Cuando España y Argentina se marchaban al túnel de vestuarios, nadie podía imaginar que el partido daría un giro tan radical en los segundos cuarenta y cinco minutos. Y es que el encuentro de cuartos de final entre ambas selecciones tuvo dos fases completamente diferentes. Los de Javi Clemente mostraron la mejor imagen del torneo olímpico durante 45 minutos, pero acabaron claudicando ante la calidad y la técnica de los albicelestes. La siempre presente maldición de cuartos volvió a actuar.
En esta ocasión, el técnico vasco dejó a un lado los experimentos y volvió al 4-2-3-1 habitual en el que Roberto y José Ignacio formaron pareja en el doble pivote y Raúl regresó a la punta del ataque. Un encuentro más, Iván de la Peña se quedó en el banquillo, aunque ello no impidió que España tuviera la posesión.
El equipo español salió lanzado al terreno de juego y se encargó de que Argentina tuviera el mínimo contacto posible con el esférico. Claro que, sin su cerebro en el campo, tampoco supo qué hacer con el balón aparte de intentar que sonara la flauta con cada balonazo que mandaba hacia la línea de ataque.
En cuanto España relajó la presión y dejó espacios entre sus líneas, Argentina puso en marcha los mecanismos ofensivos. Hernán Crespo tuvo una de las primeras ocasiones del equipo albiceleste con un remate que salió rozando el poste.
Ese primer aviso bastó para que el combinado ibérico reaccionara y volviera a tomar los mandos de la nave. "Fueron los mejores minutos de la selección, que jugaba el balón con criterio, abriéndolo a las bandas y entrando en velocidad por el centro", narró Enrique Ortego en las páginas de ABC. Óscar y Raúl protagonizaron las mejores oportunidades de la Roja, pero Cavallero desbarató los acercamientos hispanos.
Argentina no se puso nerviosa en ningún momento y supo jugar sin necesidad de tener la posesión del cuero. A través del contraataque y con balones a la espalda de la defensa española encontró la fórmula para llegar hasta los dominios de Mora. El meta español salvó un disparo peligroso de Bassedas antes del descanso y, poco después, un lanzamiento del Piojo López salió rozando el poste.
Para acompañar la lluvia que caía sin cesar en Birmingham, Argentina se convirtió en un vendaval tras el paso por los vestuarios que arrastró a España fuera del torneo olímpico. El primer golpe lo recibieron los españoles nada más reanudarse el juego. Mora desvió un potente disparo de Almeyda y el balón, tras rebotar en el larguero, fue impulsado al fondo de la red por la cabeza de Hernán Crespo.
Antes de que España pudiera reaccionar, la albiceleste aumentó la ventaja. En el minuto 52 "una arrancada de Crespo por la izquierda acabó en un centro al área. Aranzábal, al intentar despejar, introdujo la pelota en su portería", relató Ortego. Una jugada que acabó por corroborar que la fortuna había abandonado a España.
En esta ocasión, el técnico vasco dejó a un lado los experimentos y volvió al 4-2-3-1 habitual en el que Roberto y José Ignacio formaron pareja en el doble pivote y Raúl regresó a la punta del ataque. Un encuentro más, Iván de la Peña se quedó en el banquillo, aunque ello no impidió que España tuviera la posesión.
El equipo español salió lanzado al terreno de juego y se encargó de que Argentina tuviera el mínimo contacto posible con el esférico. Claro que, sin su cerebro en el campo, tampoco supo qué hacer con el balón aparte de intentar que sonara la flauta con cada balonazo que mandaba hacia la línea de ataque.
En cuanto España relajó la presión y dejó espacios entre sus líneas, Argentina puso en marcha los mecanismos ofensivos. Hernán Crespo tuvo una de las primeras ocasiones del equipo albiceleste con un remate que salió rozando el poste.
Ese primer aviso bastó para que el combinado ibérico reaccionara y volviera a tomar los mandos de la nave. "Fueron los mejores minutos de la selección, que jugaba el balón con criterio, abriéndolo a las bandas y entrando en velocidad por el centro", narró Enrique Ortego en las páginas de ABC. Óscar y Raúl protagonizaron las mejores oportunidades de la Roja, pero Cavallero desbarató los acercamientos hispanos.
