Pichichi, el goleador efímero
Rafael Moreno Aranzadi, al que todo el mundo conoció y conoce como Pichichi, nació en Bilbao el 23 de mayo de 1892. Fue uno de los primeros grandes delanteros del fútbol español y ya era toda una leyenda viva cuando disputó los Juegos Olímpicos de Amberes. Formó parte del primer once de la historia de la selección y fue uno de los pocos jugadores que disputó todos los partidos del torneo olímpico.
Pichichi vistió durante toda su carrera los colores de un único equipo, el Athletic de Bilbao. A él se incorporó en 1910, aunque su auténtica explosión en el primer equipo vasco llegó en 1913. Marcó su primer gol con los leones en una semifinal de la Copa del Rey- por aquella Alfonso XIII- ante el Real Madrid y a partir de entonces se hizo indiscutible en la línea de ataque bilbaína. En la final del torneo Pichichi volvió a marcar, ante el Racing Club de Irún, aunque los irundarras acabarían llevándose el trofeo en el partido de desempate.
El Athletic estaba en pleno crecimiento y, al ver que su campo se quedaba pequeño, decidieron construir uno más grande. Por suscripción popular se reunieron los fondos necesarios para la construcción del nuevo feudo rojiblanco, que se inauguró el 21 de agosto de 1913 en un partido frente al Real Unión de Irún. Y Pichichi fue el encargado de cortar la cinta de la portería visitante. A los cinco minutos logró el primer gol de la historia de San Mamés.
El delantero bilbaíno, sobrino de Miguel de Unamuno, había escrito una página dorada en la historia del Athletic de Bilbao. Pero aún le quedaban muchos goles y tardes de gloria que ofrecer a la afición vasca. En las doce temporadas que defendió el escudo bilbaíno acumuló 89 partidos disputados y 83 goles anotados, un promedio extraordinario para la época, y levantó 4 Copas y 5 Campeonatos Regionales.
En 1920 añadió un nuevo éxito más a su carrera con la medalla de plata lograda por la selección española en los Juegos Olímpicos de Amberes. Pichichi formó parte del primer once de la historia de la Roja y fue uno de los pocos jugadores que participó en todos los partidos. En la final contra Holanda consiguió su primer gol y único gol como internacional. Pichichi era, además, el jugador más veterano de aquella selección con 28 años.
En 1921 colgó las botas y se pasó al arbitraje. Curiosamente su debut como colegiado se produjo en San Mamés, el estadio que siempre guardó en su recuerdo el primer gol que marcaron en una de sus porterías, obra de Pichichi. Su repentina muerte el 1 de marzo de 1922, con apenas 30 años, convirtió a Pichichi en un mito y su nombre ha estado desde entonces vinculado a la historia del Athletic de Bilbao y del fútbol español. La causa de su fallecimiento fueron unas fiebres tifoideas, según recoge el diario Madrid Sport, aunque las leyendas populares dicen que fue la mala vida que llevaba la que le condujo a una prematura muerte. Las banderas ondearon a media asta en Bilbao, su entierro fue multitudinario y el Athletic de Bilbao celebró una misa en su memoria.
L. Meléndez definió así a Pichichi en las páginas de Mundo Deportivo: "Jugador de mediana estatura, y escasas facultades físicas, pero muy rápido y poseedor de un dominio del balón tan extraordinario que cuando lo tenía en su poder no eran suficiente cuatro jugadores para quitárselo. Era un virtuoso, un verdadero malabarista. Y poseía, además, una potencia y colocación de tiro fuera de lo normal".
Pichichi, el primer ídolo del Athletic, dejó un recuerdo imborrable en las gentes de su Bilbao natal que no consintieron que su nombre cayera en el olvido. El presidente del club rojiblanco por aquel entonces, Ricardo de Irezabal, propuso que se erigiera un monumento para recordar a Pichichi y su idea fue secundada por todos. El busto del genial delantero, realizado por el escultor Quintín de Torre Berástegui y sufragado en parte por el club y en parte por los aficionados, se inauguró en diciembre de 1926, emplazado en el hogar futbolístico de Pichichi: San Mamés. La tradición reza que cuando un equipo de fútbol visita por vez primera el estadio bilbaíno ha de presentar sus respetos a Pichichi. El capitán del equipo visitante, acompañado del capitán del Athletic, deposita un ramo de flores junto al busto de Pichichi momentos antes del partido.
Curiosidades
¿De dónde surgió el sobrenombre 'Pichichi'? Relata Alberto López Echevarieta en su obra Pichichi: Historia y leyenda de un mito el origen del apodo: "Los equipos de amiguetes se lo disputaban y alguien le llamó Pichichi tal vez en derivación de ‘pichón’, ‘pichín’ o ‘pichichi’, terminología dedicada cariñosamente a personas allegadas de corta estatura".
Pichichi solía jugar con un pañuelo blanco atado con cuatro nudos a la cabeza, una prenda que se convirtió en icono de los futbolistas vascos de aquella época, pues Belauste también compartía esa peculiar costumbre con el delantero bilbaíno.
Pichichi tiene su propia calle en la ciudad que le vio nacer y golear. Junto al viejo San Mamés ya tenía una calle con su nombre y, desde 2013, podemos recorrer el Paseo Rafael Moreno, Pichichi, de camino al nuevo San Mamés.
Igual que sucede con Zamora, el nombre de Pichichi nunca se perdió a pesar del transcurso de los años. Los diarios Marca y Arriba crearon en 1953 un premio para galardonar al máximo goleador de la Liga y nació el trofeo Pichichi. El uso del apodo del delantero bilbaíno se fue generalizando y hoy en día no hay jornada en que no se hable del pichichi de la liga.
