Joan Capdevila, el valor de la regularidad
Joan Capdevila Méndez nació en Tárrega (Lleida) el 3 de febrero de 1978. Es uno de los grandes laterales izquierdos que ha dado el fútbol español, icono de equipos como el Espanyol, el Deportivo de la Coruña o el Villarreal y una leyenda viva de la selección española, con la que conquistó la Eurocopa del 2008 y el Mundial del 2010. Además, en el año 2000 formó parte del equipo que logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sïdney.
Para Ángel Iturriaga, Capdevila "se caracteriza por su regularidad y capacidad goleadora en remates a balón parado. Es un '3' que bascula bien en defensa, es férreo en el marcaje y correcto en sus incursiones y centros por banda. Su gran rendimiento y profesionalidad ha hecho que haya goxado de la confianza de todos los técnicos que ha tenido".
Capdevila se formó como futbolista en las categorías inferiores del RCD Espanyol y con 19 años ya era uno de los líderes en el filial blanquiazul de Segunda División B. Su rendimiento no tardó en convencer a los técnicos del primer equipo. El 7 de julio de 1998 se estrenó con el Espanyol en la Copa Intertoto y el 31 de octubre debutó en Primera División como perico, en un partido ante el Athletic de Bilbao. Su irrupción en el primer equipo fue tan buena que se ganó ser el titular del lateral izquierdo en el primer equipo blanquiazul y ya no lo soltó.
Acabó su primera campaña en el fútbol profesional con 38 partidos disputados- en los que sólo salió desde el banquillo en dos ocasiones- y cuatro goles. Al margen de las cualidades que mostraba como lateral, su proyección ofensiva y la capacidad anotadora Capdevila mostraba una gran regularidad cada vez que saltaba al campo, por lo que no es de extrañar que un año en la élite le hubiese bastado para despertar el interés de otros clubes de fútbol. Fue el primer 'culebrón' veraniego que tuvo que vivir Capdevila, pero acabó con su traspaso al Atlético de Madrid a cambio de los 800 millones de pesetas de su clásula de rescisión.
En el conjunto colchonero no tardó en ganarse la confianza de Claudio Ranieri, primero, y de Radomir Antic y Fernando Zambrano después, los tres técnicos que pasaron por el banquillo del Calderón esa campaña. El lateral catalán disputó 40 partidos entre las tres competiciones- liga, copa y UEFA-, todos ellos como titular, y anotó tres goles. Sin embargo, el buen rendimiento individual contrastó con el del equipo, que acabó descendiendo a Segunda División.
Capdevila ya había debutado como internacional sub 21 en la temporada 98-99 y era un fijo en el combinado de Iñaki Sáez, con el que ganó el bronce en el Europeo sub 21 y, unos meses después, la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Fue titular en el lateral izquierdo los dos primeros encuentros de la fase de grupos ante Corea del Sur y Chile, pero, a partir del tercero, Puyol se hizo con el puesto. El de Tárregas volvió a disfrutar de minutos en la final contra Camerún y pudo haber sido el héroe de la prórroga si su remate no se hubiera estrellado en el larguero. En la tanda de penaltis se encargó de convertir el segundo lanzamiento desde los once metros.
Unos meses antes, Capdevila ya tenía asegurado su futuro. Tras el descenso del Atlético a la categoría de plata, el Deportivo de la Coruña aprovechó la situación para llevarse a Riazor a tres jugadores rojiblancos: Molina, Valerón y Capdevila, por el que desembolsó 800 millones de pesetas. Se incorporó al equipo tras la experiencia olímpica, pero tuvo una participación con altibajos pues Romero era el lateral habitual.
A la temporada siguiente volvió a disputarse el puesto con el jugador gaditano y, a base de trabajo y de la regularidad que mostraba sobre el campo, fue entrando más en las alineaciones deportivistas y acumuló una gran cantidad de minutos en todas las competiciones que disputaba el Dépor. Daba igual si salía de titular o cumplía un papel de revulsivo, Capdevila sabía aprovecharlo. Sin ir más lejos, durante la temporada 02-03 consiguió tres de los cuatro goles que anotó saliendo desde el banquillo.
