La última parada en el trayecto hacia la medalla de oro llegó el 5 de agosto y en ella esperaba la revelación del torneo olímpico: Ghana. El combinado africano había finalizado la fase de grupos en primera posición, por encima de Australia, México y Dinamarca, y se había deshecho de Paraguay en los cuartos de final.
Si en el partido frente a Italia la selección española había dado la sopresa por su trepidante comienzo, en semifinales fue España la sorprendida. Ghana se lanzó hacia el área de Toni en cuanto el balón estuvo en juego, dispuesta a meter el miedo en el cuerpo a los jugadores de Miera.
Lo mejor de España en el arranque del encuentro fue la seguridad defensiva. "Aguantó bien España por esta solidez de atrás, a pesar de que pudo mantener durante pocos minutos el control del medio campo. Allí había descontrol porque nadie pillaba a Kumah, que siempre nadaba entre dos aguas y distribuía a placer", describe José Manuel Cuéllar en su crónica para ABC.
Sin embargo, el combinado africano tenía su gran talón de Aquiles en la parcela defensiva y en cuanto España aplicaba velocidad en sus salidas hacia el área, la defensa ghanesa se veía desbordada. Claro que el juego hispano no estaba a la altura de anteriores encuentros y la única manera de abrir el marcador tuvo que llegar a balón parado.
La oportunidad llegó a los veintiséis minutos, en una falta escorada hacia la izquierda del área. Guardiola la botó hacia el punto de penalti y, sin dejarla botar, Abelardo la impulsó con el pie directa al fondo de la red. Con el marcador a favor el juego español sólo mejoró a medias, pues daba la sensación "de estar demasiado a merced de unos contrarios muy descompensados, bien de medio campo hacia arriba y mal en su zaga", observó Cuéllar.
Solo las puntuales intervenciones de Mensah evitaron que Ghana se marchara al descanso con un marcador más abultado en su contra. Las opciones de remontar para los africanos se apagaron cuando Kuffuor, que ya tenía una tarjeta, le hizo una fea entrada a Luis Enrique que le costó la segunda amarilla.
"La inferioridad numérica desinfló a los ghaneses España se vio con el partido ganado y redobló sus ímpetus ofensivos", cuenta Salvador Enguix en La Vanguardia. Así, en el minuto 54, Berges, tras recibir el balón de Luis Enrique y ver que tenía el camino despejado hacia la meta de Mensah, lanzó un disparo desde la distancia que voló raudo y sin oposición hacia la meta rival. Mensah llegó a acariciarlo, pero no bastó para evitar que atravesara la línea de gol.
Ahí se terminó el intento de sopresa por parte de la selección de Ghana, que no fue capaz de maniobrar hacia la reacción. "Su único recurso para levantar un partido que se le escapaba consistió en enviar balones largos a la banda para buscando la velocidad de Ayew, pero éste había quemado toda su pólvora con los tres goles que le endosó a Paraguay en los cuartos de final", explicó Enguix.
En el que posiblemente fue el peor partido de la selección española en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 se consiguió el primer objetivo: Alcanzar la final y asegurarse una medalla. Pero el camino recorrido había sido demasiado ilusionante como para conformarse con la plata. España quería el oro.
Ficha técnica
España: Toni; Ferrer, Juanma López, Abelardo, Solozábal, Lasa; Guardiola; Luis Enrique, Quico (Pinilla, 78'), Berges; Amavisca (Vidal, 86').
Ghana: Mensah; Amankwah, Kalilu, Kuffuor, Gargo, Asare; Kumah, Lamptey, Aryee (Rahman, 64'); Ayew y Preko.
Goles: 1-0 Abelardo (26'). 2-0 Berges (54').
Árbitro: Arturo P. Brizio Carter (México). Amonestó a Kuffuor, al que expulsó por doble amarilla en el minuto 46.
Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del torneo olímpico, disputado en el estadio valenciano Luis Casanova ante 36.000 espectadores. Solozábal, por España, y Kumah, por Ghana, ejercieron como capitanes.
Vídeo con los goles españoles frente a Ghana
Si en el partido frente a Italia la selección española había dado la sopresa por su trepidante comienzo, en semifinales fue España la sorprendida. Ghana se lanzó hacia el área de Toni en cuanto el balón estuvo en juego, dispuesta a meter el miedo en el cuerpo a los jugadores de Miera.
Lo mejor de España en el arranque del encuentro fue la seguridad defensiva. "Aguantó bien España por esta solidez de atrás, a pesar de que pudo mantener durante pocos minutos el control del medio campo. Allí había descontrol porque nadie pillaba a Kumah, que siempre nadaba entre dos aguas y distribuía a placer", describe José Manuel Cuéllar en su crónica para ABC.
Sin embargo, el combinado africano tenía su gran talón de Aquiles en la parcela defensiva y en cuanto España aplicaba velocidad en sus salidas hacia el área, la defensa ghanesa se veía desbordada. Claro que el juego hispano no estaba a la altura de anteriores encuentros y la única manera de abrir el marcador tuvo que llegar a balón parado.
La oportunidad llegó a los veintiséis minutos, en una falta escorada hacia la izquierda del área. Guardiola la botó hacia el punto de penalti y, sin dejarla botar, Abelardo la impulsó con el pie directa al fondo de la red. Con el marcador a favor el juego español sólo mejoró a medias, pues daba la sensación "de estar demasiado a merced de unos contrarios muy descompensados, bien de medio campo hacia arriba y mal en su zaga", observó Cuéllar.
Solo las puntuales intervenciones de Mensah evitaron que Ghana se marchara al descanso con un marcador más abultado en su contra. Las opciones de remontar para los africanos se apagaron cuando Kuffuor, que ya tenía una tarjeta, le hizo una fea entrada a Luis Enrique que le costó la segunda amarilla.
"La inferioridad numérica desinfló a los ghaneses España se vio con el partido ganado y redobló sus ímpetus ofensivos", cuenta Salvador Enguix en La Vanguardia. Así, en el minuto 54, Berges, tras recibir el balón de Luis Enrique y ver que tenía el camino despejado hacia la meta de Mensah, lanzó un disparo desde la distancia que voló raudo y sin oposición hacia la meta rival. Mensah llegó a acariciarlo, pero no bastó para evitar que atravesara la línea de gol.
Ahí se terminó el intento de sopresa por parte de la selección de Ghana, que no fue capaz de maniobrar hacia la reacción. "Su único recurso para levantar un partido que se le escapaba consistió en enviar balones largos a la banda para buscando la velocidad de Ayew, pero éste había quemado toda su pólvora con los tres goles que le endosó a Paraguay en los cuartos de final", explicó Enguix.
En el que posiblemente fue el peor partido de la selección española en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 se consiguió el primer objetivo: Alcanzar la final y asegurarse una medalla. Pero el camino recorrido había sido demasiado ilusionante como para conformarse con la plata. España quería el oro.
Ficha técnica
España: Toni; Ferrer, Juanma López, Abelardo, Solozábal, Lasa; Guardiola; Luis Enrique, Quico (Pinilla, 78'), Berges; Amavisca (Vidal, 86').
Ghana: Mensah; Amankwah, Kalilu, Kuffuor, Gargo, Asare; Kumah, Lamptey, Aryee (Rahman, 64'); Ayew y Preko.
Goles: 1-0 Abelardo (26'). 2-0 Berges (54').
Árbitro: Arturo P. Brizio Carter (México). Amonestó a Kuffuor, al que expulsó por doble amarilla en el minuto 46.
Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del torneo olímpico, disputado en el estadio valenciano Luis Casanova ante 36.000 espectadores. Solozábal, por España, y Kumah, por Ghana, ejercieron como capitanes.
Vídeo con los goles españoles frente a Ghana