José Samitier, el primer Mago
José (o Josep) Samitier Vilalta nació en Barcelona un 2 de febrero de 1902. Fue el futbolista más joven en vestir la camiseta de la selección española- disputó los Juegos Olímpicos de Amberes 1920 con sólo 18 años- y el primer Mago del fútbol español. Después llegarían muchos más.
Samitier comenzó su carrera futbolística en el Internacional de Sants y fichó por el Fútbol Club Barcelona en 1919, con 17 años. Cuentan las leyendas que, a cambio de vestir la azulgrana, recibió un traje con chaleco y un reloj de esfera luminosa.
Por aquel entonces, Samitier se desenvolvía como mediocentro o volante zurdo y ya comenzaba a destacar por su técnica con el balón. Las acrobacias que realizaba cuando tenía el cuero en sus pies le valieron el apodo de hombre langosta. La proyección de este joven catalán no pasó desapercibida y en 1920 formó parte del primer once de historia de la selección española. En los Juegos de Amberes 1920 participó en tres partidos, contra Dinamarca, Suecia y la final frente a Holanda. La medalla de plata fue el primer hito internacional que sumó a su palmarés, aunque con el Barcelona ya había conquistado dos Campeonatos de Catalunya (1918-1919; 1919-1920) y un Campeonato de España- antigua Copa del Rey- en la temporada 1919-1920.
A la vuelta de Amberes, Samitier vivió su auténtica explosión como futbolista y se convirtió en uno de los iconos del Fútbol Club Barcelona, que en 1922 hubo de mudarse al campo de Les Corts, pues el éxito culé había desbordado el campo de la calle Industria. En 1923 tuvo lugar un momento clave en la carrera futbolística de Sami: su salto de la medular hacia la delantera.
En las demarcaciones de delantero o interior izquierdo, Samitier ya no fue únicamente un icono del FC Barcelona. Se convirtió en un auténtico ídolo de masas y fue considerado el mejor delantero europeo de comienzos del siglo XX. Con él en la punta del ataque, el conjunto culé se volvió un rival aún más temible. El Mago, un apodo que le hacía más justicia que el de hombre langosta, acabó su etapa en el equipo azulgrana en 1933 con una hoja de servicios que ya quisieran muchos futbolistas de la época: 454 partidos disputados y ¡326 goles!, doce Campeonatos de Catalunya, cinco Campeonatos de España y una Liga, la primera que se jugó. La cifra de tantos anotados por Samitier era un escándalo para la época y aún a día de hoy, el catalán ostenta el segundo puesto en la tabla de máximos goleadores de la historia del Barcelona y el primer en la lista de goleadores culés en la Copa del Rey (65 goles).
Un 5 de enero de 1933 el club del la Ciudad Condal decidió darle la baja, cumpliendo el dicho de que el fútbol no tiene memoria. El Real Madrid no desaprovechó el regalo de Reyes y le incorporó a sus filas. Vistió la camiseta blanca durante dos temporadas y logró una Liga y una Copa del Rey. Emigró a Francia con el estallido de la Guerra Civil y acabó su carrera futbolística en el OGC Niza, dónde se reencontró con Zamora.
En la selección española sus números también son sensacionales para lo que se consideraba "normal" en la época. Fue internacional en 21 ocasiones, marcó dos goles y partició en tres ediciones de los Juegos Olímpicos: Amberes 1920, París 1924 y Ámsterdam 1928.
Tras su retirada de la práctica del fútbol se pasó a los banquillos. Dirigió al Atlético de Madrid en 1936, al OGC Niza en 1942 y volvió a Can Barça en 1944, con el que consquistó una Liga en la temporada 1944-1945. No volvió a marcharse del club azulgrana y cuando dejó el banquillo se convirtió en secretario técnico, un cargo que ocupó hasta el fin de sus días. Samitier falleció en la Ciudad Condal el 5 de mayo de 1972.
Samitier comenzó su carrera futbolística en el Internacional de Sants y fichó por el Fútbol Club Barcelona en 1919, con 17 años. Cuentan las leyendas que, a cambio de vestir la azulgrana, recibió un traje con chaleco y un reloj de esfera luminosa.
Por aquel entonces, Samitier se desenvolvía como mediocentro o volante zurdo y ya comenzaba a destacar por su técnica con el balón. Las acrobacias que realizaba cuando tenía el cuero en sus pies le valieron el apodo de hombre langosta. La proyección de este joven catalán no pasó desapercibida y en 1920 formó parte del primer once de historia de la selección española. En los Juegos de Amberes 1920 participó en tres partidos, contra Dinamarca, Suecia y la final frente a Holanda. La medalla de plata fue el primer hito internacional que sumó a su palmarés, aunque con el Barcelona ya había conquistado dos Campeonatos de Catalunya (1918-1919; 1919-1920) y un Campeonato de España- antigua Copa del Rey- en la temporada 1919-1920.
