Mikel Lasa, la perla de Anoeta
Mikel Lasa Goicoetxea nació el 9 de septiembre de 1971 en Legorreta (Guipúzcoa). Fue un polivalente futbolista de banda izquierda, comenzó como extremo y acabó reconvertido a lateral, la posición en la que mejor rendimiento ofreció. En 1991, Eduardo Rodrigálvarez lo describió en El País como "un jugador de largo alcance. Hábil y descarado en el terreno de juego, sus condiciones técnicas le facultan para romper la banda en la lucha individual con la defensa". Su tempranera explosión en la Real Sociedad llamó el interés del Real Madrid, donde jugó seis temporadas. En 1992 formó parte de la selección española que logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Mikel Lasa fue todo un paradigma de niño prodigio en el fútbol. Comenzó a jugar en las categorías inferiores de la Real Sociedad y rápidamente captó el interés del primer equipo txuri-urdin y de Benjamin Toshack. El técnico galés le hizo debutar en Primera División el 5 de marzo de 1989, en Anoeta y ante el Valladolid, con 17 años.
Antes de cumplir la mayoría de edad, Lasa ya se había hecho un hueco en la defensa realista. Terminó su primera campaña en la élite con 14 partidos disputados y su primera participación en la Copa de la UEFA. La nueva perla de Anoeta siguió sumando minutos y experiencia en las dos temporadas siguientes, siendo un futbolista inamovible para Toshack en las alineaciones de la Real Sociedad.
Su progresión no tardó en atraer a los equipos punteros de la división de oro del fútbol español. En el verano de 1991, tras una intensa negociación, el Real Madrid se llevó al joven lateral zurdo a la capital tras desembolsar 280 millones de pesetas. Mikel Lasa llegaba como recambio de Rafael Gordillo en la banda izquierda del equipo blanco, pero tuvo que sudar para hacerse un hueco en el once madridista.
Una lesión durante la pretemporada y la falta de confianza de Radomir Antic retrasaron su debut como jugador del Real Madrid hasta el 10 de noviembre de 1991, en un encuentro liguero ante el Albacete. La suerte de Lasa cambió con la llegada al banquillo de Leo Beenhakker, que apostó por el joven lateral vasco y le hizo un sitio en el once.
Acabó su primer año como madridista con 17 partidos, un gol y la llamada de Vicente Miera para formar parte de la selección olímpica en los Juegos de Barcelona. Fue uno de los pilares del combinado nacional en la consecución de la medalla de oro, el primer título que Lasa colgó en su palmarés.
En la temporada 92-93, con Benito Floro como entrenador blanco, Mikel Lasa se hizo dueño de la banda zurda. Aquello le valió el debut con la selección absoluta el 24 de febrero de 1993, en un partido de la fase de clasificación para el Mundial de 1994 ante Lituania. Pero no tuvo continuidad en el equipo de Javier Clemente y sólo fue internacional en dos ocasiones.
Siguió siendo un jugador importante en la campaña 93-94, pero la llegada de Jorge Valdano al banquillo madridista en el verano del 94 fue un punto de inflexión. El técnico argentino apostó por Luis Enrique como lateral izquierdo y el asturiano rindió a un gran nivel. Lasa perdió protagonismo hasta la mitad de temporada, en que volvió a ganarse un hueco en el once madridista.
Unos meses después marcó un gol que le hizo saltar al plató mediático. Fue el 5 de febrero de 1995 en el Bernabéu y ante el Sevilla. Mikel Lasa lanzó un disparo a 58 metros de la portería en el minuto 89 que pilló adelantado a Unzué, meta sevillista, y supuso el 2-0 para el Real Madrid.
A pesar de que siempre tuvo competencia en el puesto, Mikel Lasa logró demostrar, a base de esfuerzo y trabajo, que podía ser titular. Al menos hasta la temporada 96-97, cuando se incorporó al equipo blanco un nuevo lateral zurdo: Roberto Carlos. Con él ya no pudo competir. Fabio Capello apostó por colocarle entonces como medio zurdo y jugó 15 partidos ese curso, la mayoría saliendo desde el banquillo.
Con Roberto Carlos como amo y señor del carril izquierdo, el Real Madrid decidió no renovar a Mikel Lasa y el verano de 1997 se despidió del Real Madrid. 178 partidos, 5 goles, dos Ligas (94-95 y 96-97), una Copa del Rey (92-93) y una Supercopa de España (1993) fue el bagage del lateral vasco con la camiseta blanca.
El Athletic de Bilbao se hizo con los servicios del defensa guipuzcoano para la temporada 97-98 tras abonar unos 150 millones de pesestas al Real Madrid. Mikel Lasa tuvo un protagonismo decreciente en las cuatro temporadas que defendió la elástica rojiblanca y en 2001, tras una temporada casi en blanco con el Athletic- jugó seis partidos entre liga y copa-, puso rumbo al Real Murcia de Segunda División.
