Al día siguiente de la eliminación ante los italianos, aún costaba creer que España se tuviera que marchar por la puerta de atrás de los Juegos de París, cuando cuatro años antes habían maravillado al público extranjero. Los periódicos franceses* fueron benévolos en sus comentarios hacia la selección hispana, cuya derrota la achacaban simplemente a la mala fortuna.
L'Echo des Sports escribía: "La derrota del equipo español es muy lamentable, aun cuando no puede tampoco decirse con justicia que el equipo español no mereciese la victoria". Le Figaro elogiaba "las condiciones fisicas del equipo español y su mayor resistencia y velocidad".
En las páginas de L'Auto fueron un poco más allá y firmaron: "La fatalidad inexorable ha querido que fuese un equipo sin par, el mejor quizá de los 22 que concurren al concurso de Colombres, el primer derrotado, cuando en el cifraban los deportistas sus mejores esperanzas". Y añadían: "Los españoles pueden tener el consuelo de que su derrota no afecta para nada al magnífico valor de su equipo y pueden esperar en lo futuro los mayores éxitos internacionales".
Aunque fue Le Temps el más drástico y lanzó el dardo de su crítica hacia el sistema de competición: "No permite que los jugadores, víctimas de una concurrencia de circunstancias extraviadas, puedan rehabilitarse. (...). Este sistema de eliminación directa debe ser proscrito en los Juegos de 1928", sentenciaba.
Pero en España las páginas de los periódicos publicaban largas reflexiones de periodistas y cronistas, tratando de encontrar una explicación pausible a tamaña 'tragedia' deportiva.
En la revista Gran Vida enumeraban varias causas: "Falta de entrenamiento, de eficacia en el trio interior de ataque, carencia de estudio y previsión para saber, con nuestra gran superioridad, contrarrestar el factor suerte y, en fin, torpe dirección del Comité seleccionador y endiosamiento de fenómenos de Prensa".
Gabriel Maura Gamazo, por aquel entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, señalaba a los clubes y federaciones futbolísticas: "Hay que confesar que ha faltado entrenamiento a nuestro equipo nacional; las causas de esta deficiencia son conocidas de todos. Ni en la Asamblea del año pasado ni posteriormente se ha conseguido que Clubs y Federaciones hiciesen sacrificio ninguno en pro de la mejor preparación olímpica".
En el diario El Sol se buscaban responsabilidades en el estilo de juego de los delanteros: "En esta época, en que los grandes equipos (uruguayos, chechos, ingleses) nos han mostrado la eficacia del pase corto, poner delanteros que no lo practican sistemáticamente no debería hacerse".
Pero sin lugar a dudas, la crítica más dura- y posiblemente realista- la firmó J. de Juanes en Madrid Sport: "Ahora vienen las lamentaciones, las eternas cantinelas, de 'ya decía yo lo que tenía que pasar', que tal jugador no ha debido ir, que si el árbitro, que si la mala suerte, todas, todas esas cosas que en España tenemos de repertorio para cuando sufrimos algún revés que tira por tierra nuestras ilusiones", empieza.
Y sigue: "Nosotros creemos que el domingo se ha perdido por fanfarronería de todos, porque se nos había metido en la cabeza, tanto a jugadores como a aficionados, que teníamos el partido chupado, porque éramos muy superiores a los italianos, porque a la furia española no había quien se le impusiera".
Remata J. de Juanes diciendo que"se ha perdido porque los italianos han demostrado que constituyen un gran equipo y han sabido hacer frente a la furia española y vencerla".
*Las impresiones de la prensa francesa fueron traducidas y recogidas por varios diarios españoles, como ABC.
L'Echo des Sports escribía: "La derrota del equipo español es muy lamentable, aun cuando no puede tampoco decirse con justicia que el equipo español no mereciese la victoria". Le Figaro elogiaba "las condiciones fisicas del equipo español y su mayor resistencia y velocidad".
En las páginas de L'Auto fueron un poco más allá y firmaron: "La fatalidad inexorable ha querido que fuese un equipo sin par, el mejor quizá de los 22 que concurren al concurso de Colombres, el primer derrotado, cuando en el cifraban los deportistas sus mejores esperanzas". Y añadían: "Los españoles pueden tener el consuelo de que su derrota no afecta para nada al magnífico valor de su equipo y pueden esperar en lo futuro los mayores éxitos internacionales".
Aunque fue Le Temps el más drástico y lanzó el dardo de su crítica hacia el sistema de competición: "No permite que los jugadores, víctimas de una concurrencia de circunstancias extraviadas, puedan rehabilitarse. (...). Este sistema de eliminación directa debe ser proscrito en los Juegos de 1928", sentenciaba.
Pero en España las páginas de los periódicos publicaban largas reflexiones de periodistas y cronistas, tratando de encontrar una explicación pausible a tamaña 'tragedia' deportiva.
En la revista Gran Vida enumeraban varias causas: "Falta de entrenamiento, de eficacia en el trio interior de ataque, carencia de estudio y previsión para saber, con nuestra gran superioridad, contrarrestar el factor suerte y, en fin, torpe dirección del Comité seleccionador y endiosamiento de fenómenos de Prensa".
Gabriel Maura Gamazo, por aquel entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, señalaba a los clubes y federaciones futbolísticas: "Hay que confesar que ha faltado entrenamiento a nuestro equipo nacional; las causas de esta deficiencia son conocidas de todos. Ni en la Asamblea del año pasado ni posteriormente se ha conseguido que Clubs y Federaciones hiciesen sacrificio ninguno en pro de la mejor preparación olímpica".
En el diario El Sol se buscaban responsabilidades en el estilo de juego de los delanteros: "En esta época, en que los grandes equipos (uruguayos, chechos, ingleses) nos han mostrado la eficacia del pase corto, poner delanteros que no lo practican sistemáticamente no debería hacerse".
Pero sin lugar a dudas, la crítica más dura- y posiblemente realista- la firmó J. de Juanes en Madrid Sport: "Ahora vienen las lamentaciones, las eternas cantinelas, de 'ya decía yo lo que tenía que pasar', que tal jugador no ha debido ir, que si el árbitro, que si la mala suerte, todas, todas esas cosas que en España tenemos de repertorio para cuando sufrimos algún revés que tira por tierra nuestras ilusiones", empieza.
Y sigue: "Nosotros creemos que el domingo se ha perdido por fanfarronería de todos, porque se nos había metido en la cabeza, tanto a jugadores como a aficionados, que teníamos el partido chupado, porque éramos muy superiores a los italianos, porque a la furia española no había quien se le impusiera".
Remata J. de Juanes diciendo que"se ha perdido porque los italianos han demostrado que constituyen un gran equipo y han sabido hacer frente a la furia española y vencerla".
*Las impresiones de la prensa francesa fueron traducidas y recogidas por varios diarios españoles, como ABC.