Felip Ortiz, el portero de plata
Felip Ortiz Martínez nació en Lérida el 27 de abril de 1977. Jugaba como portero y defendió la meta de varios equipos españoles, como el Extremadura o el Nástic de Tarragona, aunque no llegó a debutar nunca en Primera División. Sus mayores logros deportivos los consiguió en el año 2000: la medalla de bronce en el Europeo sub 21 y la plata en los Juegos Olímpicos de Sïdney.
Felip se formó en el AEM Lleida y en 1994 se incorporó a las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona para jugar en el equipo juvenil. Llegó hasta el filial azulgrana, con el que se estrenó en Segunda División en la temporada 96-97, aunque no fue hasta el curso 98-99, con 21 años, cuando se hizo con un hueco real en el Barcelona B. En esas tres campañas vivió dos descensos y un ascenso, participó en una treintena de encuentros y fue internacional sub 20 y sub 21.
Pero las puertas del primer equipo estaban cerradas para Felip, por lo que tuvo que buscarse un futuro lejos del club azulgrana. En el verano de 1999 se marchó al Extremadura de Segunda División, aunque tampoco lo tuvo fácil para abrirse paso en la portería extremeña. Disputó únicamente seis encuentros, pero Iñaki Sáez mantuvo la confianza en él y le convocó para el Europeo sub 21. Poco después le dio la oportunidad de formar parte de la expedición española para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. En el torneo tubo que conformarse con ser suplente de Aranzubía, pero su nombre permanecerá siempre unido al de aquella medalla de plata.
Permaneció dos temporadas más en el Extremadura y logró convertirse en el guardameta titular durante el curso 01-02. Disputó las 42 jornadas de la liga, pero no pudo evitar que el equipo azulgrana descendiera a Segunda División B. Felip retornó entonces a Cataluña y se incorporó al Nástic de Tarragona, que militaba en la división de bronce.
Fue una pieza fundamental en el conjunto grana desde su llegada. Jugó 27 partidos en su primera campaña y 44 en la segunda, siendo uno de los héroes del ascenso a Segunda División. De nuevo en la categoría de plata, Felip comenzó como dueño de la meta tarraconense hasta que Juanjo Valencia le arrebató el puesto. Esa campaña disputó 16 encuentros, 14 de Liga y dos de Copa del Rey. En aquel equipo coincidió con otro medallista olímpico, en este caso de oro, Antoni Pinilla.
Felip Ortiz se marchó del Nástic tras la temporada 04-05 y recaló en un histórico del fútbol español, la Unión Deportiva Salamanca, que militaba entonces en Segunda División B. De nuevo, se erigió en uno de los engranajes básicos desde el primer momento y el combinado salmantino retornó a la división de plata con Felip como dueño de la portería. Participó en 40 partidos y sólo encajó 33 tantos. Su segundo año en Salamanca fue menos fructífero, intervino en 25 partidos.
Viendo que la Segunda División B se le daba mejor que la segunda categoría de plata del fútbol español, Felip se marchó en el verano del 2007 al Orihuela, que peleaba por retornar a Segunda. El objetivo no se consiguió y el guardameta ilerdense tuvo una participación irregular: jugó 22 encuentros y su mejor racha fueron once jornadas consecutivas como titular.
Un año después, el Nástic volvió a llamar al guardameta catalán y Felip pudo disfrutar de nuevo de la Segunda División española, aunque fuera en pequeñas dosis. Jugó siete encuentros en todo el año y al final de temporada tuvo que pasar por el quirófano para tratar una persistente lumbociática. No le fueron mejor las cosas al curso siguiente, pues sólo disputó 90 minutos.
Los últimos años de su carrera los pasó en el FC Ascó (10-11) y el CDC Torreforta (12-14). Tras colgar los guantes, trabaja como entrenador de porteros en el Nástic de Tarragona.
Felip se formó en el AEM Lleida y en 1994 se incorporó a las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona para jugar en el equipo juvenil. Llegó hasta el filial azulgrana, con el que se estrenó en Segunda División en la temporada 96-97, aunque no fue hasta el curso 98-99, con 21 años, cuando se hizo con un hueco real en el Barcelona B. En esas tres campañas vivió dos descensos y un ascenso, participó en una treintena de encuentros y fue internacional sub 20 y sub 21.
Pero las puertas del primer equipo estaban cerradas para Felip, por lo que tuvo que buscarse un futuro lejos del club azulgrana. En el verano de 1999 se marchó al Extremadura de Segunda División, aunque tampoco lo tuvo fácil para abrirse paso en la portería extremeña. Disputó únicamente seis encuentros, pero Iñaki Sáez mantuvo la confianza en él y le convocó para el Europeo sub 21. Poco después le dio la oportunidad de formar parte de la expedición española para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. En el torneo tubo que conformarse con ser suplente de Aranzubía, pero su nombre permanecerá siempre unido al de aquella medalla de plata.
Permaneció dos temporadas más en el Extremadura y logró convertirse en el guardameta titular durante el curso 01-02. Disputó las 42 jornadas de la liga, pero no pudo evitar que el equipo azulgrana descendiera a Segunda División B. Felip retornó entonces a Cataluña y se incorporó al Nástic de Tarragona, que militaba en la división de bronce.
Fue una pieza fundamental en el conjunto grana desde su llegada. Jugó 27 partidos en su primera campaña y 44 en la segunda, siendo uno de los héroes del ascenso a Segunda División. De nuevo en la categoría de plata, Felip comenzó como dueño de la meta tarraconense hasta que Juanjo Valencia le arrebató el puesto. Esa campaña disputó 16 encuentros, 14 de Liga y dos de Copa del Rey. En aquel equipo coincidió con otro medallista olímpico, en este caso de oro, Antoni Pinilla.
Felip Ortiz se marchó del Nástic tras la temporada 04-05 y recaló en un histórico del fútbol español, la Unión Deportiva Salamanca, que militaba entonces en Segunda División B. De nuevo, se erigió en uno de los engranajes básicos desde el primer momento y el combinado salmantino retornó a la división de plata con Felip como dueño de la portería. Participó en 40 partidos y sólo encajó 33 tantos. Su segundo año en Salamanca fue menos fructífero, intervino en 25 partidos.
Viendo que la Segunda División B se le daba mejor que la segunda categoría de plata del fútbol español, Felip se marchó en el verano del 2007 al Orihuela, que peleaba por retornar a Segunda. El objetivo no se consiguió y el guardameta ilerdense tuvo una participación irregular: jugó 22 encuentros y su mejor racha fueron once jornadas consecutivas como titular.
Un año después, el Nástic volvió a llamar al guardameta catalán y Felip pudo disfrutar de nuevo de la Segunda División española, aunque fuera en pequeñas dosis. Jugó siete encuentros en todo el año y al final de temporada tuvo que pasar por el quirófano para tratar una persistente lumbociática. No le fueron mejor las cosas al curso siguiente, pues sólo disputó 90 minutos.
Los últimos años de su carrera los pasó en el FC Ascó (10-11) y el CDC Torreforta (12-14). Tras colgar los guantes, trabaja como entrenador de porteros en el Nástic de Tarragona.