El lunes 4 de junio, a las dos de la tarde, España e Italia se citaron para deshacer el empate y resolver cuál de las dos selecciones pasaba a las semifinales del torneo. Aquella no fue la tarde de la selección hispana; a las dificultades de la línea de ataque se sumó la inoperancia de los mediocentros, los defensas e incluso el guardameta. Los italianos conectaron el turbo y acabaron con cualquier tipo de ilusión española.
La azzurra salió lanzada a por la portería de Jáuregui y enseguida se vieron los problemas de España para contener los ataques. Hasta que, en el minuto catorce, Italia instauró su dictadura del gol. Magnozzi recibió el balón, pero la zaga española entendió que estaba en fuera de juego y se quedó parada, esperando el pitido del árbitro. Pero su silbato nunca sonó y Magnozzi no encontró oposición para batir a Jáuregui.
Al combinado rojo no le dio tiempo a reaccionar, pues un minuto después Schiavio, "driblando a los defensas españoles"- cuenta Juan Deportista-, logró el segundo gol de un potente disparo desde fuera del área. En el minuto dieciocho amplió Baloncieri la ventaja en una nueva jugada polémica. El balón había salido fuera de las líneas, pero ni el juez de línea, ni el colegiado lo vieron. Rivolta centró y el veterano delantero italiano batió por segunda vez en el torneo a Jáuregui.
La selección italiana carburaba como un tren de alta velocidad y los jugadores españoles, acostumbrados quizá a un juego más pausado, no eran capaces de frenarlos. "El desconcierto y el desaliento cunden en las filas españolas. Mientras, medios y delanteros italianos, perfectamente compenetrados, no cejan en sus ataques, siempre peligrosos", narra la crónica de El Imparcial. Para hundir un poco más a su rival, Italia anotó el 4-0 cinco minutos antes del descanso por medio de Bernardi, que remató un córner de Levrato.
El segundo tiempo trajo consigo un amago de despertar hispano. A los tres minutos de la reanudación, Robus se marchó de Janni y mandó un preciso centro que Yermo convirtió en el gol de honor. Y es que la reacción se quedó ahí.
La azzurra salió lanzada a por la portería de Jáuregui y enseguida se vieron los problemas de España para contener los ataques. Hasta que, en el minuto catorce, Italia instauró su dictadura del gol. Magnozzi recibió el balón, pero la zaga española entendió que estaba en fuera de juego y se quedó parada, esperando el pitido del árbitro. Pero su silbato nunca sonó y Magnozzi no encontró oposición para batir a Jáuregui.
Al combinado rojo no le dio tiempo a reaccionar, pues un minuto después Schiavio, "driblando a los defensas españoles"- cuenta Juan Deportista-, logró el segundo gol de un potente disparo desde fuera del área. En el minuto dieciocho amplió Baloncieri la ventaja en una nueva jugada polémica. El balón había salido fuera de las líneas, pero ni el juez de línea, ni el colegiado lo vieron. Rivolta centró y el veterano delantero italiano batió por segunda vez en el torneo a Jáuregui.
La selección italiana carburaba como un tren de alta velocidad y los jugadores españoles, acostumbrados quizá a un juego más pausado, no eran capaces de frenarlos. "El desconcierto y el desaliento cunden en las filas españolas. Mientras, medios y delanteros italianos, perfectamente compenetrados, no cejan en sus ataques, siempre peligrosos", narra la crónica de El Imparcial. Para hundir un poco más a su rival, Italia anotó el 4-0 cinco minutos antes del descanso por medio de Bernardi, que remató un córner de Levrato.
El segundo tiempo trajo consigo un amago de despertar hispano. A los tres minutos de la reanudación, Robus se marchó de Janni y mandó un preciso centro que Yermo convirtió en el gol de honor. Y es que la reacción se quedó ahí.
Durante los minutos que Italia conectó el modo "ahorro de energía", la selección española no fue capaz de volver a acercarse con peligro a los dominios de Combi. Estaba completamente apática. Y a la media hora del segundo período llegó la traca final de la azzurra.
En el minuto 72 Rivolta anotó el 5-1 tras una fantástica jugada personal; robó el cuero y se lanzó hacia el área "burlando a medios y defensas españoles", se relata en El Imparcial, para acabar superando por alto a Jáuregui. Levrato rubricó la escandalosa goleada, anotando el 6-1 y 7-1 con un minuto de diferencia entre ambos. Tanto sufrió la red del área española que el último tanto de Levrato rompió la malla. Así finalizó el periplo español en lo Juegos de Ámsterdam.
El cronista de ABC, Juan Deportista, resumió así la actuación española: "En conjunto, el equipo español fracasó por la desorganización de las líneas y la incomprensible actuación del portero. En el ataque hubo, además, descohesión, no entendiéndose los jugadores, que dieron la sensación de pobreza de juego".
Ficha técnica
Italia: Combi; Rossetta, Caligari; Bernardini, Pitto, Janni; Rivolta, Baloncieri, Schiavio, Magnozzi, Levrato.
España: Jáurgui; Zaldúa, Quincoces; Amadeo, Gamborena, Trino; Bienzobas, Cholín, Yermo, Marculeta, Robus.
Goles: 1-0 Magnozzi (14'). 2-0 Schiavio (15'). 3-0 Baloncieri (18'). 4-0 Bernardini (40'). 4-1 Yermo (47'). 5-1 Rivolta (72'). 6-1 Levrato (76'). 7-1 Levrato (77').
Árbitro: Hans Boekman (Holanda).
Incidencias: Partido de desempate de los cuartos de final, disputado en el Estadio Olímpico ante casi cinco mil espectadores.
En el minuto 72 Rivolta anotó el 5-1 tras una fantástica jugada personal; robó el cuero y se lanzó hacia el área "burlando a medios y defensas españoles", se relata en El Imparcial, para acabar superando por alto a Jáuregui. Levrato rubricó la escandalosa goleada, anotando el 6-1 y 7-1 con un minuto de diferencia entre ambos. Tanto sufrió la red del área española que el último tanto de Levrato rompió la malla. Así finalizó el periplo español en lo Juegos de Ámsterdam.
El cronista de ABC, Juan Deportista, resumió así la actuación española: "En conjunto, el equipo español fracasó por la desorganización de las líneas y la incomprensible actuación del portero. En el ataque hubo, además, descohesión, no entendiéndose los jugadores, que dieron la sensación de pobreza de juego".
Ficha técnica
Italia: Combi; Rossetta, Caligari; Bernardini, Pitto, Janni; Rivolta, Baloncieri, Schiavio, Magnozzi, Levrato.
España: Jáurgui; Zaldúa, Quincoces; Amadeo, Gamborena, Trino; Bienzobas, Cholín, Yermo, Marculeta, Robus.
Goles: 1-0 Magnozzi (14'). 2-0 Schiavio (15'). 3-0 Baloncieri (18'). 4-0 Bernardini (40'). 4-1 Yermo (47'). 5-1 Rivolta (72'). 6-1 Levrato (76'). 7-1 Levrato (77').
Árbitro: Hans Boekman (Holanda).
Incidencias: Partido de desempate de los cuartos de final, disputado en el Estadio Olímpico ante casi cinco mil espectadores.