A la vuelta de Amberes, Samitier vivió su auténtica explosión como futbolista y se convirtió en uno de los iconos del Fútbol Club Barcelona, que en 1922 hubo de mudarse al campo de Les Corts, pues el éxito culé había desbordado el campo de la calle Industria. En 1923 tuvo lugar un momento clave en la carrera futbolística de Sami: su salto de la medular hacia la delantera.
En las demarcaciones de delantero o interior izquierdo, Samitier ya no fue únicamente un icono del FC Barcelona. Se convirtió en un auténtico ídolo de masas y fue considerado el mejor delantero europeo de comienzos del siglo XX. Con él en la punta del ataque, el conjunto culé se volvió un rival aún más temible. El Mago, un apodo que le hacía más justicia que el de hombre langosta, acabó su etapa en el equipo azulgrana en 1933 con una hoja de servicios que ya quisieran muchos futbolistas de la época: 454 partidos disputados y ¡326 goles!, doce Campeonatos de Catalunya, cinco Campeonatos de España y una Liga, la primera que se jugó. La cifra de tantos anotados por Samitier era un escándalo para la época y aún a día de hoy, el catalán ostenta el segundo puesto en la tabla de máximos goleadores de la historia del Barcelona y el primer en la lista de goleadores culés en la Copa del Rey (65 goles).
Un 5 de enero de 1933 el club del la Ciudad Condal decidió darle la baja, cumpliendo el dicho de que el fútbol no tiene memoria. El Real Madrid no desaprovechó el regalo de Reyes y le incorporó a sus filas. Vistió la camiseta blanca durante dos temporadas y logró una Liga y una Copa del Rey. Emigró a Francia con el estallido de la Guerra Civil y acabó su carrera futbolística en el OGC Niza, dónde se reencontró con Zamora.
En la selección española sus números también son sensacionales para lo que se consideraba "normal" en la época. Fue internacional en 21 ocasiones, marcó dos goles y partició en tres ediciones de los Juegos Olímpicos: Amberes 1920, París 1924 y Ámsterdam 1928.
Tras su retirada de la práctica del fútbol se pasó a los banquillos. Dirigió al Atlético de Madrid en 1936, al OGC Niza en 1942 y volvió a Can Barça en 1944, con el que consquistó una Liga en la temporada 1944-1945. No volvió a marcharse del club azulgrana y cuando dejó el banquillo se convirtió en secretario técnico, un cargo que ocupó hasta el fin de sus días. Samitier falleció en la Ciudad Condal el 5 de mayo de 1972.
Definir
al grandísimo jugador que fue José Samitier es una tarea harto
complicada, incluso para los que pudieron disfrutarle en activo. Firma
R.C.M. en las páginas de la Jornada Deportiva (un 4 de diciembre de
1923) sobre Sami: "El arte la ciencia y la técnica de Samitier son
tan maravillosas, que no hay inteligencia capaz de describirlas con la
pluma (...). Su dominio del balón es una cosa absoluta; el máximo de
perfección. Samitier juega con el balón y hace de él 'lo que quiere'.
Con su juego inverosímil y 'tan suyo' es capaz de desorientar la más
unida defensa adversaria e imponer el pánico y el desconcierto al más
vivaz guardameta (...) Y tan grande como su don de jugador único y
completo es su carácter, su serenidad, inviolables a todo peligro y a
todo resultado adverso a su equipo (...). No hay jugadores capaces de
vulnerar sus intentos y malograr sus intenciones. Su habilidad es tan
grande, su superioridad sobre todos los demás jugadores es tan palpable,
que siempre, en todos los instantes de un partido, hay un hueco
disponible por donde poner la cabeza o el pie y lograr el goal deseado".
Curiosidades
Curiosidades
- Sólo tres futbolistas del FC Barcelona poseen una calle en la Ciudad Condal: Ricardo Zamora, Hans Gamper y el propio José Samitier.
- Fue gran amigo de Carlos Gardel y otras figuras de la música, que hasta le dedicaron un tango.
- Hasta hizo sus pinitos en el mundo del cine. Participó en la película Once pares de botas en 1954 y ese mismo año intervino también en Los ases buscan la paz, que giraba en torno a Ladislao Kubala.
- El siguiento vídeo es un fragmento de este último film. En los primeros minutos vemos a Samitier presentado a Kubala y Ramallets. Y es que el Mago fue el hacedor del fichaje del genio húngaro por el FC Barcelona