José Mari, el delantero oportuno
José María Romero Poyón, conocido en el mundo del fútbol como José Mari, vino al mundo en Sevilla el 10 de diciembre de 1978. Jugaba como delantero centro y se crió en la cantera del Sevilla. Tuvo una dilatada trayectoria, repartida por varios clubes de España y Europa, pero nunca logró permanecer más de cuatro temporadas en ninguno. Llegó a debutar como internacional absoluto y en el año 2000 fue uno de los héroes de la medalla olímpica en Sídney 2000.
Ángel Iturriaga escribe en su Diccionario de jugadores de la Selección española de fútbol que José Mari era un "delantero que se distinguía por su gran habilidad, velocidad y oportunismo, y que a finales de los años noventa estuvo considerado como una futura estrella del fútbol español". Sin embargo, cuando sólo estaba empezando a explotar sus cualidades, su proyección se vio estancada.
José Mari se formó en las categorías inferiores del Sevilla FC y, con 17 años, alcanzó el filial hispalense. En la temporada 96-97 comenzó a despuntar en Sevilla B de Segunda División B, gracias a los once goles que anotó en diecisiete encuentros. Sólo disputó un partido más con el segundo equipo sevillano esa temporada, el resto de las jornadas las pasó en el primer equipo. Debutó en Primera División el 2 de febrero de 1997 ante la Real Sociedad y sumó un total de veintiún partidos y siete goles en Primera, pero no sirvieron para que el conjunto de Nervión escapar del descenso a Segunda.
Las buenas sensaciones que dejó José Mari ese curso le valieron el fichaje por el Atlético de Madrid en el verano de 1997. En su primer año como colchonero disputó 35 encuentros, sólo once como titular, anotó nueve goles y participó por primera vez en la Copa de la UEFA. Una campaña más tarde ya era uno de los pilares del conjunto rojiblanco. Jugó 46 partidos, todos desde el inicio, y marcó 13 tantos.
El nombre de José Mari ya sonoba con fuerza en toda España y varios clubes le seguían la pista. Comenzó la temporada 99-00 con el Atleti pero, en diciembre se marchó al Milan del Calcio italiano, que desembolsó 3.200 millones de pesetas por el sevillano. Jugó seis encuentros con los rossoneri, todos como titular, aunque no logró ningún tanto. La escasa participación en Italia no le impidió disputar el Europeo sub 21 y los Juegos Olímpicos de Sídney ese verano.
En junio, la selección española logró el bronce y el billete olímpico en el Campeonato de Europa y unos meses después se llevó la plata en el torneo de Sídney 2000. José Mari fue una pieza fundamental en la consecución del metal, jugó cinco encuentros como titular- se perdió el duelo ante Chile al lesionarse en el calentamiento-, marcó tres goles y dio dos asistencias. En la final contra Camerún fue uno de los más perjudicados por el colegiado, que le mostró dos amarillas injustas y acabó expulsado.
Retornó al Milan tras la experiencia olímpica y, aunque comenzó a participar más conforme se iba adaptando mejor a las características del Calcio, no acabó de ser un titular fijo. En dos temporadas jugó 37 partidos, fue titular en 24 ocasiones y anotó cuatro goles. La falta de minutos le llevó a regresar a España en la temporada 02-03 y se incorporó al Atlético de Madrid, cedido por el club italiano.
Su segunda etapa como colchonero fue casi tan productiva como la primera; enseguida se ganó un puesto en el once y se reencontró con el gol. Disputó 33 encuentros, treinta desde el inicio, y anotó 6 goles. De ellos, tres se los marcó al Athletic de Bilbao en la novena jornada, lo que constituyó su primer hat-trick en el Vicente Calderón.
En el verano de 2003 el Villarreal acordó con el Milan el fichaje de José Mari y el jugador sevillano comenzó en el club castellonense una de sus mejores etapas. Nada más llegar logró la Copa Intertoto con el Submarino amarilla y la clasificación para la Copa de la UEFA, pero además logró hacerse con un hueco en el once inicial. Disputó 50 partidos ese año, sólo siete de ellos como suplente, y anotó 11 goles.