Para saber más: ¿Te acuerdas? Espacio de RTVE dedicado a la figura de Pichichi: http://www.rtve.es/alacarta/videos/te-acuerdas/acuerdas-pichichi/1346301/ y vídeo- reportaje de La Liga:
Pichichi vistió durante toda su carrera los colores de un único equipo, el Athletic de Bilbao. A él se incorporó en 1910, aunque su auténtica explosión en el primer equipo vasco llegó en 1913. Marcó su primer gol con los leones en una semifinal de la Copa del Rey- por aquella Alfonso XIII- ante el Real Madrid y a partir de entonces se hizo indiscutible en la línea de ataque bilbaína. En la final del torneo Pichichi volvió a marcar, ante el Racing Club de Irún, aunque los irundarras acabarían llevándose el trofeo en el partido de desempate.
El Athletic estaba en pleno crecimiento y, al ver que su campo se quedaba pequeño, decidieron construir uno más grande. Por suscripción popular se reunieron los fondos necesarios para la construcción del nuevo feudo rojiblanco, que se inauguró el 21 de agosto de 1913 en un partido frente al Real Unión de Irún. Y Pichichi fue el encargado de cortar la cinta de la portería visitante. A los cinco minutos logró el primer gol de la historia de San Mamés.
El delantero bilbaíno, sobrino de Miguel de Unamuno, había escrito una página dorada en la historia del Athletic de Bilbao. Pero aún le quedaban muchos goles y tardes de gloria que ofrecer a la afición vasca. En las doce temporadas que defendió el escudo bilbaíno acumuló 89 partidos disputados y 83 goles anotados, un promedio extraordinario para la época, y levantó 4 Copas y 5 Campeonatos Regionales.
En 1920 añadió un nuevo éxito más a su carrera con la medalla de plata lograda por la selección española en los Juegos Olímpicos de Amberes. Pichichi formó parte del primer once de la historia de la Roja y fue uno de los pocos jugadores que participó en todos los partidos. En la final contra Holanda consiguió su primer gol y único gol como internacional. Pichichi era, además, el jugador más veterano de aquella selección con 28 años.
En 1921 colgó las botas y se pasó al arbitraje. Curiosamente su debut como colegiado se produjo en San Mamés, el estadio que siempre guardó en su recuerdo el primer gol que marcaron en una de sus porterías, obra de Pichichi. Su repentina muerte el 1 de marzo de 1922, con apenas 30 años, convirtió a Pichichi en un mito y su nombre ha estado desde entonces vinculado a la historia del Athletic de Bilbao y del fútbol español. La causa de su fallecimiento fueron unas fiebres tifoideas, según recoge el diario Madrid Sport, aunque las leyendas populares dicen que fue la mala vida que llevaba la que le condujo a una prematura muerte. Las banderas ondearon a media asta en Bilbao, su entierro fue multitudinario y el Athletic de Bilbao celebró una misa en su memoria.
L. Meléndez definió así a Pichichi en las páginas de Mundo Deportivo: "Jugador de mediana estatura, y escasas facultades físicas, pero muy rápido y poseedor de un dominio del balón tan extraordinario que cuando lo tenía en su poder no eran suficiente cuatro jugadores para quitárselo. Era un virtuoso, un verdadero malabarista. Y poseía, además, una potencia y colocación de tiro fuera de lo normal".
Pichichi, el primer ídolo del Athletic, dejó un recuerdo imborrable en las gentes de su Bilbao natal que no consintieron que su nombre cayera en el olvido. El presidente del club rojiblanco por aquel entonces, Ricardo de Irezabal, propuso que se erigiera un monumento para recordar a Pichichi y su idea fue secundada por todos. El busto del genial delantero, realizado por el escultor Quintín de Torre Berástegui y sufragado en parte por el club y en parte por los aficionados, se inauguró en diciembre de 1926, emplazado en el hogar futbolístico de Pichichi: San Mamés. La tradición reza que cuando un equipo de fútbol visita por vez primera el estadio bilbaíno ha de presentar sus respetos a Pichichi. El capitán del equipo visitante, acompañado del capitán del Athletic, deposita un ramo de flores junto al busto de Pichichi momentos antes del partido.
Curiosidades
¿De dónde surgió el sobrenombre 'Pichichi'? Relata Alberto López Echevarieta en su obra Pichichi: Historia y leyenda de un mito el origen del apodo: "Los equipos de amiguetes se lo disputaban y alguien le llamó Pichichi tal vez en derivación de ‘pichón’, ‘pichín’ o ‘pichichi’, terminología dedicada cariñosamente a personas allegadas de corta estatura".
Pichichi solía jugar con un pañuelo blanco atado con cuatro nudos a la cabeza, una prenda que se convirtió en icono de los futbolistas vascos de aquella época, pues Belauste también compartía esa peculiar costumbre con el delantero bilbaíno.
Pichichi tiene su propia calle en la ciudad que le vio nacer y golear. Junto al viejo San Mamés ya tenía una calle con su nombre y, desde 2013, podemos recorrer el Paseo Rafael Moreno, Pichichi, de camino al nuevo San Mamés.
Igual que sucede con Zamora, el nombre de Pichichi nunca se perdió a pesar del transcurso de los años. Los diarios Marca y Arriba crearon en 1953 un premio para galardonar al máximo goleador de la Liga y nació el trofeo Pichichi. El uso del apodo del delantero bilbaíno se fue generalizando y hoy en día no hay jornada en que no se hable del pichichi de la liga.
Para saber más: ¿Te acuerdas? Espacio de RTVE dedicado a la figura de Pichichi: http://www.rtve.es/alacarta/videos/te-acuerdas/acuerdas-pichichi/1346301/ y vídeo- reportaje de La Liga: