Puyol, alma de capitán
Carles Puyol Saforcada vino al mundo el 13 de abril de 1978 en La Pobla de Segur (Lérida). Fue uno de esos futbolistas que aparecen una vez cada cien años; icono del Barcelona y de la selección española, eterno capitán y el perfecto modelo que todos los niños deberían imitar. En una época en que los traspasos mutimillonarios y los cambios constantes de club están a la orden del día, el tiburón Puyol- uno de sus apodos más memorables- ha representado el paradigma auténtico de un one club man, siempre fiel a los colores del equipo culé. Lo ha ganado prácticamente todo a nivel de club y de selección, incluso una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
"Puyol ha sido uno de los jugadores más importantes de la historia del Barça. Fuerza, abnegación, corazón y amor a los colores azulgranas fueron sus rasgos distintivos y lo hicieron imprescindible a la defensa barcelonista durante muchos años. Cuando Puyi se retiró al finalizar la temporada 2013/14 hacía muchos años que había convertido en un ídolo para la afición azulgrana", reza su perfil en la sección Leyendas de la web del FC Barcelona.
Carles Puyol comenzó a jugar al fútbol en el colegio Sagrada Familia y en el equipo juvenil de La Pobla de Segur, hasta que un técnico de las categorías inferiores del Barcelona se fijó en aquel adolescente rizoso que jugaba entonces como interior derecho. En 1995 firmó su primer contrato con el club azulgrana y se incorporó al equipo de División de Honor juvenil. Ese mismo año debutó con el Barcelona C y a la temporada siguiente hizo lo propio con el segundo equipo culé.
Todo transcurría a una velocidad endiablada y los equipos se le iban quedando pequeños a Carles Puyol. Durante las temporadas 97-98 y 98-99 fue un jugador indiscutible en el filial del Barcelona, primero en Segunda B y luego en Segunda. En todo ese tiempo no había dejado de tocar el timbre de la puerta del primer equipo, pero tuvo que ser paciente hasta que alguien se la abrió.
Ese día llegó el 2 de octubre de 1999. Louis Van Gaal convocó a Carles Puyol para el partido que les enfrentaría al Valladolid en el José Zorilla. Presenció la primera parte desde el banquillo y en el minuto 55, el técnico holandés le mandó al terreno de juego. Debutó en el primer equipo y en Primera División con 21 años, con el número 32 a la espalda y como lateral derecho.
Poco a poco fue participando más con el primer equipo culé al tiempo que jugaba también para el filial. Pero se afianzó en el puesto de lateral diestro y desde la jornada 16 comenzó a convertirse en una de las columnas del Barcelona. Esa temporada disputó 37 encuentros con el combinado azulgrana, 24 en Primera División, 5 en la Copa del Rey y 8 en la Champions League, su primera competición europea.
Ese verano vivió otros dos momentos históricos en su carrera. En junio logró el bronce con la selección española sub 21 en el Europeo y en septiembre fue convocado por Iñaki Sáez para disputar los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Comenzó el torneo en el banquillo y tuvo sus primeros minutos ante Chile, en el segundo partido de la fase de grupos. La sanción de Lacruz le abrió las puertas del lateral derecho ante Marruecos y ya no salió del once titular, aunque los siguientes tres partidos los jugó como lateral izquierdo. La medalla de plata sería sólo el segundo título de un amplísimo palmarés.
A base de esfuerzo y trabajo duro en cada instante de cada entrenamiento y partido- fuese amistoso u oficial-, Carles Puyol se ganó por derecho propio tener un puesto en el once titular del Barça. En la temporada 2000-01 estrenó el dorsal 24, pero no le trajo demasiada fortuna. En los Juegos había sufrido una lesión en el cartílago de la rodilla derecha, pero no se detectó el problema hasta diciembre. Tuvo que pasar por el quirófano y estuvo tres meses y medio de baja.
Pero Puyol demostró su fuerza de voluntad y capacidad de sacrificio y se empezó a ver que no era un defensa corriente, que estaba hecho 'de otra pasta'. El 1 de abril de 2001 volvió a vestirse de corto y salió de titular ante Las Palmas. Jugó trece encuentros en lo que restaba de temporada, incluso la final de Copa del Rey ante el Celta de Vigo, a la postre campeón copero.
