para ti, a nivel personal y profesional, la experiencia olímpica?
Todo, yo creo que representar a tu país en la Olimpiada y ser medalla de oro lo es todo. Y después representabas al Sporting, me acuerdo que Luis Enrique ya estaba en el Madrid, pero fuimos Javi Manjarín y yo de aquí. Dos chavales que estuvimos en la Olimpiada y que conseguimos la medalla de oro, eso para el Sporting también enorgullece.
¿También guardas la medalla de oro en la caja fuerte de un banco como Santi Cañizares?
No, no, no te voy a decir donde la tengo (risas), pero sí que la tengo guardada. Es normal, es un recuerdo imborrable y la verdad es que es una pasada.
En aquellos Juegos Olímpicos se introdujo por primera vez la limitación sub 23 a los participantes en el torneo de fútbol. ¿Crees que eso favorece menos el espectáculo o es un aliciente para las jóvenes promesas?
No lo sé, yo creo que ahora hay una limitación, pero sí que pueden ir dos o tres futbolistas que pasen la edad. A lo mejor tendría que ir quien quisiese. Un título olímpico es una grandeza, es el acontecimiento más importante a nivel de deporte. Creo que en el fútbol también deberían ir los mejores; después está el Mundial de fútbol, que es específicamente de fútbol, pero a una Olimpiada tendrían que ir los mejores de cada país en todos los deportes.
Al término de la charla olímpica, mientras abandonamos el gran salón donde los jugadores del Sporting se relajan en los días de concentración, hay tiempo para hablar de la actualidad rojiblanca. Abelardo comenta: "Ojalá se logre el milagro en Sevilla". Y vaya sí se consiguió. Desde La Roja en el Olimpo enviamos nuestra felicitación al entrenador del Sporting de Gijón y a todos los integrantes del cuerpo técnico y la plantilla, los héroes del ascenso a Primera División.