Marchena, un talismán para España
Carlos Marchena López nació el 31 de julio de 1979 en Las Cabezas de San Juan (Sevilla). Jugaba como defensa central o pivote defensivo y defendió los colores de Sevilla, Benfica, Valencia, Villarreal y Deportivo de la Coruña. En el año 2000 fue uno de los héroes de la selección que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. También fue internacional absoluto y logró un récord asombroso: estuvo siete años, o lo que es lo mismo 57 partidos, sin vivir una derrota con la selección española.
Ángel Iturriaga define a Carlos Marchena en el Diccionario de jugadores de la selección española de fútbol como un "excelente defensa central que destaca por su gran colocación, juego aéreo y dureza, además de por su aseada salida del balón. Su polivalencia le permite jugar también como mediocentro defensivo con idéntico rendimiento, gracias a su sentido táctico y manejo del balón".
Marchena se formó como futbolista en la cantera del Sevilla y no tardó en abrirse paso hacia el primer equipo. En la temporada 97-98, con 18 años, debutó con el Sevilla en Segunda División y acabó siendo un jugador clave en el cuadro hispalense, hasta el punto de que esa temporada apenas jugó con el equipo filial.
El defensa sevillano continuó creciendo de la mano del primer equipo del Sevilla y comenzó a explotar sus grandes cualidades en el eje de la zaga. Jugó 26 partidos en su segundo año y ayudó a que el club de Nervión regresara a Primera División. El ascenso no relegó a Marchena al banquillo, sino que le sirvió para dar un nuevo paso al frente y convertirse en un pilar del Sevilla. Jugó 33 partidos, todos ellos como titular, pero no se pudo lograr la permanencia en la élite.
El mal rendimiento deportivo del equipo contrastó con el buen papel de Marchena. La temporada anterior ya se había proclamado Campeón del Mundo con la selección sub 20 y ese verano se ganó la participación en el Europeo sub 21, donde logró el bronce, y la convocatoria para acudir a los Juegos Olímpicos del año 2000. En el torneo de Sídney tuvo un papel protagonista en la consecución de la medalla de plata, fue titular en cinco de los seis partidos y disputó todos los minutos en cuatro de ellos. En menos de un año ya tenía sus dos primeras medallas, aunque la de plata tuvo un regusto más amargo al haber perdido el oro.
A la vuelta de los Juegos Olímpicos le esperaba una nueva aventura a nivel internacional. En junio, el Sevilla había tenido que desprenderse de una de las joyas de su cantera a causa de los problemas económicos y traspasó a Marchena al Benfica de la liga portuguesa. El jugador sevillano firmó un contrato por cuatro temporadas y el Sevilla se llevó mil millones de pesetas a cambio. Pero sólo llegó a jugar una campaña, en la que disputó una veintena de encuentros.
En el verano de 2001 el Valencia acordó un intercambio de jugadores con el Benfica: Zlatko Zahovic a cambio de 1.000 millones de pesestas y la llegada a Mestalla de Carlos Marchena. Desde el primer momento, el central sevillano tuvo un vínculo especial con el equipo ché, hasta el punto de que permaneció nueve temporadas consecutivas en el Valencia y fue uno de los capitanes durante cuatro temporadas.
Sobre el papel suena muy bien, pero lo cierto es que a Marchena le costó mucho trabajo conseguir un hueco en el club del Turia. En su primera temporada disputó 22 partidos y fue titular en 16 ocasiones, pero también consiguió su primer título a nivel de clubes, la Liga. Su participación en el combinado blanquinegro fue a más a partir de la segunda temporada y poco a poco comenzó a erigirse como uno de los pilares del Valencia.
La campaña 03-04 fue especial, tanto para el Valencia, como para Carlos Marchena. El club ché ya tenía la Liga en su poder y el 19 de mayo disputaba en Göteborg la final de la Copa de la UEFA frente al Olympique de Marsella. Marchena fue titular en aquel encuentro y el Valencia tocó el cielo con los goles de Vicente y Mista; era la primera Copa de Europa del club valencianista. El premio se redondeó al inicio del curso 05-06 con la conquista de la Supercopa de Europa ante el Oporto (2-1).