Repitió con el número 24 a la espalda en la temporada 2001-02 y acabó con el gafe del curso anterior. Jugó 51 partidos, 49 de ellos como titular y marcó dos goles. Curiosamente, su primer tanto con el primer equipo azulgrana llegó ante el equipo que le había visto debutar en Primera División, el Valladolid. Ese año tampoco el Barça pudo levantar ningún título, una sequía que ya duraba tres años y que aún se prolongaría dos temporadas más.
En la temporada 04-05, ya con el número 5 en su camiseta y como uno de los capitanes de la plantilla, Puyol conquistó su primera Liga, la decimoséptima del equipo azulgrana. Ya en entonces nadie se imaginaba un Barcelona sin Puyol, miembro indiscutible de la columna vertebral del equipo junto a Xavi, y jefe de la defensa en cualquiera de sus posiciones. Daba igual que le colocaran como lateral derecho, izquierdo o central, Puyol te garantizaba siempre que iba a dar el 200% de su nivel si era necesario.
En el año 2006 Puyol levantó el cielo de París otro de esos títulos que todos quieren ganar, la Orejona, la Copa que condecora al campeón de la Champions League. Fue una temporada memorable, en la que el Barcelona encadenó Supercopa de España, Liga y Champions. Pero lo mejor estaba aún por llegar.
El capitán vivió su mejor etapa como futbolista entre el 2008 y el 2012, coincidiendo con la estancia de Pep Guardiola en el banquillo azulgrana. El central de la Pobla llegaba de ganar la Eurocopa con la selección española y se cansó de levantar títulos. La temporada 08-09 fue histórica para el Fútbol Club Barcelona al lograr el primer triplete de su historia: Copa, Liga y Champions. Pero al curso siguiente lo completó con la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. El Barça ya era el mejor equipo del mundo.
En la temporada 2010-11 las lesiones volvieron a frenar la regularidad de Puyol. En enero tuvo que parar por culpa de una tendinopatía en el vasto interno de la rodilla izquierda. Descartó la opción del quirófano y realizó tratamiento conservador, por lo que pudo volver a jugar, pero con precaución. Llegó a tiempo para participar en la final de la Champions League ante el Manchester United en Wembley. El Barcelona conquistó allí su cuarta Liga de Campeones y Puyol protagonizó uno de esos actos espontáneos que engrandecen su leyenda: renunció a levantar la Copa y cedió ese derecho a Eric Abidal.
Tras pasar por la sala de operaciones en junio de 2011 para arreglar los problemas en la rodilla izquierda, Carles Puyol regresó en plenas facultades y volvió a jugar al máximo nivel durante la temporada 2011-12. En los 44 partidos que disputó consiguió anotar cinco goles, su mejor registro goleador en el primer equipo azulgrana.
Sin embargo, los problemas en la rodilla derecha volvieron a hacer acto de presencia en las dos últimas temporadas de Puyol en el Fútbol Club Barcelona. En menos de un año tuvo que someterse a dos artroscopias y por primera vez en su carrera pasó más tiempo en la grada que sobre el césped. Entre la temporada 12-13 y la 13-14 sólo jugó 34 encuentros. En mayo del 2014 anunció su decisión de colgar las botas a final de temporada y se despidió de forma oficial en un emotivo acto el 15 de mayo. La única espina clavada, no poder despedirse sobre el terreno de juego.
Era el adiós a un icono del Barcelona y de la selección española, a un profesional íntegro y responsable y a un defensa duro, muy difícil de superar, capaz de adaptarse a la posición del campo que el entrenador de turno le asignara y con un juego aéreo sobresaliente. A ello hay que sumar la habilidad para marcar goles en los momentos idóneos, como el que marcó en el Mundial de Sudáfrica ante Alemania.
Pero no sólo fue su comportamiento sobre el césped lo que le convirtió en la voz autorizada del equipo. Puyol nunca dejaba que un jugador se desconcentrara, daba igual la situación del partido. En más de una ocasión le echó la bronca a algún compañero por estar menos atento de lo que cabría esperar, aunque fuera el minuto 92 del encuentro y el marcador reflejara una nueva goleada azulgrana. Cuando Carles estaba en el campo se notaba, los temores en la defensa desaparecían y todos se sentían más protegidos.
