La principal novedad del torneo futbolístico de los Juegos Olímpicos de 1992 fue la limitación de edad de los participantes. Por primera vez, se designó que las selecciones que acudieran al evento olímpico debían estar integradas por jugadores menores de 23 años- o que hubieran cumplido los 23 en el mismo año olímpico.
Esta decisión, como todo, tuvo sus detractores y partidarios, pero puso fin al eterno debate de profesionales versus amateurs y trató, en la medida de lo posible, de equilibrar el potencial de los equipos. El veto a los jugadores profesionales ya era cosa del pasado.
Construir una selección española de fútbol con estos requisitos comenzó por designar a su maestro de armas. Tras la destitución de Luis Suárez como seleccionador, en abril de 1991, se inició una carrera de fondo para escoger a su sucesor. Javier Clemente era el favorito de Ángel María Villar, Presidente de la Real Federación Española de Fútbol ya en aquel entonces, y su intención era colocarlo en el banquillo.
Pero el 24 de mayo de 1991, día de la elección final, la junta directiva de la Federación tomó la decisión salomónica de realizar una votación para resolver la cuestión. Vicente Miera ganó por goleada, nueve votos frente a los tres de Clemente, y Villar votó en blanco junto a otros seis miembros.
La carrera del técnico cántabro al frente de la selección absoluta duró poco más de un año. No lograr la clasificación para la Eurocopa de 1992 se consideró un fracaso en el seno de la Federación y Villar cumplió al fin su propósito de dar a Javier Clemente los mandos de la absoluta. Vicente Miera permaneció al frente del combinado olímpico, a pesar de las dudas iniciales, lo que se convirtió en la mejor decisión que podían haber tomado.
De concentración en Palencia
Sin torneos preolímpicos por el medio y concienciados de que la única forma de lograr una medalla en los Juegos era un entrenamiento exigente, la selección olímpica comenzó a prepararse para la gran cita con más de un mes de antelación.
Vicente Miera concentró a los treinta y cinco jugadores que conformaban la convocatoria previa en la localidad palentina de Cervera de Pisuerga. Pero no todo fue ejercicio físico y balón; el seleccionador cántabro contó con la colaboración del psicólogo Jesús García Barrero, cuyo trabajo era relajar a los jugadores de la tensión y la saturación de partidos tras una campaña liguera intensa.
Una semana antes de que arrancaran los Juegos Olímpicos, la selección española, trasladó su cuartel general a Valencia, donde disputaría los encuentros de la fase de grupos. Todos los descartes ya se habían realizado y Miera pudo contar al fin con Manjarín y Amavisca, que necesitaron un permiso especial del Ministerio de Defensa para 'librarse' durante los Juegos del servicio militar.
La convocatoria final de veinte futbolistas olímpicos la integraron:
Guardametas
Esta decisión, como todo, tuvo sus detractores y partidarios, pero puso fin al eterno debate de profesionales versus amateurs y trató, en la medida de lo posible, de equilibrar el potencial de los equipos. El veto a los jugadores profesionales ya era cosa del pasado.
Construir una selección española de fútbol con estos requisitos comenzó por designar a su maestro de armas. Tras la destitución de Luis Suárez como seleccionador, en abril de 1991, se inició una carrera de fondo para escoger a su sucesor. Javier Clemente era el favorito de Ángel María Villar, Presidente de la Real Federación Española de Fútbol ya en aquel entonces, y su intención era colocarlo en el banquillo.
Pero el 24 de mayo de 1991, día de la elección final, la junta directiva de la Federación tomó la decisión salomónica de realizar una votación para resolver la cuestión. Vicente Miera ganó por goleada, nueve votos frente a los tres de Clemente, y Villar votó en blanco junto a otros seis miembros.
La carrera del técnico cántabro al frente de la selección absoluta duró poco más de un año. No lograr la clasificación para la Eurocopa de 1992 se consideró un fracaso en el seno de la Federación y Villar cumplió al fin su propósito de dar a Javier Clemente los mandos de la absoluta. Vicente Miera permaneció al frente del combinado olímpico, a pesar de las dudas iniciales, lo que se convirtió en la mejor decisión que podían haber tomado.
De concentración en Palencia
Sin torneos preolímpicos por el medio y concienciados de que la única forma de lograr una medalla en los Juegos era un entrenamiento exigente, la selección olímpica comenzó a prepararse para la gran cita con más de un mes de antelación.
Vicente Miera concentró a los treinta y cinco jugadores que conformaban la convocatoria previa en la localidad palentina de Cervera de Pisuerga. Pero no todo fue ejercicio físico y balón; el seleccionador cántabro contó con la colaboración del psicólogo Jesús García Barrero, cuyo trabajo era relajar a los jugadores de la tensión y la saturación de partidos tras una campaña liguera intensa.
Una semana antes de que arrancaran los Juegos Olímpicos, la selección española, trasladó su cuartel general a Valencia, donde disputaría los encuentros de la fase de grupos. Todos los descartes ya se habían realizado y Miera pudo contar al fin con Manjarín y Amavisca, que necesitaron un permiso especial del Ministerio de Defensa para 'librarse' durante los Juegos del servicio militar.
La convocatoria final de veinte futbolistas olímpicos la integraron:
Guardametas
- Santi Cañizares (Celta de Vigo)
- Toni Jiménez (Zaragoza)
- Albert, Chapi, Ferrer (Barcelona)- Lateral derecho
- Mikel Lasa (Real Madrid)- Lateral/ Carrilero izquierdo
- Roberto Solozábal (Atlético de Madrid)- Central
- Abelardo Fernández (Sporting de Gijón)- Central
- Juanma López (Atlético de Madrid)- Central
- Francisco Veza, Paqui (Tenerife)- Central/ Lateral zurdo
- Rafael Berges (Tenerife)- Lateral izquierdo
- Miguel Hernández (Rayo Vallecano)- Central/ Medio defensivo
- Josep Guardiola (Barcelona)- Medio organizador
- Gabriel Vidal (Mallorca)- Extremo derecho
- Francesc, Chichi, Soler (Mallorca)- Carrilero/ Medio derecho
- David Billabona (Athletic de Bilbao)- Medio centro
- Luis Enrique Martínez (Real Madrid)- Mediapunta/ Extremo
- Antonio Pinilla (Barcelona)- Delantero centro
- Kiko Narváez (Cádiz)- Delantero centro
- Javier Manjarín (Sporting de Gijón)- Extremo ambivalente
- Emilio Amavisca (Real Valladolid)- Extremo zurdo
- Alfonso Pérez (Real Madrid)- Delantero centro