Según iban pasando las temporadas y llegaban nuevos refuerzos para la parcela defensiva, la participación de Marchena aumentaba o se reducía, pero siempre fue una pieza básica del puzzle y nunca jugó menos de veinte partidos por temporada. Ni siquiera durante la campaña 06-07, cuando se rompió el ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda, pues fue capaz de acortar los plazos y reapareció con el combinado ché tres meses y medio después. Durante la temporada 07-08 logró un nuevo título para su palmarés- el último a nivel de clubes-, la Copa del Rey. El Valencia se impuso en la final al Getafe por 3-1 y Marchena fue titular y jugó el encuentro completo.
Su estancia en el Valencia llegó a su fin al término de la temporada 09-10. Atrás quedaron nueve temporadas como jugador ché, 319 partidos, 11 goles y cuatro títulos. El Villarreal, que ya llevaba tiempos tras los pasos de Marchena, acordó con su vecino valenciano el traspaso del central andaluz, que firmó un contrato de tres temporadas con el Submarino amarillo.
En su primer año en el equipo castellonense participó en 40 encuentros, fue titular en 36 ocasiones y logró dos goles; sin embargo, una campaña después, acució los problemas deportivos del Villarreal, con tres entrenadores diferentes en el banquillo y el descenso final a Segunda División, y tan sólo jugó 24 partidos, 15 de ellos como titular.
Marchena no se fue a pique con el Submarino y en la temporada 11-12 permaneció a Primera División de la mano del Deportivo de la Coruña. No fue un titular indiscutible, pero sí jugó 23 partidos y fue titular en 22 ocasiones, aunque la temporada acabó con un nuevo fracaso deportivo en forma de descenso a Segunda División. El central sevillano había llegado al equipo gallego por una campaña y se le acabó el contrato sin que hubiera una oferta de renovación sobre la mesa.
Aún así, Marchena fue paciente, se entrenó en solitario durante todo el verano para no perder la forma física y, al borde del cierre del mercado de fichajes estival, se hizo oficial su retorno al Deportivo por otra temporada más. La decisión había sido muy acertada, pues Carlos iba a tener un papel protagonista esa campaña.
Al igual que le había sucedido un año antes, Marchena no fue dueño de un puesto en el centro de la zaga, pero tampoco se vio privado de participar con el equipo blanquiazul. Jugó 23 partidos, 17 de ellos como titular y marcó un gol. Su tanto llegó en la jornada 41, en el partido que enfrentaba al Deportivo de la Coruña y al Jaén. El combinado gallego se jugaba el ascenso a Primera División y en el minuto 28, Marchena anotó el 1-0. Fue el único gol del encuentro, pero suficiente para devolver al Dépor a la élite.
Sin embargo, tras el ascenso, Marchena se quedó sin equipo. Durante este curso ha estado entrenando con el San Roque de Lepe y el Recreativo de Huelva, a la espera de recibir alguna oferta, pero no apareció ninguna opción que convenciera al defensa sevillano hasta el momento.
Con la selección española
Carlos Marchena tardó en llegar al combinado absoluto, pero una vez dentro iba a convertirse en un pilar maestro. Debutó como internacional absoluto el 21 de agosto de 2002 en un encuentro amistoso contra Hungría e inició entonces un contrato de nueve temporadas con la selección hispana. Su primer torneo internacional absoluto fue la Eurocopa de Portugal en 2004, donde España fue eliminada en la fase de grupos. Dos años después repitió convocatoria para el Mundial de Alemania, aunque sólo jugó un partido.
En el año 2008 formó parte del combinado nacional que transformó al fútbol español de la maño de Luis Aragonés. El 29 de junio de 2008, España conquistó la Eurocopa de Austria y Suiza tras vencer a Alemania en la final. Marchena jugó cinco de los seis partidos y formó parte del once ideal del torneo junto a su compañero en el centro de la defensa Puyol. Repitió participación en el Mundial de Sudáfrica del año 2010, pero tuvo un papel meramente testimonial, jugó 8 minutos repartidos entre octavos de final, cuartos y semifinales.
Su gran momento con la selección no fueron sólo los dos títulos. Desde el año 2003 Marchena había iniciado un curioso récord que iba a tardar siete años en romperse. Desde el choque ante Grecia el 7 de junio de 2003 hasta el partido frente a Argentina del 7 de septiembre de 2010, la selección española no sufrió ninguna derrota con Carlos Marchena sobre el terreno de juego. En total, 57 partidos imbatida. De ahí que durante todo ese tiempo Marchena fuera considerado el Talismán de la selección.
