Después de los traspiés en Montreal 1976 y Moscú 1980, la selección española olímpica continuó en caída libre los siguientes ocho años, pues no logró la clasificación para Los Ángeles 1984, ni Seúl 1988. Los frutos del fútbol español estaba aún verdes y su maduración tendría que esperar a 1992.
Los Ángeles 1984
La ciudad californiana de Los Ángeles volvió a acoger un evento olímpico 52 años después, aunque en esta ocasión sí hubo fútbol en el programa de los Juegos. Una edición más- y ya iban tres- la paz que se presuponía en el macroevento deportivo fue quebrada con el enésimo boicot.
La Unión Soviética, en venganza por la decisión estadounidense de no acudir a los Juegos de Moscú, les pagó con la misma moneda. Y, como las fichas de un dominó, fueron cayendo detrás de la URSS otras naciones de Europa del Este, como Checoslovaquia, Bulgaria, Polonia y la República Democrática Alemana.
Su renuncia repercutió de lleno en la competición futbolística, pues por primera vez en muchos años las medallas de oro y plata no fueron para ninguna selección de la Europa oriental. Francia se proclamó campeona del torneo y conquistó su primer metal dorado en la historia de los Juegos tras vencer por 2-0 a Brasil. El bronce se lo quedó Yugoslavia, que derrotó a Italia (2-1).
Una de las principales novedades del balompié olímpico en Los Ángeles es que, por primera vez, se levantó el veto a los jugadores profesionales. La única condición era que los jugadores sudamericanos y europeos que habían tomado en parte en el anterior Mundial no podían repetir participación en los Juegos Olímpicos.
En España aún estaba latente la resaca post-mundialista de 1982. La selección hispana había vuelto a tropezar y no pudo ser profeta en su tierra tras caer eliminada en la segunda fase. Peor suerte corrieron los olímpicos en el torneo de clasificación para los Juegos de Los Ángeles.
En la primera ronda cayó en un grupo con Bélgica y Francia- a la postre campeona de los Juegos- y no pudo con ninguna de ellas. Los dos encuentros contra los belgas finalizaron con idéntico resultado: 0-0, mientras que los choques contra los galos se saldaron con sendas victorias de les bleus: 0-1 y 3-1.
La ciudad californiana de Los Ángeles volvió a acoger un evento olímpico 52 años después, aunque en esta ocasión sí hubo fútbol en el programa de los Juegos. Una edición más- y ya iban tres- la paz que se presuponía en el macroevento deportivo fue quebrada con el enésimo boicot.
La Unión Soviética, en venganza por la decisión estadounidense de no acudir a los Juegos de Moscú, les pagó con la misma moneda. Y, como las fichas de un dominó, fueron cayendo detrás de la URSS otras naciones de Europa del Este, como Checoslovaquia, Bulgaria, Polonia y la República Democrática Alemana.
Su renuncia repercutió de lleno en la competición futbolística, pues por primera vez en muchos años las medallas de oro y plata no fueron para ninguna selección de la Europa oriental. Francia se proclamó campeona del torneo y conquistó su primer metal dorado en la historia de los Juegos tras vencer por 2-0 a Brasil. El bronce se lo quedó Yugoslavia, que derrotó a Italia (2-1).
Una de las principales novedades del balompié olímpico en Los Ángeles es que, por primera vez, se levantó el veto a los jugadores profesionales. La única condición era que los jugadores sudamericanos y europeos que habían tomado en parte en el anterior Mundial no podían repetir participación en los Juegos Olímpicos.
En España aún estaba latente la resaca post-mundialista de 1982. La selección hispana había vuelto a tropezar y no pudo ser profeta en su tierra tras caer eliminada en la segunda fase. Peor suerte corrieron los olímpicos en el torneo de clasificación para los Juegos de Los Ángeles.
En la primera ronda cayó en un grupo con Bélgica y Francia- a la postre campeona de los Juegos- y no pudo con ninguna de ellas. Los dos encuentros contra los belgas finalizaron con idéntico resultado: 0-0, mientras que los choques contra los galos se saldaron con sendas victorias de les bleus: 0-1 y 3-1.
Seúl 1988
La XXIV edición de los Juegos Olímpicos, celebrada en la capital de Corea del Sur, pudo celebrarse al fin sin boicots. Sin embargo, hubo un momento en que se temió un nuevo conflicto político, en este caso por la enfrentada relación entre las dos Coreas.
En un intento por suavizar las tensiones entre Norte y Sur, con regímenes políticos muy opuestos, Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, ofreció a Corea del Norte acoger algunas disciplinas, por ejemplo los partidos de uno de los grupos de fútbol, pero los norcoreanos rechazaron la proposición y rehusaron participar.
Las selecciones de Europa del Este recuperaron el protagonismo tras una edición ausentes y la Unión Soviética conquistó su segundo oro olímpico- el primero fue en Melbourne 1956- tras imponerse a Brasil en la final (2-1). La República Federal Alemana derrotó a Italia (3-0) y se llevó la medalla de bronce.
En cuanto al combinado español de fútbol, volvió a defraudar en el torneo preolímpico y se quedó sin billete para Seúl. La selección hispana había caído en un grupo con otras cuatro naciones (Suecia, Irlanda, Hungría y Francia) y únicamente logró un triunfo en ocho partidos.
Empató con Suecia (1-1) e Irlanda (2-2) en los dos primeros enfrentamientos, pero dos derrotas consecutivas ante Hungría (2-1) y Suecia (2-1)- y los resultados de sus rivales- la alejaron definitivamente del sueño olímpico. Con el objetivo fuera del alcance y, por tanto, menos presión, España mejoró lo justo. Tras caer ante Francia (1-3), logró derrotar a los húngaros (1-0) y sumó dos nuevos empates en Francia (1-1) y frente a Irlanda (2-2).
La XXIV edición de los Juegos Olímpicos, celebrada en la capital de Corea del Sur, pudo celebrarse al fin sin boicots. Sin embargo, hubo un momento en que se temió un nuevo conflicto político, en este caso por la enfrentada relación entre las dos Coreas.
En un intento por suavizar las tensiones entre Norte y Sur, con regímenes políticos muy opuestos, Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, ofreció a Corea del Norte acoger algunas disciplinas, por ejemplo los partidos de uno de los grupos de fútbol, pero los norcoreanos rechazaron la proposición y rehusaron participar.
Las selecciones de Europa del Este recuperaron el protagonismo tras una edición ausentes y la Unión Soviética conquistó su segundo oro olímpico- el primero fue en Melbourne 1956- tras imponerse a Brasil en la final (2-1). La República Federal Alemana derrotó a Italia (3-0) y se llevó la medalla de bronce.
En cuanto al combinado español de fútbol, volvió a defraudar en el torneo preolímpico y se quedó sin billete para Seúl. La selección hispana había caído en un grupo con otras cuatro naciones (Suecia, Irlanda, Hungría y Francia) y únicamente logró un triunfo en ocho partidos.
Empató con Suecia (1-1) e Irlanda (2-2) en los dos primeros enfrentamientos, pero dos derrotas consecutivas ante Hungría (2-1) y Suecia (2-1)- y los resultados de sus rivales- la alejaron definitivamente del sueño olímpico. Con el objetivo fuera del alcance y, por tanto, menos presión, España mejoró lo justo. Tras caer ante Francia (1-3), logró derrotar a los húngaros (1-0) y sumó dos nuevos empates en Francia (1-1) y frente a Irlanda (2-2).