Belauste, el Camioncito
José María Belausteguigoitia, conocido en el mundo del fútbol por Belauste para no hacerse un lío con el kilométrico apellido, nació en Bilbao el 3 de septiembre de 1889. La historia le conoce con el sobrenombre que se ganó en los Juegos Olímpicos, el león de Amberes, aunque entre sus compañeros de equipo había un apodo más característico: Camioncito. El mote procede de su gran corpulencia, pues media 1,93 metros y superaba los 90 kilos de peso.
El sobrenombre le vino al pelo. En el encuentro ante Suecia, el tercero de los Juegos de Amberes, Belauste protagonizó una de las frases más célebres del fútbol español: "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!". Y como un Camión en plena autopista- qué más da el tráfico en el área sueca- fue el jugador vasco a por su gol.
Belauste jugó como mediocentro y durante toda su carrera futbolística sólo vistió dos camisetas: la de la selección española y la del club de su vida: El Athletic de Bilbao. Llegó al conjunto bilbaíno en 1905 aunque su debut oficial se produjo el 4 de abril de 1909. Un año después formó parte del primer once titular que vistió la camiseta rojiblanca del Athletic, dejando atrás los colores blanco y azul de sus orígenes. Jugó un total de 93 partidos- 27 de Copa y 66 del Campeonato regional- y anotó 20 goles, hasta que se retiró en 1926. Un total de veinte temporadas en las que conquistó 14 títulos: 7 Copas y 7 Campeonatos Regionales.
Con la selección española participó sólo en tres partidos, los tres en los Juegos de Amberes. Fue titular en el primer once de la selección española, frente a Dinamarca, y jugó también frente a Suecia y Holanda. La medalla de plata que se colgó fue una muesca más en su currículum, que ya entonces estaba muy relleno. En 1924 llegó a estar convocado para los Juegos de París, pero no llegó a tener minutos.
Una de las particularidades que permitía distinguir a Belauste sobre un terreno de juego era el pañuelo de cuatro puntas que lucía en cada partido. Jorge Garma, en un artículo de El Mundo, explica el por qué del pañuelo: "Una tela que no tenía un fin casual: el futbolista creía que así se protegía de una eventual alopecia. No obstante, años más tarde perdería el pelo de su cabeza. Pero no su fuerza y su carácter".
Belauste nunca fue profesional del fútbol y conjugó su afición deportiva con su profesión como abogado. Su pertenencia al partido nacionalista vasco (PNV) le obligó a emigrar a México durante la Guerra Civil y allí dio el salto del césped a los banquillos. En 1963 la RFEF le concedió la medalla al mérito deportivo. Falleció el 4 de septiembre de 1964 en México DF, víctima de un cáncer de pulmón.
El Camioncito Belauste fue "un medio centro de raza, todoterreno, que arrasaba allí por donde pasaba", describe Ángel Iturriaga. Fue junto a Pichichi la gran estrella del Athletic de Bilbao durante los años 10 y 20 y su nombre permanecerá por siempre ligado a una frase y a un espírituo: el de la Furia española.
Para saber más: Las estadísticas completas de José María Belauste en la web de Athletic de Bilbao y este vídeo de Enrique Ballesteros, una joya para conocer más de cerca a Belauste a través de los recuerdos de su hija Nekane.
El sobrenombre le vino al pelo. En el encuentro ante Suecia, el tercero de los Juegos de Amberes, Belauste protagonizó una de las frases más célebres del fútbol español: "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!". Y como un Camión en plena autopista- qué más da el tráfico en el área sueca- fue el jugador vasco a por su gol.
Belauste jugó como mediocentro y durante toda su carrera futbolística sólo vistió dos camisetas: la de la selección española y la del club de su vida: El Athletic de Bilbao. Llegó al conjunto bilbaíno en 1905 aunque su debut oficial se produjo el 4 de abril de 1909. Un año después formó parte del primer once titular que vistió la camiseta rojiblanca del Athletic, dejando atrás los colores blanco y azul de sus orígenes. Jugó un total de 93 partidos- 27 de Copa y 66 del Campeonato regional- y anotó 20 goles, hasta que se retiró en 1926. Un total de veinte temporadas en las que conquistó 14 títulos: 7 Copas y 7 Campeonatos Regionales.
Con la selección española participó sólo en tres partidos, los tres en los Juegos de Amberes. Fue titular en el primer once de la selección española, frente a Dinamarca, y jugó también frente a Suecia y Holanda. La medalla de plata que se colgó fue una muesca más en su currículum, que ya entonces estaba muy relleno. En 1924 llegó a estar convocado para los Juegos de París, pero no llegó a tener minutos.
Una de las particularidades que permitía distinguir a Belauste sobre un terreno de juego era el pañuelo de cuatro puntas que lucía en cada partido. Jorge Garma, en un artículo de El Mundo, explica el por qué del pañuelo: "Una tela que no tenía un fin casual: el futbolista creía que así se protegía de una eventual alopecia. No obstante, años más tarde perdería el pelo de su cabeza. Pero no su fuerza y su carácter".
Belauste nunca fue profesional del fútbol y conjugó su afición deportiva con su profesión como abogado. Su pertenencia al partido nacionalista vasco (PNV) le obligó a emigrar a México durante la Guerra Civil y allí dio el salto del césped a los banquillos. En 1963 la RFEF le concedió la medalla al mérito deportivo. Falleció el 4 de septiembre de 1964 en México DF, víctima de un cáncer de pulmón.
El Camioncito Belauste fue "un medio centro de raza, todoterreno, que arrasaba allí por donde pasaba", describe Ángel Iturriaga. Fue junto a Pichichi la gran estrella del Athletic de Bilbao durante los años 10 y 20 y su nombre permanecerá por siempre ligado a una frase y a un espírituo: el de la Furia española.
Para saber más: Las estadísticas completas de José María Belauste en la web de Athletic de Bilbao y este vídeo de Enrique Ballesteros, una joya para conocer más de cerca a Belauste a través de los recuerdos de su hija Nekane.