En total fue internacional español en 69 ocasiones y anotó dos goles. Disputó su último partido con la selección el 8 de junio de 2010 ante Venezuela y pudo despedirse con una victoria (0-3).
Ángel Iturriaga define a Carlos Marchena en el Diccionario de jugadores de la selección española de fútbol como un "excelente defensa central que destaca por su gran colocación, juego aéreo y dureza, además de por su aseada salida del balón. Su polivalencia le permite jugar también como mediocentro defensivo con idéntico rendimiento, gracias a su sentido táctico y manejo del balón".
Marchena se formó como futbolista en la cantera del Sevilla y no tardó en abrirse paso hacia el primer equipo. En la temporada 97-98, con 18 años, debutó con el Sevilla en Segunda División y acabó siendo un jugador clave en el cuadro hispalense, hasta el punto de que esa temporada apenas jugó con el equipo filial.
El defensa sevillano continuó creciendo de la mano del primer equipo del Sevilla y comenzó a explotar sus grandes cualidades en el eje de la zaga. Jugó 26 partidos en su segundo año y ayudó a que el club de Nervión regresara a Primera División. El ascenso no relegó a Marchena al banquillo, sino que le sirvió para dar un nuevo paso al frente y convertirse en un pilar del Sevilla. Jugó 33 partidos, todos ellos como titular, pero no se pudo lograr la permanencia en la élite.
El mal rendimiento deportivo del equipo contrastó con el buen papel de Marchena. La temporada anterior ya se había proclamado Campeón del Mundo con la selección sub 20 y ese verano se ganó la participación en el Europeo sub 21, donde logró el bronce, y la convocatoria para acudir a los Juegos Olímpicos del año 2000. En el torneo de Sídney tuvo un papel protagonista en la consecución de la medalla de plata, fue titular en cinco de los seis partidos y disputó todos los minutos en cuatro de ellos. En menos de un año ya tenía sus dos primeras medallas, aunque la de plata tuvo un regusto más amargo al haber perdido el oro.
A la vuelta de los Juegos Olímpicos le esperaba una nueva aventura a nivel internacional. En junio, el Sevilla había tenido que desprenderse de una de las joyas de su cantera a causa de los problemas económicos y traspasó a Marchena al Benfica de la liga portuguesa. El jugador sevillano firmó un contrato por cuatro temporadas y el Sevilla se llevó mil millones de pesetas a cambio. Pero sólo llegó a jugar una campaña, en la que disputó una veintena de encuentros.
En el verano de 2001 el Valencia acordó un intercambio de jugadores con el Benfica: Zlatko Zahovic a cambio de 1.000 millones de pesestas y la llegada a Mestalla de Carlos Marchena. Desde el primer momento, el central sevillano tuvo un vínculo especial con el equipo ché, hasta el punto de que permaneció nueve temporadas consecutivas en el Valencia y fue uno de los capitanes durante cuatro temporadas.
Sobre el papel suena muy bien, pero lo cierto es que a Marchena le costó mucho trabajo conseguir un hueco en el club del Turia. En su primera temporada disputó 22 partidos y fue titular en 16 ocasiones, pero también consiguió su primer título a nivel de clubes, la Liga. Su participación en el combinado blanquinegro fue a más a partir de la segunda temporada y poco a poco comenzó a erigirse como uno de los pilares del Valencia.
La campaña 03-04 fue especial, tanto para el Valencia, como para Carlos Marchena. El club ché ya tenía la Liga en su poder y el 19 de mayo disputaba en Göteborg la final de la Copa de la UEFA frente al Olympique de Marsella. Marchena fue titular en aquel encuentro y el Valencia tocó el cielo con los goles de Vicente y Mista; era la primera Copa de Europa del club valencianista. El premio se redondeó al inicio del curso 05-06 con la conquista de la Supercopa de Europa ante el Oporto (2-1).
Según iban pasando las temporadas y llegaban nuevos refuerzos para la parcela defensiva, la participación de Marchena aumentaba o se reducía, pero siempre fue una pieza básica del puzzle y nunca jugó menos de veinte partidos por temporada. Ni siquiera durante la campaña 06-07, cuando se rompió el ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda, pues fue capaz de acortar los plazos y reapareció con el combinado ché tres meses y medio después. Durante la temporada 07-08 logró un nuevo título para su palmarés- el último a nivel de clubes-, la Copa del Rey. El Valencia se impuso en la final al Getafe por 3-1 y Marchena fue titular y jugó el encuentro completo.
