Aranzubía, un guardameta con gol
Daniel Aranzubía Aguado nació en Fuenmayor (La Rioja) el 18 de septiembre de 1979. Jugaba como guardameta y desarrolló casi toda su carrera entre el Athletic de Bilbao y el Deportivo de la Coruña. Debutó como internacional absoluto y formó parte del equipo que logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Aunque su mayor momento de gloria llegó en 2011, cuando marcó un tanto histórico al Almería con el Deportivo de la Coruña. Bajo los palos, Aranzubía "ha destacado por sus reflejos, sus vuelos y sus paradas increíbles", escribió Carlos Alberto Fernández, de la agencia EFE. Pero una de sus mayores virtudes ha sido la fortaleza mental, que le ayudó a superar momentos duros en el fútbol .
El patio del colegio Loyola de Logroño fue el primer escenario en el que Aranzubía entró en contacto directo con el fútbol y con la portería. Con 14 años le llegó una oportunidad irrechazable: entrar a formar parte de la cantera del Athletic de Bilbao. No lo dudó, se trasladó a Bilbao y se convirtió en un león más. En cada categoría que jugó, se hizo dueño de la portería hasta alcanzar el filial bilbaíno.
Pero antes de ganarse un puesto en Segunda B con el Bilbao Athletic pasó un año cedido en el Basconia de Tercera División. En la temporada 98-99 se convirtió en un jugador fijo en el filial y también en la selección española sub 20, que en abril de 1999 se proclamó Campeona del Mundo en Nigeria. En aquel torneo, Aranzubía se repartió los minutos con Iker Casillas; el meta logroñés jugó dos partidos de la fase de grupos, los octavos, las semifinales y la final, mientras que el guardameta del Real Madrid disputó el último encuentro de la fase de grupos y los cuartos de final.
En el curso 99-00 Aranzubía continuó al frente de la meta del filial, formó parte de la selección que logró el bronce en el Europeo sub 21 y se ganó el derecho a representar a España en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Fue el dueño de la portería española en los seis encuentros y uno de los héroes de aquella medalla de plata que, a pesar de tener un regusto amargo en el momento de recibirla, representa uno de los grandes logros del fútbol hispano.
Su buen papel en el torneo olímpico le valió una plaza en el primer equipo del Athletic, aunque empezó como suplente de Iñaki Lafuente. Debutó con los leones el 13 de diciembre en un partido de Copa del Rey y en Primera División el 10 de junio de 2001, en la penúltima jornada de Liga contra la Real Sociedad. A Dani Aranzubía le costó mucho sudor hacerse un hueco en el Athletic y en sus dos primeras temporadas en la élite jugó 10 partidos de Liga y 12 de Copa.
Jupp Heynckes, entonces técnico del Athletic, comenzó a confiar más en las virtudes del guardameta riojano. En diciembre de 2002 Heynckes revolucionó su once inicial y una de las decisiones fue sentar a Lafuente para convertir a Aranzubía en el guardameta titular, que agradeció la confianza con grandes actuaciones. Aranzubía se ganó el puesto y acabó la campaña 02-03 con 27 partidos disputados.
Durante las dos siguientes temporadas, Aranzubía fue el dueño de la portería bilbaína. Sus paradas contribuyeron a que el equipo vasco regresara a la Copa de la UEFA en el curso 04-05 tras siete años ausente de la competición. Pero su situación se vio alterada en la temporada 05-06. Después de ser el titular del equipo vasco en las primeras 18 jornadas de Liga fue relegado al banquillo por Javier Clemente, que había llegado al banquillo del Athletic en noviembre.
Aranzubía recuperó la confianza y la titularidad en la temporada 06-07. Defendió la portería rojiblanca durante las tres primeras jornadas de Liga, volvió al banquillo durante casi tres meses y, tras la salida de Félix Sarriugarte y la llegada de Mané al banquillo, volvió a la portería y disputó los 25 encuentros restantes. Dani se encontraba en una espiral de altibajos que le impedía rendir a su máximo nivel y su situación volvió a empeorar en el curso 07-08.
Esa temporada, el nuevo técnico del Athletic Joaquín Caparrós apostó por Gorka Iraizoz como meta titular y Aranzubía se vio relegado a un segundo plano. Sólo retornó a la portería rojiblanco por las lesiones musculares de Iraizoz, que le obligaron a pasar por el quirófano. Pero no duró mucho porque el club se hizo con los servicios de Armando y Aranzubía volvió otra vez al banquillo.
El guardameta logroñés necesitaba una vía de escape y un equipo donde volver a sentirse un guardameta importante. Esa salida se la ofreció el Deportivo de la Coruña. Se despidió del Athletic de Bilbao después de 14 años como rojiblanco y 189 partidos disputados en el primer equipo bilbaíno y llegó a un equipo que tenía overbooking de porteros (Munúa, Aouate, Fabricio, Manu Fernández), pero ninguno contaba con la confianza de Lotina.
Desde el primer partido oficial que disputó con el equipo herculino se convirtió en el dueño indiscutible de la portería. En sus cinco temporadas como deportivista vivió situaciones de todo tipo, como dos descensos a Segunda División en 2011 y 2013 y, entre medias, un ascenso a Primera, pero siempre lo hizo desde su privilegiada posición bajo los palos.
Aranzubía jugó 188 partidos y protagonizó un momento histórico el 20 de febrero de 2011 en el estadio Juegos del Mediterráneo. El Deportivo perdía 1-0 con el Almería y en el último minuto del tiempo de descuento forzó un saque de esquina. El guardameta navarro subió a rematar y el envío de Pablo Álvarez desde el córner derecho fue directo a su cabeza. No sólo fue el gol del empate, fue el primer tanto de la historia de la Liga española que anotaba un guardameta con la cabeza.
Tras el último descenso del Deportivo a la división de plata, Aranzubía decidió coger uno de esos trenes que pasan una vez en la vida, su fichaje por el Atlético de Madrid. Llegaba al club colchonero como segundo portero tras la incorporación de Thibaut Courtois y no pudo hacer nada para arrebatarle el puesto al belga. Aún así, vivió momentos emocionantes en el Atleti. Debutó en la Champions League el 11 de diciembre ante el Oporto y dejó la portería a cero y a final de temporada añadió el primer título a nivel de clubes a su palmarés, la Liga.
Al término del curso 13-14, Aranzubía se quedó sin equipo. Varios equipos se interesaron por él a lo largo de la temporada 14-15, como Las Palmas o el Valladolid, pero ninguno le propuso una oferta que le cautivara. El pasado 26 de junio, Dani Aranzubía reconoció en una entrevista a Onda Cero que su decisión de colgar los guantes ya era una realidad.
Con la selección española
Tras ser internacional sub 20, sub 21 y olímpico, a Daniel Aranzubía le llegó la oportunidad de estrenarse con la selección absoluta. Sólo fue internacional absoluto en una ocasión, el 5 de junio de 2004 en un amistoso contra Andorra, aunque también acudió a la Eurocopa de Portugal en 2004 como tercer portero. Allí protagonizó una curiosa anécdota: actuar como mediocentro en un partidillo preparatorio de la selección.
El gol de Dani Aranzubía al Almería en la temporada 10-11
El patio del colegio Loyola de Logroño fue el primer escenario en el que Aranzubía entró en contacto directo con el fútbol y con la portería. Con 14 años le llegó una oportunidad irrechazable: entrar a formar parte de la cantera del Athletic de Bilbao. No lo dudó, se trasladó a Bilbao y se convirtió en un león más. En cada categoría que jugó, se hizo dueño de la portería hasta alcanzar el filial bilbaíno.
Pero antes de ganarse un puesto en Segunda B con el Bilbao Athletic pasó un año cedido en el Basconia de Tercera División. En la temporada 98-99 se convirtió en un jugador fijo en el filial y también en la selección española sub 20, que en abril de 1999 se proclamó Campeona del Mundo en Nigeria. En aquel torneo, Aranzubía se repartió los minutos con Iker Casillas; el meta logroñés jugó dos partidos de la fase de grupos, los octavos, las semifinales y la final, mientras que el guardameta del Real Madrid disputó el último encuentro de la fase de grupos y los cuartos de final.
En el curso 99-00 Aranzubía continuó al frente de la meta del filial, formó parte de la selección que logró el bronce en el Europeo sub 21 y se ganó el derecho a representar a España en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Fue el dueño de la portería española en los seis encuentros y uno de los héroes de aquella medalla de plata que, a pesar de tener un regusto amargo en el momento de recibirla, representa uno de los grandes logros del fútbol hispano.
Su buen papel en el torneo olímpico le valió una plaza en el primer equipo del Athletic, aunque empezó como suplente de Iñaki Lafuente. Debutó con los leones el 13 de diciembre en un partido de Copa del Rey y en Primera División el 10 de junio de 2001, en la penúltima jornada de Liga contra la Real Sociedad. A Dani Aranzubía le costó mucho sudor hacerse un hueco en el Athletic y en sus dos primeras temporadas en la élite jugó 10 partidos de Liga y 12 de Copa.