En la temporada 04-05 repitió título en la Intertoto y, aunque tuvo menos oportunidades como titular, terminó el curso con 3.020 minutos jugados y ocho goles. Un año más tarde participó por primera vez en la Champions League, competición en la que el Villarreal cayó eliminado en semifinales por el Arsenal. Ese año comenzó a disminuir su cifra de goles, a pesar de disfrutar de minutos todo el año. En sus dos últimos años como amarillo sólo consiguió ver portería en seis ocasiones.
En el año 2007 recaló en el Betis, pero su pasado como sevillista le impidió ganarse el afecto y la confianza de la grada. Siempre estuvo cuestionado y no pudo rendir al nivel que había mostrado en el Submarino amarillo. Entre la campaña 07-08 y la mitad del curso siguiente únicamente jugó 25 encuentros y anotó un gol, por lo que se marchó al Nástic de Tarragona en el mercado de invierno.
Como jugador grana volvió a recuperar las buenas sensaciones; nada más llegar logró un sitio en la alineación, disputó 16 partidos, sólo uno entrando desde el banquillo, y vio portería en dos ocasiones. Al curso siguiente disfrutó de nuevo de confianza y fue un jugador importante durante toda la temporada, aportando seis goles.
En el verano de 2010 cambió Tarragona por Jerez de la Frontera y se enfundó la camiseta del Xerez, que también militaba en la división de plata. Su primer año como jugador azul fue inmejorable y se cansó de celebrar goles. Participó en 35 encuentros, todos como titular, y anotó 18 tantos, un nuevo récord en su cuenta personal. Además logró dos hat-trick a lo largo del curso, ante Valladolid y Albacete.
Conservó la etiqueta de 'pieza clave' durante la temporada 11-12, anotó ocho goles y sólo se perdió cinco partidos en todo la temporada. Pero la campaña siguiente fue horrible en el plano personal. Al poco de arrancar la Liga, José Mari tuvo que pasar por el quirófano a causa de una pubalgia y en febrero sufrió un desgarro muscular que le alejó definitivamente de los terrenos de juego esa campaña. Así que al finalizar el curso decidió colgar las botas.
Con la selección española
José Mari ha sido internacional absoluto con España en cuatro ocasiones. Debutó con el combinado nacional absoluto el 25 de abril de 2001, en un partido amistoso frente a Japón. Un año y medio después, ante Bulgaria, consiguió su primer y único gol como internacional absoluto. En el año 2003 participó en los dos últimos partidos con la selección hispana. Todas sus participaciones han tenido lugar en encuentros amistosos, nunca pudo estrenarse en competición oficial.
Ángel Iturriaga escribe en su Diccionario de jugadores de la Selección española de fútbol que José Mari era un "delantero que se distinguía por su gran habilidad, velocidad y oportunismo, y que a finales de los años noventa estuvo considerado como una futura estrella del fútbol español". Sin embargo, cuando sólo estaba empezando a explotar sus cualidades, su proyección se vio estancada.
José Mari se formó en las categorías inferiores del Sevilla FC y, con 17 años, alcanzó el filial hispalense. En la temporada 96-97 comenzó a despuntar en Sevilla B de Segunda División B, gracias a los once goles que anotó en diecisiete encuentros. Sólo disputó un partido más con el segundo equipo sevillano esa temporada, el resto de las jornadas las pasó en el primer equipo. Debutó en Primera División el 2 de febrero de 1997 ante la Real Sociedad y sumó un total de veintiún partidos y siete goles en Primera, pero no sirvieron para que el conjunto de Nervión escapar del descenso a Segunda.
Las buenas sensaciones que dejó José Mari ese curso le valieron el fichaje por el Atlético de Madrid en el verano de 1997. En su primer año como colchonero disputó 35 encuentros, sólo once como titular, anotó nueve goles y participó por primera vez en la Copa de la UEFA. Una campaña más tarde ya era uno de los pilares del conjunto rojiblanco. Jugó 46 partidos, todos desde el inicio, y marcó 13 tantos.
El nombre de José Mari ya sonoba con fuerza en toda España y varios clubes le seguían la pista. Comenzó la temporada 99-00 con el Atleti pero, en diciembre se marchó al Milan del Calcio italiano, que desembolsó 3.200 millones de pesetas por el sevillano. Jugó seis encuentros con los rossoneri, todos como titular, aunque no logró ningún tanto. La escasa participación en Italia no le impidió disputar el Europeo sub 21 y los Juegos Olímpicos de Sídney ese verano.