Su estancia en el Valencia llegó a su fin al término de la temporada 09-10. Atrás quedaron nueve temporadas como jugador ché, 319 partidos, 11 goles y cuatro títulos. El Villarreal, que ya llevaba tiempos tras los pasos de Marchena, acordó con su vecino valenciano el traspaso del central andaluz, que firmó un contrato de tres temporadas con el Submarino amarillo.
En su primer año en el equipo castellonense participó en 40 encuentros, fue titular en 36 ocasiones y logró dos goles; sin embargo, una campaña después, acució los problemas deportivos del Villarreal, con tres entrenadores diferentes en el banquillo y el descenso final a Segunda División, y tan sólo jugó 24 partidos, 15 de ellos como titular.
Marchena no se fue a pique con el Submarino y en la temporada 11-12 permaneció a Primera División de la mano del Deportivo de la Coruña. No fue un titular indiscutible, pero sí jugó 23 partidos y fue titular en 22 ocasiones, aunque la temporada acabó con un nuevo fracaso deportivo en forma de descenso a Segunda División. El central sevillano había llegado al equipo gallego por una campaña y se le acabó el contrato sin que hubiera una oferta de renovación sobre la mesa.
Aún así, Marchena fue paciente, se entrenó en solitario durante todo el verano para no perder la forma física y, al borde del cierre del mercado de fichajes estival, se hizo oficial su retorno al Deportivo por otra temporada más. La decisión había sido muy acertada, pues Carlos iba a tener un papel protagonista esa campaña.
Al igual que le había sucedido un año antes, Marchena no fue dueño de un puesto en el centro de la zaga, pero tampoco se vio privado de participar con el equipo blanquiazul. Jugó 23 partidos, 17 de ellos como titular y marcó un gol. Su tanto llegó en la jornada 41, en el partido que enfrentaba al Deportivo de la Coruña y al Jaén. El combinado gallego se jugaba el ascenso a Primera División y en el minuto 28, Marchena anotó el 1-0. Fue el único gol del encuentro, pero suficiente para devolver al Dépor a la élite.
Sin embargo, tras el ascenso, Marchena se quedó sin equipo. Durante este curso ha estado entrenando con el San Roque de Lepe y el Recreativo de Huelva, a la espera de recibir alguna oferta, pero no apareció ninguna opción que convenciera al defensa sevillano hasta el momento.
Con la selección española
Carlos Marchena tardó en llegar al combinado absoluto, pero una vez dentro iba a convertirse en un pilar maestro. Debutó como internacional absoluto el 21 de agosto de 2002 en un encuentro amistoso contra Hungría e inició entonces un contrato de nueve temporadas con la selección hispana. Su primer torneo internacional absoluto fue la Eurocopa de Portugal en 2004, donde España fue eliminada en la fase de grupos. Dos años después repitió convocatoria para el Mundial de Alemania, aunque sólo jugó un partido.
En el año 2008 formó parte del combinado nacional que transformó al fútbol español de la maño de Luis Aragonés. El 29 de junio de 2008, España conquistó la Eurocopa de Austria y Suiza tras vencer a Alemania en la final. Marchena jugó cinco de los seis partidos y formó parte del once ideal del torneo junto a su compañero en el centro de la defensa Puyol. Repitió participación en el Mundial de Sudáfrica del año 2010, pero tuvo un papel meramente testimonial, jugó 8 minutos repartidos entre octavos de final, cuartos y semifinales.
Su gran momento con la selección no fueron sólo los dos títulos. Desde el año 2003 Marchena había iniciado un curioso récord que iba a tardar siete años en romperse. Desde el choque ante Grecia el 7 de junio de 2003 hasta el partido frente a Argentina del 7 de septiembre de 2010, la selección española no sufrió ninguna derrota con Carlos Marchena sobre el terreno de juego. En total, 57 partidos imbatida. De ahí que durante todo ese tiempo Marchena fuera considerado el Talismán de la selección.
En total fue internacional español en 69 ocasiones y anotó dos goles. Disputó su último partido con la selección el 8 de junio de 2010 ante Venezuela y pudo despedirse con una victoria (0-3).