Las tres primeras campañas de Capdevila en A Coruña se saldaron con sus tres primeros títulos a nivel de clubes, que serían además los únicos de su palmarés: dos Supercopas de España (2000, 2002) y una Copa del Rey (01-02). En la temporada 03-04 los gallegos lograron alcanzar las semifinales de la Champions League, su mejor clasificación en la competición europea, aunque se quedaron a un paso de la final tras caer por la mínima frente al Oporto en el partido de vuelta.
A nivel de participación, Capdevila vivió sus mejores años en el Deportivo de la Coruña durante las temporadas 05-06 y 06-07, las últimas como jugador deportivista, pues fue el dueño del lateral izquierdo. Se despidió del club blanquiazul en el verano de 2007, después de siete campañas a un gran nivel, 247 partidos y 18 goles.
Su futuro estaba en el Villarreal y en sólo cuatro temporadas como lateral del Submarino amarillo superó las estadísticas de sus años en Riazor. Desde el primer día, Capdevila fue el dueño y señor del carril izquierdo y nunca bajó de la treintena de partidos. A ello también ayudó que su estancia en la localidad castellonense fue a coincidir con el período de resurrección y confirmación de la selección española, donde Capdevila también era un jugador indiscutible.
Estuvo cuatro campañas en el Submarino, a un nivel estratosférico y sumó 184 partidos- una media de 46 encuentros por temporada- y 19 goles, con lo que batió su récord anotador. A pesar de no ganar ningún título, vivió grandes momentos en el Villarreal como el subcampeonato de Liga en la temporada 07-08, unos cuartos de Champions al año siguiente, donde fue eliminado por el Arsenal, o una semifinal de la Europa League ante el Oporto en el curso 10-11.
Al finalizar su cuarto año como jugador amarillo, Capdevila se marchó al Benfica con un contrato por dos campañas, pero apenas pudo cumplir la primera. El técnico Jorge Jesús le tenía encasillado en el papel de suplente y únicamente jugó cinco partidos, por lo que en el verano de 2012 volvió a cambiar de equipo y regresó al club que le había visto crecer como futbolista, el Espanyol.
Sin embargo, ya no pudo disfrutar de la regularidad que había tenido en el Villarreal. Jugó 27 partidos en la primera temporada y 10 en la segunda, por lo que estaba claro que no seguiría como perico al término del curso 2013-14. Se despidió del Espanyol sobre el césped de Cornellá, pues Javier Aguirre le concedió los últimos minutos del choque ante Osasuna.
Capdevila decidió probar suerte entonces en ligas extranjeras, pues aún se veía con fuerza para prolongar su carrera unos años más. En la temporada 13-14 estuvo en el North East United de la liga india y estos últimos meses ha estado en el Lierse SK de la primera división belga. Y fue allí donde, hace mes y medio, sufrió la única lesión seria de su carrera, una rotura del ligamento cruzado de la rodilla que le tendrá seis meses de baja.
Con la selección española
Joan Capdevila alcanzó la internacionalidad absoluta dos años después de los Juegos de Sídney. Debutó con la selección nacional el 16 de febrero de 2002, en un amistoso contra Paraguay. Desde entonces se mantuvo nueve años en el combinado nacional, con 60 internacionalidades y 4 goles. En todos sus partidos con la Roja sólo le tocó sufrir 4 derrotas.
Participó en la Eurocopa de Portugal de 2004 y luego fue el dueño del lateral izquierdo en la Eurocopa de 2008- sólo descansó en el tercer partido de la fase de grupos- y en el Mundial de Sudáfrica de 2010- jugó todos los encuentros-, formando parte de la mejor selección española de la historia. No pudo repetir el éxito con el tercer título, la Eurocopa de 2012; a pesar de participar en la fase de clasificación, fue desbancado del lateral por Jordi Alba. Jugó su último encuentro con la Roja el 8 de junio de 2011 ante Venezuela.