Argentina no se puso nerviosa en ningún momento y supo jugar sin necesidad de tener la posesión del cuero. A través del contraataque y con balones a la espalda de la defensa española encontró la fórmula para llegar hasta los dominios de Mora. El meta español salvó un disparo peligroso de Bassedas antes del descanso y, poco después, un lanzamiento del Piojo López salió rozando el poste.
Para acompañar la lluvia que caía sin cesar en Birmingham, Argentina se convirtió en un vendaval tras el paso por los vestuarios que arrastró a España fuera del torneo olímpico. El primer golpe lo recibieron los españoles nada más reanudarse el juego. Mora desvió un potente disparo de Almeyda y el balón, tras rebotar en el larguero, fue impulsado al fondo de la red por la cabeza de Hernán Crespo.
Antes de que España pudiera reaccionar, la albiceleste aumentó la ventaja. En el minuto 52 "una arrancada de Crespo por la izquierda acabó en un centro al área. Aranzábal, al intentar despejar, introdujo la pelota en su portería", relató Ortego. Una jugada que acabó por corroborar que la fortuna había abandonado a España.
La selección nacional no pudo hacer más que contemplar impotente una nueva exhibición de la calidad argentina, que supuso el tercer gol. En el minuto 65 Piojo López "se libró de uno y de otro para acabar destrozando a Mora, que sólo acertó a rozar el balón", describe la crónica de Cristina Cubero en Mundo Deportivo. A dos minutos para el final, Hernán Crespo redondeó la goleada desde el punto de penalti.
España no pudo emular a los héroes de Barcelona 92. Como señaló Javier Clemente durante los Juegos, era una selección "muy niña", con calidad y talento, pero sin experiencia, con carencias en el juego y con un seleccionador empeñado en jugar al pelotazo cuando tenía a Iván de la Peña en el equipo.
Ficha técnica
Argentina: Cavallero; Zanetti, Ayala, Sensini, Pineda; Bassedas (Simeone, 78'), Almeyda, Morales (G. López, 88'); Piojo López, Ortega (Gallardo, 70'), Crespo.
España: Mora; Korino, Karanka, Navarro, Aranzábal; Roberto (Lardín, 56'), José Ignacio; Dani, Óscar, Idiákez (De la Peña, 56'); Raúl.
Goles: 1-0 Crespo (46'). 2-0 Aranzábal (p.p.)(52'). 3-0 Piojo López (65'). 4-0 Crespo (p.)(88').
Árbitro: Gamal M.A. El-Ghandour (Egipto). Mostró cartulinas amarillas a Karanka, Idiákez, Raúl y Lardín, por España, y a Ortega, por Argentina.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del torneo olímpico, disputado en el Legion Field de Birmingham (Alabama) ante 43.507 espectadores. El partido se retrasó media hora por culpa de la tormenta que se desató en Birmingham. Antes del arranque se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado en Atlanta.
Resumen del encuentro (vía Youtube)
España no pudo emular a los héroes de Barcelona 92. Como señaló Javier Clemente durante los Juegos, era una selección "muy niña", con calidad y talento, pero sin experiencia, con carencias en el juego y con un seleccionador empeñado en jugar al pelotazo cuando tenía a Iván de la Peña en el equipo.
Ficha técnica
Argentina: Cavallero; Zanetti, Ayala, Sensini, Pineda; Bassedas (Simeone, 78'), Almeyda, Morales (G. López, 88'); Piojo López, Ortega (Gallardo, 70'), Crespo.
España: Mora; Korino, Karanka, Navarro, Aranzábal; Roberto (Lardín, 56'), José Ignacio; Dani, Óscar, Idiákez (De la Peña, 56'); Raúl.
Goles: 1-0 Crespo (46'). 2-0 Aranzábal (p.p.)(52'). 3-0 Piojo López (65'). 4-0 Crespo (p.)(88').
Árbitro: Gamal M.A. El-Ghandour (Egipto). Mostró cartulinas amarillas a Karanka, Idiákez, Raúl y Lardín, por España, y a Ortega, por Argentina.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del torneo olímpico, disputado en el Legion Field de Birmingham (Alabama) ante 43.507 espectadores. El partido se retrasó media hora por culpa de la tormenta que se desató en Birmingham. Antes del arranque se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado en Atlanta.
Resumen del encuentro (vía Youtube)