Jupp Heynckes, entonces técnico del Athletic, comenzó a confiar más en las virtudes del guardameta riojano. En diciembre de 2002 Heynckes revolucionó su once inicial y una de las decisiones fue sentar a Lafuente para convertir a Aranzubía en el guardameta titular, que agradeció la confianza con grandes actuaciones. Aranzubía se ganó el puesto y acabó la campaña 02-03 con 27 partidos disputados.
Durante las dos siguientes temporadas, Aranzubía fue el dueño de la portería bilbaína. Sus paradas contribuyeron a que el equipo vasco regresara a la Copa de la UEFA en el curso 04-05 tras siete años ausente de la competición. Pero su situación se vio alterada en la temporada 05-06. Después de ser el titular del equipo vasco en las primeras 18 jornadas de Liga fue relegado al banquillo por Javier Clemente, que había llegado al banquillo del Athletic en noviembre.
Aranzubía recuperó la confianza y la titularidad en la temporada 06-07. Defendió la portería rojiblanca durante las tres primeras jornadas de Liga, volvió al banquillo durante casi tres meses y, tras la salida de Félix Sarriugarte y la llegada de Mané al banquillo, volvió a la portería y disputó los 25 encuentros restantes. Dani se encontraba en una espiral de altibajos que le impedía rendir a su máximo nivel y su situación volvió a empeorar en el curso 07-08.
Esa temporada, el nuevo técnico del Athletic Joaquín Caparrós apostó por Gorka Iraizoz como meta titular y Aranzubía se vio relegado a un segundo plano. Sólo retornó a la portería rojiblanco por las lesiones musculares de Iraizoz, que le obligaron a pasar por el quirófano. Pero no duró mucho porque el club se hizo con los servicios de Armando y Aranzubía volvió otra vez al banquillo.
El guardameta logroñés necesitaba una vía de escape y un equipo donde volver a sentirse un guardameta importante. Esa salida se la ofreció el Deportivo de la Coruña. Se despidió del Athletic de Bilbao después de 14 años como rojiblanco y 189 partidos disputados en el primer equipo bilbaíno y llegó a un equipo que tenía overbooking de porteros (Munúa, Aouate, Fabricio, Manu Fernández), pero ninguno contaba con la confianza de Lotina.
Desde el primer partido oficial que disputó con el equipo herculino se convirtió en el dueño indiscutible de la portería. En sus cinco temporadas como deportivista vivió situaciones de todo tipo, como dos descensos a Segunda División en 2011 y 2013 y, entre medias, un ascenso a Primera, pero siempre lo hizo desde su privilegiada posición bajo los palos.
Aranzubía jugó 188 partidos y protagonizó un momento histórico el 20 de febrero de 2011 en el estadio Juegos del Mediterráneo. El Deportivo perdía 1-0 con el Almería y en el último minuto del tiempo de descuento forzó un saque de esquina. El guardameta navarro subió a rematar y el envío de Pablo Álvarez desde el córner derecho fue directo a su cabeza. No sólo fue el gol del empate, fue el primer tanto de la historia de la Liga española que anotaba un guardameta con la cabeza.
Tras el último descenso del Deportivo a la división de plata, Aranzubía decidió coger uno de esos trenes que pasan una vez en la vida, su fichaje por el Atlético de Madrid. Llegaba al club colchonero como segundo portero tras la incorporación de Thibaut Courtois y no pudo hacer nada para arrebatarle el puesto al belga. Aún así, vivió momentos emocionantes en el Atleti. Debutó en la Champions League el 11 de diciembre ante el Oporto y dejó la portería a cero y a final de temporada añadió el primer título a nivel de clubes a su palmarés, la Liga.
Al término del curso 13-14, Aranzubía se quedó sin equipo. Varios equipos se interesaron por él a lo largo de la temporada 14-15, como Las Palmas o el Valladolid, pero ninguno le propuso una oferta que le cautivara. El pasado 26 de junio, Dani Aranzubía reconoció en una entrevista a Onda Cero que su decisión de colgar los guantes ya era una realidad.
Con la selección española
Tras ser internacional sub 20, sub 21 y olímpico, a Daniel Aranzubía le llegó la oportunidad de estrenarse con la selección absoluta. Sólo fue internacional absoluto en una ocasión, el 5 de junio de 2004 en un amistoso contra Andorra, aunque también acudió a la Eurocopa de Portugal en 2004 como tercer portero. Allí protagonizó una curiosa anécdota: actuar como mediocentro en un partidillo preparatorio de la selección.
El gol de Dani Aranzubía al Almería en la temporada 10-11