Para Ángel Iturriaga, Capdevila "se caracteriza por su regularidad y capacidad goleadora en remates a balón parado. Es un '3' que bascula bien en defensa, es férreo en el marcaje y correcto en sus incursiones y centros por banda. Su gran rendimiento y profesionalidad ha hecho que haya goxado de la confianza de todos los técnicos que ha tenido".
Capdevila se formó como futbolista en las categorías inferiores del RCD Espanyol y con 19 años ya era uno de los líderes en el filial blanquiazul de Segunda División B. Su rendimiento no tardó en convencer a los técnicos del primer equipo. El 7 de julio de 1998 se estrenó con el Espanyol en la Copa Intertoto y el 31 de octubre debutó en Primera División como perico, en un partido ante el Athletic de Bilbao. Su irrupción en el primer equipo fue tan buena que se ganó ser el titular del lateral izquierdo en el primer equipo blanquiazul y ya no lo soltó.
Acabó su primera campaña en el fútbol profesional con 38 partidos disputados- en los que sólo salió desde el banquillo en dos ocasiones- y cuatro goles. Al margen de las cualidades que mostraba como lateral, su proyección ofensiva y la capacidad anotadora Capdevila mostraba una gran regularidad cada vez que saltaba al campo, por lo que no es de extrañar que un año en la élite le hubiese bastado para despertar el interés de otros clubes de fútbol. Fue el primer 'culebrón' veraniego que tuvo que vivir Capdevila, pero acabó con su traspaso al Atlético de Madrid a cambio de los 800 millones de pesetas de su clásula de rescisión.
En el conjunto colchonero no tardó en ganarse la confianza de Claudio Ranieri, primero, y de Radomir Antic y Fernando Zambrano después, los tres técnicos que pasaron por el banquillo del Calderón esa campaña. El lateral catalán disputó 40 partidos entre las tres competiciones- liga, copa y UEFA-, todos ellos como titular, y anotó tres goles. Sin embargo, el buen rendimiento individual contrastó con el del equipo, que acabó descendiendo a Segunda División.
Capdevila ya había debutado como internacional sub 21 en la temporada 98-99 y era un fijo en el combinado de Iñaki Sáez, con el que ganó el bronce en el Europeo sub 21 y, unos meses después, la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Fue titular en el lateral izquierdo los dos primeros encuentros de la fase de grupos ante Corea del Sur y Chile, pero, a partir del tercero, Puyol se hizo con el puesto. El de Tárregas volvió a disfrutar de minutos en la final contra Camerún y pudo haber sido el héroe de la prórroga si su remate no se hubiera estrellado en el larguero. En la tanda de penaltis se encargó de convertir el segundo lanzamiento desde los once metros.
Unos meses antes, Capdevila ya tenía asegurado su futuro. Tras el descenso del Atlético a la categoría de plata, el Deportivo de la Coruña aprovechó la situación para llevarse a Riazor a tres jugadores rojiblancos: Molina, Valerón y Capdevila, por el que desembolsó 800 millones de pesetas. Se incorporó al equipo tras la experiencia olímpica, pero tuvo una participación con altibajos pues Romero era el lateral habitual.
A la temporada siguiente volvió a disputarse el puesto con el jugador gaditano y, a base de trabajo y de la regularidad que mostraba sobre el campo, fue entrando más en las alineaciones deportivistas y acumuló una gran cantidad de minutos en todas las competiciones que disputaba el Dépor. Daba igual si salía de titular o cumplía un papel de revulsivo, Capdevila sabía aprovecharlo. Sin ir más lejos, durante la temporada 02-03 consiguió tres de los cuatro goles que anotó saliendo desde el banquillo.