Se retiró del Fútbol Club Barcelona tras 15 temporadas en el primer equipo azulgrana y con la vitola de ser el segundo jugador del club con más partidos disputados: 593; sólo Xavi le supera (709). Consiguió 18 goles con el Barcelona y conquistó 21 títulos: 6 Ligas, 2 Copas del Rey, 6 Supercopas de España, 3 Champions League, 2 Supercopas de Europas y 2 Mundiales de Clubes. Y todo ello regado con una estela impresionante en la selección nacional. Tras colgar las botas, y hasta enero de este año, pasó a formar parte de la secretaría técnica del FC Barcelona.
"Puyol ha sido uno de los jugadores más importantes de la historia del Barça. Fuerza, abnegación, corazón y amor a los colores azulgranas fueron sus rasgos distintivos y lo hicieron imprescindible a la defensa barcelonista durante muchos años. Cuando Puyi se retiró al finalizar la temporada 2013/14 hacía muchos años que había convertido en un ídolo para la afición azulgrana", reza su perfil en la sección Leyendas de la web del FC Barcelona.
Carles Puyol comenzó a jugar al fútbol en el colegio Sagrada Familia y en el equipo juvenil de La Pobla de Segur, hasta que un técnico de las categorías inferiores del Barcelona se fijó en aquel adolescente rizoso que jugaba entonces como interior derecho. En 1995 firmó su primer contrato con el club azulgrana y se incorporó al equipo de División de Honor juvenil. Ese mismo año debutó con el Barcelona C y a la temporada siguiente hizo lo propio con el segundo equipo culé.
Todo transcurría a una velocidad endiablada y los equipos se le iban quedando pequeños a Carles Puyol. Durante las temporadas 97-98 y 98-99 fue un jugador indiscutible en el filial del Barcelona, primero en Segunda B y luego en Segunda. En todo ese tiempo no había dejado de tocar el timbre de la puerta del primer equipo, pero tuvo que ser paciente hasta que alguien se la abrió.
Ese día llegó el 2 de octubre de 1999. Louis Van Gaal convocó a Carles Puyol para el partido que les enfrentaría al Valladolid en el José Zorilla. Presenció la primera parte desde el banquillo y en el minuto 55, el técnico holandés le mandó al terreno de juego. Debutó en el primer equipo y en Primera División con 21 años, con el número 32 a la espalda y como lateral derecho.
Poco a poco fue participando más con el primer equipo culé al tiempo que jugaba también para el filial. Pero se afianzó en el puesto de lateral diestro y desde la jornada 16 comenzó a convertirse en una de las columnas del Barcelona. Esa temporada disputó 37 encuentros con el combinado azulgrana, 24 en Primera División, 5 en la Copa del Rey y 8 en la Champions League, su primera competición europea.
Ese verano vivió otros dos momentos históricos en su carrera. En junio logró el bronce con la selección española sub 21 en el Europeo y en septiembre fue convocado por Iñaki Sáez para disputar los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Comenzó el torneo en el banquillo y tuvo sus primeros minutos ante Chile, en el segundo partido de la fase de grupos. La sanción de Lacruz le abrió las puertas del lateral derecho ante Marruecos y ya no salió del once titular, aunque los siguientes tres partidos los jugó como lateral izquierdo. La medalla de plata sería sólo el segundo título de un amplísimo palmarés.
A base de esfuerzo y trabajo duro en cada instante de cada entrenamiento y partido- fuese amistoso u oficial-, Carles Puyol se ganó por derecho propio tener un puesto en el once titular del Barça. En la temporada 2000-01 estrenó el dorsal 24, pero no le trajo demasiada fortuna. En los Juegos había sufrido una lesión en el cartílago de la rodilla derecha, pero no se detectó el problema hasta diciembre. Tuvo que pasar por el quirófano y estuvo tres meses y medio de baja.
Pero Puyol demostró su fuerza de voluntad y capacidad de sacrificio y se empezó a ver que no era un defensa corriente, que estaba hecho 'de otra pasta'. El 1 de abril de 2001 volvió a vestirse de corto y salió de titular ante Las Palmas. Jugó trece encuentros en lo que restaba de temporada, incluso la final de Copa del Rey ante el Celta de Vigo, a la postre campeón copero.
