El 23 de septiembre, en el Sydney Soccer Stadium, España e Italia disputaron el quinto enfrentamiento olímpico de su historia. El balance no podía estar más equilibrado, dos triunfos hispanos, dos azzurri y un empate. Pero la selección española se encargó de inclinar la balanza a su favor e imponerse a los transalpinos en uno de los partidos más intensos y emocionantes que se vivieron en el torneo, con mucho fútbol y un nivel digno de una final.
Al equipo de Iñaki Sáez le tocó representar un papel diferente en cada acto. En el arranque del primer tiempo fue Italia quien llevó el peso del juego, con Pirlo y Ventosa haciendo de las suyas para llevar el balón al área rival, pero la selección roja se mostró segura en las labores defensivas. Y cuando los italianos sobrepasaban el tabique español, allí estaba Aranzubía para frustrar a la azzurra.
Poco a poco España se fue desperezando y pasó al ataque en el momento en que Xavi y el balón se hicieron uno. La selección "empezó a tocar y a abrir el juego a las bandas para quitarle la posesión del balón a los italianos", escribió Xavier Prunés en el diario ABC. Así llegaron las primeras ocasiones hispanas, un cabezazo de José Mari que se marchó por encima de la portería y un disparo de Albelda que detuvo Abbiati.
Fue un primer tiempo de paleta y mono de trabajo que finalizó sin que el marcador se moviera del 0-0 inicial. Pero en el segundo tiempo salió a relucir el toque y la calidad y el público disfrutó de un fútbol más vistoso. Españoles e italianos se intercambiaron los roles y los de Iñaki Sáez tomaron la batuta.
Xavier Ventura relata en su crónica para La Vanguardia que "España salió totalmente decidida a buscar el gol ante una Italia más elástica en el terreno de juego por la posición de sus jugadores, pero menos atrevida en la ofensiva". Adelantó las líneas para presionar más cerca del área y obligó a Italia a replegarse.
El único pero al dominio español fue la falta de eficacia en los metros finales, algo que trató de enmendar el seleccionador español con la entrada de Gabri. Claro que la oportunidad del atacante del Barcelona estaba por llegar. Antes España tuvo que conceder un último instante de protagonismo al equipo italiano. Pirlo y Gattusso tuvieron a su alcance el 1-0, pero en ambas ocasiones se estrellaron contra un providencial Aranzubía.
Y fue entonces, cuando la prórroga acechaba, que España lanzó un dardo directo al círculo central de la diana. Xavi conectó por dentro con Gabri, "el delantero se revolvió dentro del área y su tiro cruzado se estrelló en el palo derecho de Abbiati antes de colarse al fondo de la portería italiana", describe Xavier Prunés. El mejor momento para conseguir el gol, pues Italia no tuvo tiempo para reaccionar.
Fue un triunfo "al estilo italiano, aguantando en la primera parte, controlando el partido en la segunda y dando el mazazo definitivo en el momento justo", resumió el cronista de ABC. España había superado la ya famosa maldición de cuartos y estaba un paso más cerca de conseguir su tercera medalla olímpica.
Ficha técnica
Italia: Abbiati; Grandoni, Zanchi, Cirillo; Gattuso, Ambrosini, Zanett, Vanuchi; Comandini (Margiotta, 88'), Pirlo y Ventola.
España: Aranzubía; Lacruz, Amaya, Marchena (Unai, 46'), Puyol; Velamazán, Xavi, Albelda, Angulo; Tamudo (Gabri, 69'), José Mari.
Goles: 0-1 Gabri (86').
Árbitro: Carlos Eugenio Simón (Brasil). Mostró cartulinas amarillas a Albelda y Velamazán, por España, y a Cirillo, Zanetti, Ventola y Zanchi.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final disputado en el Sydney Soccer Stadium ante 38.134 espectadores.
Al equipo de Iñaki Sáez le tocó representar un papel diferente en cada acto. En el arranque del primer tiempo fue Italia quien llevó el peso del juego, con Pirlo y Ventosa haciendo de las suyas para llevar el balón al área rival, pero la selección roja se mostró segura en las labores defensivas. Y cuando los italianos sobrepasaban el tabique español, allí estaba Aranzubía para frustrar a la azzurra.
Poco a poco España se fue desperezando y pasó al ataque en el momento en que Xavi y el balón se hicieron uno. La selección "empezó a tocar y a abrir el juego a las bandas para quitarle la posesión del balón a los italianos", escribió Xavier Prunés en el diario ABC. Así llegaron las primeras ocasiones hispanas, un cabezazo de José Mari que se marchó por encima de la portería y un disparo de Albelda que detuvo Abbiati.
Fue un primer tiempo de paleta y mono de trabajo que finalizó sin que el marcador se moviera del 0-0 inicial. Pero en el segundo tiempo salió a relucir el toque y la calidad y el público disfrutó de un fútbol más vistoso. Españoles e italianos se intercambiaron los roles y los de Iñaki Sáez tomaron la batuta.
Xavier Ventura relata en su crónica para La Vanguardia que "España salió totalmente decidida a buscar el gol ante una Italia más elástica en el terreno de juego por la posición de sus jugadores, pero menos atrevida en la ofensiva". Adelantó las líneas para presionar más cerca del área y obligó a Italia a replegarse.
El único pero al dominio español fue la falta de eficacia en los metros finales, algo que trató de enmendar el seleccionador español con la entrada de Gabri. Claro que la oportunidad del atacante del Barcelona estaba por llegar. Antes España tuvo que conceder un último instante de protagonismo al equipo italiano. Pirlo y Gattusso tuvieron a su alcance el 1-0, pero en ambas ocasiones se estrellaron contra un providencial Aranzubía.
Y fue entonces, cuando la prórroga acechaba, que España lanzó un dardo directo al círculo central de la diana. Xavi conectó por dentro con Gabri, "el delantero se revolvió dentro del área y su tiro cruzado se estrelló en el palo derecho de Abbiati antes de colarse al fondo de la portería italiana", describe Xavier Prunés. El mejor momento para conseguir el gol, pues Italia no tuvo tiempo para reaccionar.
Fue un triunfo "al estilo italiano, aguantando en la primera parte, controlando el partido en la segunda y dando el mazazo definitivo en el momento justo", resumió el cronista de ABC. España había superado la ya famosa maldición de cuartos y estaba un paso más cerca de conseguir su tercera medalla olímpica.
Ficha técnica
Italia: Abbiati; Grandoni, Zanchi, Cirillo; Gattuso, Ambrosini, Zanett, Vanuchi; Comandini (Margiotta, 88'), Pirlo y Ventola.
España: Aranzubía; Lacruz, Amaya, Marchena (Unai, 46'), Puyol; Velamazán, Xavi, Albelda, Angulo; Tamudo (Gabri, 69'), José Mari.
Goles: 0-1 Gabri (86').
Árbitro: Carlos Eugenio Simón (Brasil). Mostró cartulinas amarillas a Albelda y Velamazán, por España, y a Cirillo, Zanetti, Ventola y Zanchi.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final disputado en el Sydney Soccer Stadium ante 38.134 espectadores.