Paqui Veza, una proyección estancada
Francisco Nicolás Veza Fragoso, conocido en el mundo del fútbol como Paqui, nació el 6 de diciembre de 1970 en Alicante. Jugaba como defensa central y recorrió media España durante su carrera futbolística, pero nunca logró explotar las virtudes que, al principio de su carrera, le descubrían como una de las grandes promesas del momento: carácter, entrega y sacrificio y solidez defensiva.
Comenzó su carrera en la cantera del Fútbol Club Barcelona y llegó al filial, pero, al ver que las puertas del primer equipo estaban cerradas para él, decidió abandonar la disciplina azulgrana y se marchó al Tenerife en la temporada 90-91. En el equipo tinerfeño comenzó a despuntar como un central solvente y firme a pesar de que tardó en hacerse dueño de un sitio en el once inicial.
En su primera campaña en la isla canaria disputó ocho encuentros, todos como titular, y esa irregularidad en la titularidad se evidenció también al comienzo del curso 91-92. Sin embargo, la llegada de Jorge Valdano al banquillo del Tenerife en abril de esa temporada fue el impulso que Veza necesitaba. El argentino le dio la oportunidad como titular y Paqui fue indiscutible en las nueve últimas jornadas, contribuyendo a la salvación del equipo canario.
Su gran actuación en el tramo final de la temporada le valió la convocatoria con la selección olímpica para disputar los Juegos de Barcelona 92. Un paso adelante en la carrera de Paqui, que ya había sido internacional con las categorías inferiores del combinado nacional. Con la escuadra de Vicente Miera se proclamó campeón olímpico y se colgó la medalla de oro, su primer- y a la postre único- título, aunque Paqui no llegó a disputar ningún minuto en el torneo.
Se esperaba que, con el espaldarazo olímpico, el potencial de Paqui Veza acabara de explotar, pero nunca alcanzó el nivel que tanto se esperaba de él. A pesar de ello fue un jugador importante en el Tenerife y se estrenó con el equipo canario en la Copa de la UEFA en la temporada 93-94. Paqui continuó acumulando participaciones con el conjunto isleño y en el curso 94-95 sólo se perdió cinco jornadas de Liga y fue titular en 32 encuentros.
En el verano de 1995 se marchó al Real Zaragoza y, aunque empezó como fijo en las alineaciones mañas, acabó perdiendo protagonismo en el tramo final de la temporada. No le fueron mejor las cosas en el Hércules, al que llegó el curso siguiente. Una lesión de rodilla le tuvo en el dique saque hasta enero, aunque regresó a los terrenos de juego con fuerza y se hizo dueño de un puesto en el once inicial hasta final de temporada, pero no pudo evitar el descenso del equipo alicantino a Segunda División.
De cara a la temporada 97-98, Paqui decidió dar un paso hacia atrás con el objetivo de dar luego dos hacia delante. Fichó por Las Palmas, que se encontraba entonces en la categoría de plata, y fue en la isla canaria donde se reencontró con su mejor versión. Fue una pieza clave en el retorno del equipo amarillo a Primera División, logrado en la temporada 99-00, y se ganó el cariño de la afición del Insular y el brazalete de capitán.
Cinco temporadas después su llegada a Las Palmas- 191 partidos y seis goles- se marchó de Las Palmas y recaló en Osasuna. Pero el cambio de aires no le sentó nada bien; jugó 12 partidos, siete de ellos en la Copa del Rey, y perdió la confianza que había recuperado en el equipo grancanario. Trató de solventarlo regresando a Las Palmas para la temporada 03-04, pero sólo disputo 11 encuentros. El 15 de mayo de 2004, ante el Cádiz, jugó su último partido como futbolista profesional.
Tras colgar las botas se dedicó a los negocios y en los últimos años ha trabajado como ayudante técnico en Las Palmas y el Jove Español, filial del Hércules, aunque en más de una ocasión ha asegurado que ser entrenador no entra en sus planes.
Curiosidades:
Comenzó su carrera en la cantera del Fútbol Club Barcelona y llegó al filial, pero, al ver que las puertas del primer equipo estaban cerradas para él, decidió abandonar la disciplina azulgrana y se marchó al Tenerife en la temporada 90-91. En el equipo tinerfeño comenzó a despuntar como un central solvente y firme a pesar de que tardó en hacerse dueño de un sitio en el once inicial.
En su primera campaña en la isla canaria disputó ocho encuentros, todos como titular, y esa irregularidad en la titularidad se evidenció también al comienzo del curso 91-92. Sin embargo, la llegada de Jorge Valdano al banquillo del Tenerife en abril de esa temporada fue el impulso que Veza necesitaba. El argentino le dio la oportunidad como titular y Paqui fue indiscutible en las nueve últimas jornadas, contribuyendo a la salvación del equipo canario.
Su gran actuación en el tramo final de la temporada le valió la convocatoria con la selección olímpica para disputar los Juegos de Barcelona 92. Un paso adelante en la carrera de Paqui, que ya había sido internacional con las categorías inferiores del combinado nacional. Con la escuadra de Vicente Miera se proclamó campeón olímpico y se colgó la medalla de oro, su primer- y a la postre único- título, aunque Paqui no llegó a disputar ningún minuto en el torneo.
Se esperaba que, con el espaldarazo olímpico, el potencial de Paqui Veza acabara de explotar, pero nunca alcanzó el nivel que tanto se esperaba de él. A pesar de ello fue un jugador importante en el Tenerife y se estrenó con el equipo canario en la Copa de la UEFA en la temporada 93-94. Paqui continuó acumulando participaciones con el conjunto isleño y en el curso 94-95 sólo se perdió cinco jornadas de Liga y fue titular en 32 encuentros.
En el verano de 1995 se marchó al Real Zaragoza y, aunque empezó como fijo en las alineaciones mañas, acabó perdiendo protagonismo en el tramo final de la temporada. No le fueron mejor las cosas en el Hércules, al que llegó el curso siguiente. Una lesión de rodilla le tuvo en el dique saque hasta enero, aunque regresó a los terrenos de juego con fuerza y se hizo dueño de un puesto en el once inicial hasta final de temporada, pero no pudo evitar el descenso del equipo alicantino a Segunda División.
De cara a la temporada 97-98, Paqui decidió dar un paso hacia atrás con el objetivo de dar luego dos hacia delante. Fichó por Las Palmas, que se encontraba entonces en la categoría de plata, y fue en la isla canaria donde se reencontró con su mejor versión. Fue una pieza clave en el retorno del equipo amarillo a Primera División, logrado en la temporada 99-00, y se ganó el cariño de la afición del Insular y el brazalete de capitán.
Cinco temporadas después su llegada a Las Palmas- 191 partidos y seis goles- se marchó de Las Palmas y recaló en Osasuna. Pero el cambio de aires no le sentó nada bien; jugó 12 partidos, siete de ellos en la Copa del Rey, y perdió la confianza que había recuperado en el equipo grancanario. Trató de solventarlo regresando a Las Palmas para la temporada 03-04, pero sólo disputo 11 encuentros. El 15 de mayo de 2004, ante el Cádiz, jugó su último partido como futbolista profesional.
Tras colgar las botas se dedicó a los negocios y en los últimos años ha trabajado como ayudante técnico en Las Palmas y el Jove Español, filial del Hércules, aunque en más de una ocasión ha asegurado que ser entrenador no entra en sus planes.
Curiosidades:
- En el año 2005 participó en el cortometraje Ante todo... respeto de Luis Alberto Serrano.
- El futbolista tiene en su Alicante natal una rotonda: Glorieta Deportista Paqui Veza.