Repitió con el número 24 a la espalda en la temporada 2001-02 y acabó con el gafe del curso anterior. Jugó 51 partidos, 49 de ellos como titular y marcó dos goles. Curiosamente, su primer tanto con el primer equipo azulgrana llegó ante el equipo que le había visto debutar en Primera División, el Valladolid. Ese año tampoco el Barça pudo levantar ningún título, una sequía que ya duraba tres años y que aún se prolongaría dos temporadas más.
En la temporada 04-05, ya con el número 5 en su camiseta y como uno de los capitanes de la plantilla, Puyol conquistó su primera Liga, la decimoséptima del equipo azulgrana. Ya en entonces nadie se imaginaba un Barcelona sin Puyol, miembro indiscutible de la columna vertebral del equipo junto a Xavi, y jefe de la defensa en cualquiera de sus posiciones. Daba igual que le colocaran como lateral derecho, izquierdo o central, Puyol te garantizaba siempre que iba a dar el 200% de su nivel si era necesario.
En el año 2006 Puyol levantó el cielo de París otro de esos títulos que todos quieren ganar, la Orejona, la Copa que condecora al campeón de la Champions League. Fue una temporada memorable, en la que el Barcelona encadenó Supercopa de España, Liga y Champions. Pero lo mejor estaba aún por llegar.
El capitán vivió su mejor etapa como futbolista entre el 2008 y el 2012, coincidiendo con la estancia de Pep Guardiola en el banquillo azulgrana. El central de la Pobla llegaba de ganar la Eurocopa con la selección española y se cansó de levantar títulos. La temporada 08-09 fue histórica para el Fútbol Club Barcelona al lograr el primer triplete de su historia: Copa, Liga y Champions. Pero al curso siguiente lo completó con la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. El Barça ya era el mejor equipo del mundo.
En la temporada 2010-11 las lesiones volvieron a frenar la regularidad de Puyol. En enero tuvo que parar por culpa de una tendinopatía en el vasto interno de la rodilla izquierda. Descartó la opción del quirófano y realizó tratamiento conservador, por lo que pudo volver a jugar, pero con precaución. Llegó a tiempo para participar en la final de la Champions League ante el Manchester United en Wembley. El Barcelona conquistó allí su cuarta Liga de Campeones y Puyol protagonizó uno de esos actos espontáneos que engrandecen su leyenda: renunció a levantar la Copa y cedió ese derecho a Eric Abidal.
Tras pasar por la sala de operaciones en junio de 2011 para arreglar los problemas en la rodilla izquierda, Carles Puyol regresó en plenas facultades y volvió a jugar al máximo nivel durante la temporada 2011-12. En los 44 partidos que disputó consiguió anotar cinco goles, su mejor registro goleador en el primer equipo azulgrana.
Sin embargo, los problemas en la rodilla derecha volvieron a hacer acto de presencia en las dos últimas temporadas de Puyol en el Fútbol Club Barcelona. En menos de un año tuvo que someterse a dos artroscopias y por primera vez en su carrera pasó más tiempo en la grada que sobre el césped. Entre la temporada 12-13 y la 13-14 sólo jugó 34 encuentros. En mayo del 2014 anunció su decisión de colgar las botas a final de temporada y se despidió de forma oficial en un emotivo acto el 15 de mayo. La única espina clavada, no poder despedirse sobre el terreno de juego.
Era el adiós a un icono del Barcelona y de la selección española, a un profesional íntegro y responsable y a un defensa duro, muy difícil de superar, capaz de adaptarse a la posición del campo que el entrenador de turno le asignara y con un juego aéreo sobresaliente. A ello hay que sumar la habilidad para marcar goles en los momentos idóneos, como el que marcó en el Mundial de Sudáfrica ante Alemania.
Pero no sólo fue su comportamiento sobre el césped lo que le convirtió en la voz autorizada del equipo. Puyol nunca dejaba que un jugador se desconcentrara, daba igual la situación del partido. En más de una ocasión le echó la bronca a algún compañero por estar menos atento de lo que cabría esperar, aunque fuera el minuto 92 del encuentro y el marcador reflejara una nueva goleada azulgrana. Cuando Carles estaba en el campo se notaba, los temores en la defensa desaparecían y todos se sentían más protegidos.