Con el equipo pimentonero logró el ascenso a Primera en su segunda campaña en Murcia, pero no regresó a la élite. Fichó por el otro equipo de la capital murciana, el Ciudad de Murcia, que acababa de ascender a Segunda, y en él puso fin a su carrera como futbolista en la temporada 03-04. En 2014 regresó a los terrenos de juego, como entrenador, y dirigió a la selección AFE en el torneo FIFPro para jugadores sin equipo.
Para saber más: Entrevista de La Liga a Mikel Lasa en Youtube.
Mikel Lasa fue todo un paradigma de niño prodigio en el fútbol. Comenzó a jugar en las categorías inferiores de la Real Sociedad y rápidamente captó el interés del primer equipo txuri-urdin y de Benjamin Toshack. El técnico galés le hizo debutar en Primera División el 5 de marzo de 1989, en Anoeta y ante el Valladolid, con 17 años.
Antes de cumplir la mayoría de edad, Lasa ya se había hecho un hueco en la defensa realista. Terminó su primera campaña en la élite con 14 partidos disputados y su primera participación en la Copa de la UEFA. La nueva perla de Anoeta siguió sumando minutos y experiencia en las dos temporadas siguientes, siendo un futbolista inamovible para Toshack en las alineaciones de la Real Sociedad.
Su progresión no tardó en atraer a los equipos punteros de la división de oro del fútbol español. En el verano de 1991, tras una intensa negociación, el Real Madrid se llevó al joven lateral zurdo a la capital tras desembolsar 280 millones de pesetas. Mikel Lasa llegaba como recambio de Rafael Gordillo en la banda izquierda del equipo blanco, pero tuvo que sudar para hacerse un hueco en el once madridista.
Una lesión durante la pretemporada y la falta de confianza de Radomir Antic retrasaron su debut como jugador del Real Madrid hasta el 10 de noviembre de 1991, en un encuentro liguero ante el Albacete. La suerte de Lasa cambió con la llegada al banquillo de Leo Beenhakker, que apostó por el joven lateral vasco y le hizo un sitio en el once.
Acabó su primer año como madridista con 17 partidos, un gol y la llamada de Vicente Miera para formar parte de la selección olímpica en los Juegos de Barcelona. Fue uno de los pilares del combinado nacional en la consecución de la medalla de oro, el primer título que Lasa colgó en su palmarés.
En la temporada 92-93, con Benito Floro como entrenador blanco, Mikel Lasa se hizo dueño de la banda zurda. Aquello le valió el debut con la selección absoluta el 24 de febrero de 1993, en un partido de la fase de clasificación para el Mundial de 1994 ante Lituania. Pero no tuvo continuidad en el equipo de Javier Clemente y sólo fue internacional en dos ocasiones.
Siguió siendo un jugador importante en la campaña 93-94, pero la llegada de Jorge Valdano al banquillo madridista en el verano del 94 fue un punto de inflexión. El técnico argentino apostó por Luis Enrique como lateral izquierdo y el asturiano rindió a un gran nivel. Lasa perdió protagonismo hasta la mitad de temporada, en que volvió a ganarse un hueco en el once madridista.
Unos meses después marcó un gol que le hizo saltar al plató mediático. Fue el 5 de febrero de 1995 en el Bernabéu y ante el Sevilla. Mikel Lasa lanzó un disparo a 58 metros de la portería en el minuto 89 que pilló adelantado a Unzué, meta sevillista, y supuso el 2-0 para el Real Madrid.
A pesar de que siempre tuvo competencia en el puesto, Mikel Lasa logró demostrar, a base de esfuerzo y trabajo, que podía ser titular. Al menos hasta la temporada 96-97, cuando se incorporó al equipo blanco un nuevo lateral zurdo: Roberto Carlos. Con él ya no pudo competir. Fabio Capello apostó por colocarle entonces como medio zurdo y jugó 15 partidos ese curso, la mayoría saliendo desde el banquillo.
Con Roberto Carlos como amo y señor del carril izquierdo, el Real Madrid decidió no renovar a Mikel Lasa y el verano de 1997 se despidió del Real Madrid. 178 partidos, 5 goles, dos Ligas (94-95 y 96-97), una Copa del Rey (92-93) y una Supercopa de España (1993) fue el bagage del lateral vasco con la camiseta blanca.
El Athletic de Bilbao se hizo con los servicios del defensa guipuzcoano para la temporada 97-98 tras abonar unos 150 millones de pesestas al Real Madrid. Mikel Lasa tuvo un protagonismo decreciente en las cuatro temporadas que defendió la elástica rojiblanca y en 2001, tras una temporada casi en blanco con el Athletic- jugó seis partidos entre liga y copa-, puso rumbo al Real Murcia de Segunda División.
Con el equipo pimentonero logró el ascenso a Primera en su segunda campaña en Murcia, pero no regresó a la élite. Fichó por el otro equipo de la capital murciana, el Ciudad de Murcia, que acababa de ascender a Segunda, y en él puso fin a su carrera como futbolista en la temporada 03-04. En 2014 regresó a los terrenos de juego, como entrenador, y dirigió a la selección AFE en el torneo FIFPro para jugadores sin equipo.
Para saber más: Entrevista de La Liga a Mikel Lasa en Youtube.