El estadio de Cuauhtemoc, en la localidad mexicana de Puebla, no admitía un alfiler más. Todos los hinchas mexicanos querían disfrutar en vivo de su selección en el encuentro de cuartos frente a España. Las 35.000 localidades se quedaron escasas para cubrir la demanda, pero la opción de celebrar el choque en el Estadio Azteca se había rechazado por temor a que el ambiente fuera demasiado 'hostil'.
Nada más lejos de la realidad, pues las crónicas reflejan que el público mexicano congregado en Puebla se comportó como correponde; jaleando a su equipo y sin menospreciar, ni ofender a la selección rival.
En el terreno de juego, España apostó por un planteamiento excesivamente conservador; cerró filas en torno a Mora y se dedicó a esperar un error de México para salir al contraataque. Y la táctica quizá habría funcionado si la selección roja hubiese tenido un buen día.
La escuadra azteca se encontró muy a gusto llevando la batuta del juego y con la posesión del esférico a su favor. En los momentos oportunos metió una marcha más que su oponente y fue letal ante el marco rival. Superada la media hora de juego Pereda y Morales se lucieron con un intercambio dinámico de pases que descolocó a la zaga española y que el propio Morales finalizó con un tremendo zurdazo directo a la escuadra de la portería.
México no dejó que España reaccionara tras el descanso y a los tres minutos del segundo tiempo aumentó la ventaja en el marcador. Pulido filtró un pase en profundidad para Pereda que, valiéndose de una nueva indecisión defensiva, se coló hasta el fondo y batió a Mora por abajo con un disparo cruzado.
Cuando la selección hispana quiso sacar la garra, ya era demasiado tarde. Sin embargo, en el minuto 78 se produjo una acción en el área azteca que podría haber alterado el final del encuentro. Grande logró batir a Vargas y el colegiado anuló un tanto que, según la crónica de ABC, era legal. El delantero español estaba en posición de fuera de juego, pero había recibido el balón de un rechace de la defensa mexicana, lo que anulaba el off-side.
En cualquier caso, los méritos de España fueron insuficientes para aspirar siquiera al empate. José María Calle escribió en Mundo Deportivo que "los defectos españoles fueron la falta de velocidad, de fuerza física y fondo, imprecisión increíble en la entrega de la pelota y graves defectos de marcaje".
El propio cronista reconoció el gran trabajo de la selección azteca: "No hay peros que oponer a la victoria mejicana. Jugaron mejor y ganaron con total merecimiento frente a un equipo español desconocido con respecto al que venció a Brasil y Nigeria".
El partido dejó una curiosidad soprendente. En el equipo azteca jugaba de medio Luis Regueiro, hijo del delantero Luis Regueiro, que 40 años atrás había defendido el escudo español en los Juegos de Ámsterdam 1928.
Ficha técnica
México: Vargas; Alejándrez, Sánchez Galindo, Sanabria, Pérez, Regueiro, Muñoz, Albino Morales, Pereda, Pulido, Victorino (Bustos, 62').
España: Mora; Benito, Espíldora, Ochoa, Sala, Grande, Jaén (Crispi, 49'), Asensi, Juan, Garzón (Ortega, 51'), Ortuño.
Goles: 1-0 Morales (32'). 2-0 Pereda (48').
Árbitro: Milivoje Gugulovic (Yugoslavia). Amonestó a Espíldora.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del torneo olímpico, disputado en el estadio Cuauhtemoc, ante más de 35.000 espectadores.
Nada más lejos de la realidad, pues las crónicas reflejan que el público mexicano congregado en Puebla se comportó como correponde; jaleando a su equipo y sin menospreciar, ni ofender a la selección rival.
En el terreno de juego, España apostó por un planteamiento excesivamente conservador; cerró filas en torno a Mora y se dedicó a esperar un error de México para salir al contraataque. Y la táctica quizá habría funcionado si la selección roja hubiese tenido un buen día.
La escuadra azteca se encontró muy a gusto llevando la batuta del juego y con la posesión del esférico a su favor. En los momentos oportunos metió una marcha más que su oponente y fue letal ante el marco rival. Superada la media hora de juego Pereda y Morales se lucieron con un intercambio dinámico de pases que descolocó a la zaga española y que el propio Morales finalizó con un tremendo zurdazo directo a la escuadra de la portería.
México no dejó que España reaccionara tras el descanso y a los tres minutos del segundo tiempo aumentó la ventaja en el marcador. Pulido filtró un pase en profundidad para Pereda que, valiéndose de una nueva indecisión defensiva, se coló hasta el fondo y batió a Mora por abajo con un disparo cruzado.
Cuando la selección hispana quiso sacar la garra, ya era demasiado tarde. Sin embargo, en el minuto 78 se produjo una acción en el área azteca que podría haber alterado el final del encuentro. Grande logró batir a Vargas y el colegiado anuló un tanto que, según la crónica de ABC, era legal. El delantero español estaba en posición de fuera de juego, pero había recibido el balón de un rechace de la defensa mexicana, lo que anulaba el off-side.
En cualquier caso, los méritos de España fueron insuficientes para aspirar siquiera al empate. José María Calle escribió en Mundo Deportivo que "los defectos españoles fueron la falta de velocidad, de fuerza física y fondo, imprecisión increíble en la entrega de la pelota y graves defectos de marcaje".
El propio cronista reconoció el gran trabajo de la selección azteca: "No hay peros que oponer a la victoria mejicana. Jugaron mejor y ganaron con total merecimiento frente a un equipo español desconocido con respecto al que venció a Brasil y Nigeria".
El partido dejó una curiosidad soprendente. En el equipo azteca jugaba de medio Luis Regueiro, hijo del delantero Luis Regueiro, que 40 años atrás había defendido el escudo español en los Juegos de Ámsterdam 1928.
Ficha técnica
México: Vargas; Alejándrez, Sánchez Galindo, Sanabria, Pérez, Regueiro, Muñoz, Albino Morales, Pereda, Pulido, Victorino (Bustos, 62').
España: Mora; Benito, Espíldora, Ochoa, Sala, Grande, Jaén (Crispi, 49'), Asensi, Juan, Garzón (Ortega, 51'), Ortuño.
Goles: 1-0 Morales (32'). 2-0 Pereda (48').
Árbitro: Milivoje Gugulovic (Yugoslavia). Amonestó a Espíldora.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del torneo olímpico, disputado en el estadio Cuauhtemoc, ante más de 35.000 espectadores.