La medalla de plata conquistada por España en Amberes trajo consigo una gran crecimiento del fútbol ibérico. La afición al deporte del balompié se incrementó considerablemente; los niños soñaban con ser Zamora, Samitier, Belauste o Pichichi y los adultos se maravillaban los domingos con lo que aquellos bravos muchachos hacían con una pelota en los pies.
España creyó ciegamente que tenían una selección casi divina. A la vuelta de Amberes, la selección nacional disputó siete amistosos contra escuadras europeas y sólo perdió uno, ante Bélgica en 1923. La confianza en aquellos jugadores que defendían con bravura el escudo español era máxima y la Federación Española de Fútbol no dudó a la hora de inscribirla en los Juegos Olímpicos que se celebrarían en París en 1924.
Llegó la ilusión hasta tal extremo que la revista Nuevo Mundo incluso lanzó un concurso en el que sorteaban viajes a los Juegos Olímpicos. Los afortunados tendrían viaje en primera, hotel de primera y entradas para TODOS los partidos. Sólo había que comprar el número correspondiente de la revista, donde se incluía el boleto para particpar.
Veintitrés selecciones de fútbol se inscribieron en los Juegos, cifra récord hasta 1924:
Dado el número de participantes, se optó por realizar una ronda previa en la que participarían catorce equipos, designados por sorteo, y los restantes esperarían rival en octavos. El calendario del torneo se dio a conocer en el mes de abril, con una gran antelación en comparación con los Juegos de Amberes. España no tuvo suerte y cayó en el bombo de la fase preliminar, donde se vería las caras con su vecina Italia.
Hay que destarcar que a última hora Portuga l declinó participar en los Juegos, aduciendo "insuficiencia técnica y financiera", por lo que la fase preliminar quedó compuesta por doce equipos. El rival de Portugal en esa ronda, Suecia, pasó directamente a octavos.
La selección española partía como la gran favorita ante los italianos. Se habían enfrentado a ellos dos veces y nunca habían perdido (2-0 en Amberes y 0-0 en un amistoso en Milán). Pero ese convencimiento de superioridad acabó explotándonos en la cara, pues la 'Azzurra' nos eliminó, de un golpe mortal en el pecho, de los Juegos Olímpicos.
Para saber más: Resumen de los Juegos de París 1924, que inspiraron la película Carros de Fuego.
España creyó ciegamente que tenían una selección casi divina. A la vuelta de Amberes, la selección nacional disputó siete amistosos contra escuadras europeas y sólo perdió uno, ante Bélgica en 1923. La confianza en aquellos jugadores que defendían con bravura el escudo español era máxima y la Federación Española de Fútbol no dudó a la hora de inscribirla en los Juegos Olímpicos que se celebrarían en París en 1924.
Llegó la ilusión hasta tal extremo que la revista Nuevo Mundo incluso lanzó un concurso en el que sorteaban viajes a los Juegos Olímpicos. Los afortunados tendrían viaje en primera, hotel de primera y entradas para TODOS los partidos. Sólo había que comprar el número correspondiente de la revista, donde se incluía el boleto para particpar.
Veintitrés selecciones de fútbol se inscribieron en los Juegos, cifra récord hasta 1924:
- Europa: Bélgica, Bulgaria, Checoslovaquia, España, Estonia, Francia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Suiza, Turquía y Yugoslavia.
- América: Estados Unidos y Uruguay.
- África: Egipto.
Dado el número de participantes, se optó por realizar una ronda previa en la que participarían catorce equipos, designados por sorteo, y los restantes esperarían rival en octavos. El calendario del torneo se dio a conocer en el mes de abril, con una gran antelación en comparación con los Juegos de Amberes. España no tuvo suerte y cayó en el bombo de la fase preliminar, donde se vería las caras con su vecina Italia.
Hay que destarcar que a última hora Portuga l declinó participar en los Juegos, aduciendo "insuficiencia técnica y financiera", por lo que la fase preliminar quedó compuesta por doce equipos. El rival de Portugal en esa ronda, Suecia, pasó directamente a octavos.
La selección española partía como la gran favorita ante los italianos. Se habían enfrentado a ellos dos veces y nunca habían perdido (2-0 en Amberes y 0-0 en un amistoso en Milán). Pero ese convencimiento de superioridad acabó explotándonos en la cara, pues la 'Azzurra' nos eliminó, de un golpe mortal en el pecho, de los Juegos Olímpicos.
Para saber más: Resumen de los Juegos de París 1924, que inspiraron la película Carros de Fuego.