Se retiró del Fútbol Club Barcelona tras 15 temporadas en el primer equipo azulgrana y con la vitola de ser el segundo jugador del club con más partidos disputados: 593; sólo Xavi le supera (709). Consiguió 18 goles con el Barcelona y conquistó 21 títulos: 6 Ligas, 2 Copas del Rey, 6 Supercopas de España, 3 Champions League, 2 Supercopas de Europas y 2 Mundiales de Clubes. Y todo ello regado con una estela impresionante en la selección nacional. Tras colgar las botas, y hasta enero de este año, pasó a formar parte de la secretaría técnica del FC Barcelona.
Con la selección española
Carles Puyol debutó con la selección española absoluta el 15 de noviembre del año 2000 en un partido amistoso ante Holanda disputado en Sevilla. Como ya había hecho en el Barcelona, no tardó en ganarse un puesto con el combinado nacional y fue un fijo en las convocatorias durante 13 años. Sus primeras experiencias en competiciones internacionales no fueron positivas; en el Mundial del 2002 fue eliminada en cuartos de final por Corea del Sur en la tanda penaltis, en la Eurocopa de Portugal en 2004 no pasó de la fase de grupos y en el Mundial de Alemania, en el 2006, cayó en octavos a manos de Francia.
Pero el sino de la selección española dio un giro radical en el año 2008. En el Ernst Happel de Viena, España logró la segunda Eurocopa de su historia. Puyol jugó todos los encuentros menos el último partido de la fase de grupos y su nombre apareció en el once ideal del torneo. Puyol compartió equipo con Marchena, Capdevila y Xavi Hernández, compañeros de plata en Sídney 2000.
Dos años después España volvió a hacer historia, esta vez en el Mundial de Sudáfrica. Puyol fue un héroe destacado del torneo; disputó todos los minutos y en las semifinales contra Alemania marcó el gol que clasificó a España para la final del torneo ante Holanda. El 11 de julio de 2010 Puyol sumó a su palmarés uno de los títulos más preciados del universo futbolístico.
La rodilla derecha le impidió añadir también la Eurocopa del 2012 a la lista de títulos que había logrado con la selección española. Su momento en la Roja había terminado, pero aún pudo disputar un último partido con el combinado nacional, un amistoso frente a Uruguay el 6 de febrero de 2013. Se despidió de la selección española con un centenar de partidos como internacional absoluto- es el noveno jugador con más encuentros- y tres goles.
Carles Puyol debutó con la selección española absoluta el 15 de noviembre del año 2000 en un partido amistoso ante Holanda disputado en Sevilla. Como ya había hecho en el Barcelona, no tardó en ganarse un puesto con el combinado nacional y fue un fijo en las convocatorias durante 13 años. Sus primeras experiencias en competiciones internacionales no fueron positivas; en el Mundial del 2002 fue eliminada en cuartos de final por Corea del Sur en la tanda penaltis, en la Eurocopa de Portugal en 2004 no pasó de la fase de grupos y en el Mundial de Alemania, en el 2006, cayó en octavos a manos de Francia.
Pero el sino de la selección española dio un giro radical en el año 2008. En el Ernst Happel de Viena, España logró la segunda Eurocopa de su historia. Puyol jugó todos los encuentros menos el último partido de la fase de grupos y su nombre apareció en el once ideal del torneo. Puyol compartió equipo con Marchena, Capdevila y Xavi Hernández, compañeros de plata en Sídney 2000.
Dos años después España volvió a hacer historia, esta vez en el Mundial de Sudáfrica. Puyol fue un héroe destacado del torneo; disputó todos los minutos y en las semifinales contra Alemania marcó el gol que clasificó a España para la final del torneo ante Holanda. El 11 de julio de 2010 Puyol sumó a su palmarés uno de los títulos más preciados del universo futbolístico.
La rodilla derecha le impidió añadir también la Eurocopa del 2012 a la lista de títulos que había logrado con la selección española. Su momento en la Roja había terminado, pero aún pudo disputar un último partido con el combinado nacional, un amistoso frente a Uruguay el 6 de febrero de 2013. Se despidió de la selección española con un centenar de partidos como internacional absoluto- es el noveno jugador con más encuentros- y tres goles.