En junio, la selección española logró el bronce y el billete olímpico en el Campeonato de Europa y unos meses después se llevó la plata en el torneo de Sídney 2000. José Mari fue una pieza fundamental en la consecución del metal, jugó cinco encuentros como titular- se perdió el duelo ante Chile al lesionarse en el calentamiento-, marcó tres goles y dio dos asistencias. En la final contra Camerún fue uno de los más perjudicados por el colegiado, que le mostró dos amarillas injustas y acabó expulsado.
Retornó al Milan tras la experiencia olímpica y, aunque comenzó a participar más conforme se iba adaptando mejor a las características del Calcio, no acabó de ser un titular fijo. En dos temporadas jugó 37 partidos, fue titular en 24 ocasiones y anotó cuatro goles. La falta de minutos le llevó a regresar a España en la temporada 02-03 y se incorporó al Atlético de Madrid, cedido por el club italiano.
Su segunda etapa como colchonero fue casi tan productiva como la primera; enseguida se ganó un puesto en el once y se reencontró con el gol. Disputó 33 encuentros, treinta desde el inicio, y anotó 6 goles. De ellos, tres se los marcó al Athletic de Bilbao en la novena jornada, lo que constituyó su primer hat-trick en el Vicente Calderón.
En el verano de 2003 el Villarreal acordó con el Milan el fichaje de José Mari y el jugador sevillano comenzó en el club castellonense una de sus mejores etapas. Nada más llegar logró la Copa Intertoto con el Submarino amarilla y la clasificación para la Copa de la UEFA, pero además logró hacerse con un hueco en el once inicial. Disputó 50 partidos ese año, sólo siete de ellos como suplente, y anotó 11 goles.
En la temporada 04-05 repitió título en la Intertoto y, aunque tuvo menos oportunidades como titular, terminó el curso con 3.020 minutos jugados y ocho goles. Un año más tarde participó por primera vez en la Champions League, competición en la que el Villarreal cayó eliminado en semifinales por el Arsenal. Ese año comenzó a disminuir su cifra de goles, a pesar de disfrutar de minutos todo el año. En sus dos últimos años como amarillo sólo consiguió ver portería en seis ocasiones.
En el año 2007 recaló en el Betis, pero su pasado como sevillista le impidió ganarse el afecto y la confianza de la grada. Siempre estuvo cuestionado y no pudo rendir al nivel que había mostrado en el Submarino amarillo. Entre la campaña 07-08 y la mitad del curso siguiente únicamente jugó 25 encuentros y anotó un gol, por lo que se marchó al Nástic de Tarragona en el mercado de invierno.
Como jugador grana volvió a recuperar las buenas sensaciones; nada más llegar logró un sitio en la alineación, disputó 16 partidos, sólo uno entrando desde el banquillo, y vio portería en dos ocasiones. Al curso siguiente disfrutó de nuevo de confianza y fue un jugador importante durante toda la temporada, aportando seis goles.
En el verano de 2010 cambió Tarragona por Jerez de la Frontera y se enfundó la camiseta del Xerez, que también militaba en la división de plata. Su primer año como jugador azul fue inmejorable y se cansó de celebrar goles. Participó en 35 encuentros, todos como titular, y anotó 18 tantos, un nuevo récord en su cuenta personal. Además logró dos hat-trick a lo largo del curso, ante Valladolid y Albacete.
Conservó la etiqueta de 'pieza clave' durante la temporada 11-12, anotó ocho goles y sólo se perdió cinco partidos en todo la temporada. Pero la campaña siguiente fue horrible en el plano personal. Al poco de arrancar la Liga, José Mari tuvo que pasar por el quirófano a causa de una pubalgia y en febrero sufrió un desgarro muscular que le alejó definitivamente de los terrenos de juego esa campaña. Así que al finalizar el curso decidió colgar las botas.
Con la selección española
José Mari ha sido internacional absoluto con España en cuatro ocasiones. Debutó con el combinado nacional absoluto el 25 de abril de 2001, en un partido amistoso frente a Japón. Un año y medio después, ante Bulgaria, consiguió su primer y único gol como internacional absoluto. En el año 2003 participó en los dos últimos partidos con la selección hispana. Todas sus participaciones han tenido lugar en encuentros amistosos, nunca pudo estrenarse en competición oficial.