Las tres primeras campañas de Capdevila en A Coruña se saldaron con sus tres primeros títulos a nivel de clubes, que serían además los únicos de su palmarés: dos Supercopas de España (2000, 2002) y una Copa del Rey (01-02). En la temporada 03-04 los gallegos lograron alcanzar las semifinales de la Champions League, su mejor clasificación en la competición europea, aunque se quedaron a un paso de la final tras caer por la mínima frente al Oporto en el partido de vuelta.
A nivel de participación, Capdevila vivió sus mejores años en el Deportivo de la Coruña durante las temporadas 05-06 y 06-07, las últimas como jugador deportivista, pues fue el dueño del lateral izquierdo. Se despidió del club blanquiazul en el verano de 2007, después de siete campañas a un gran nivel, 247 partidos y 18 goles.
Su futuro estaba en el Villarreal y en sólo cuatro temporadas como lateral del Submarino amarillo superó las estadísticas de sus años en Riazor. Desde el primer día, Capdevila fue el dueño y señor del carril izquierdo y nunca bajó de la treintena de partidos. A ello también ayudó que su estancia en la localidad castellonense fue a coincidir con el período de resurrección y confirmación de la selección española, donde Capdevila también era un jugador indiscutible.
Estuvo cuatro campañas en el Submarino, a un nivel estratosférico y sumó 184 partidos- una media de 46 encuentros por temporada- y 19 goles, con lo que batió su récord anotador. A pesar de no ganar ningún título, vivió grandes momentos en el Villarreal como el subcampeonato de Liga en la temporada 07-08, unos cuartos de Champions al año siguiente, donde fue eliminado por el Arsenal, o una semifinal de la Europa League ante el Oporto en el curso 10-11.
Al finalizar su cuarto año como jugador amarillo, Capdevila se marchó al Benfica con un contrato por dos campañas, pero apenas pudo cumplir la primera. El técnico Jorge Jesús le tenía encasillado en el papel de suplente y únicamente jugó cinco partidos, por lo que en el verano de 2012 volvió a cambiar de equipo y regresó al club que le había visto crecer como futbolista, el Espanyol.
Sin embargo, ya no pudo disfrutar de la regularidad que había tenido en el Villarreal. Jugó 27 partidos en la primera temporada y 10 en la segunda, por lo que estaba claro que no seguiría como perico al término del curso 2013-14. Se despidió del Espanyol sobre el césped de Cornellá, pues Javier Aguirre le concedió los últimos minutos del choque ante Osasuna.
Capdevila decidió probar suerte entonces en ligas extranjeras, pues aún se veía con fuerza para prolongar su carrera unos años más. En la temporada 13-14 estuvo en el North East United de la liga india y estos últimos meses ha estado en el Lierse SK de la primera división belga. Y fue allí donde, hace mes y medio, sufrió la única lesión seria de su carrera, una rotura del ligamento cruzado de la rodilla que le tendrá seis meses de baja.
Con la selección española
Joan Capdevila alcanzó la internacionalidad absoluta dos años después de los Juegos de Sídney. Debutó con la selección nacional el 16 de febrero de 2002, en un amistoso contra Paraguay. Desde entonces se mantuvo nueve años en el combinado nacional, con 60 internacionalidades y 4 goles. En todos sus partidos con la Roja sólo le tocó sufrir 4 derrotas.
Participó en la Eurocopa de Portugal de 2004 y luego fue el dueño del lateral izquierdo en la Eurocopa de 2008- sólo descansó en el tercer partido de la fase de grupos- y en el Mundial de Sudáfrica de 2010- jugó todos los encuentros-, formando parte de la mejor selección española de la historia. No pudo repetir el éxito con el tercer título, la Eurocopa de 2012; a pesar de participar en la fase de clasificación, fue desbancado del lateral por Jordi Alba. Jugó su último encuentro con la Roja el 8 de junio de 2011 ante Venezuela.